Durante los periodos de alza de tipos, las rentabilidades de la renta variable y la renta fija fueron muy inferiores a las registradas en fases de reducción de tipos; y lo mismo sucedió en otros activos, como inmuebles, metales preciosos y bienes coleccionables. Es una de las conclusiones, de plena actualidad y de la que podrán tomar nota los bancos centrales, que publica el Anuario de rentabilidad de las inversiones mundiales de 2016 y el Libro de consulta de la rentabilidad de las inversiones mundiales de Credit Suisse.
En el Anuario de 2016, los profesores Elroy Dimson y Paul Marsh y el doctor Mike Staunton de la London Business School analizan dos cuestiones: en primer lugar, la reacción de los mercados financieros a las subidas y bajadas de los tipos de interés y, en segundo lugar, la rentabilidad obtenida por las distintas estrategias de inversión en ciclos de endurecimiento y relajación de los tipos de interés. Además, a partir de un análisis de las tres grandes crisis acaecidas en la década de 1890, 1930 y desde 2008−2009, Jonathan Wilmot, de Credit Suisse, sugiere que durante la próxima década las rentabilidades reales de los bonos serán cercanas a cero, mientras que las rentabilidades reales de la renta variable estarán próximas al 4%-6% anual. Y en las carteras mixtas se podrá esperar un 1%-3%, lo que supone un gran reto para gestores e inversores.
Mejores años de bajadas de tipos…
Los autores del anuario y el libro señalan que prácticamente todos los activos ofrecen rentabilidades inferiores en periodos de alzas de tipos que en fases de bajada. Giles Keating, subdirector de inversión mundial de Credit Suisse, apunta lo siguiente: “La subida de tipos de la Fed del pasado mes de noviembre fue la primera en los años de profesión de toda una generación de inversores y operadores y, aunque lenta, la tendencia actual es alcista, lo que genera incertidumbre y reduce las sobrevaloraciones en todas las clases de activos. El anuario ofrece una valiosa perspectiva histórica al respecto, gracias a su ingente caudal de datos y análisis que cubre 21 países y más de un siglo de datos”.
Stefano Natella, responsable de análisis de mercados mundiales de Credit Suisse, añade: “El objetivo permanente del anuario de rentabilidad de las inversiones mundiales de Credit Suisse es aportar una enfoque histórico único con el que analizar los temas de inversión contemporáneos. Dado que el debate sobre la dirección del ciclo de los tipos de interés ocupa actualmente un primer plano, el contenido del anuario de este año ayudará nuevamente a contextualizar una de las cuestiones clave para los inversores”. El anuario incluye tres artículos, junto con perfiles de 23 mercados nacionales y tres mercados regionales. En él se recogen las rentabilidades ajustadas a la inflación desde 1900 de acciones, bonos, activos líquidos y divisas, así como las primas de riesgo de la renta variable y la renta fija de cada uno de esos países y regiones.
¿Perjudican las subidas de tipos su patrimonio?
En el primer artículo, Elroy Dimson, Paul Marsh y Mike Staunton analizan si la obsesión del mercado por la escalada de los tipos de interés está históricamente justificada por su impacto sobre las rentabilidades de la renta variable y la renta fija. Sobre la base de la información recopilada durante más de un siglo acerca de los tipos de interés en Estados Unidos (85 años en el caso de Reino Unido), es evidente que los efectos en el día del anuncio son normalmente reducidos, especialmente en el caso de los ajustes sobre los que se había avisado previamente. Con todo, las subidas de tipos constituyen por regla general una mala noticia para los inversores de renta variable y renta fija. Al analizar los datos anuales entre 1900-2015 de 21 países, los autores descubrieron que las rentabilidades reales de la renta variable y la renta fija tienden a ser mayores en el año posterior a las bajadas de tipos que en el año siguiente a las subidas de tipos.
Elroy Dimson, presidente del Newton Centre for Endowment Asset Management de la Universidad de Cambridge y profesor emérito de finanzas de la London Business School, apunta lo siguiente: “Hasta finales del año pasado, ningún profesional de inversión británico o estadounidense en la veintena (y tan sólo algunos de treinta y pocos) había vivido un alza de los tipos de interés de su país en sus años de profesión. Ante su falta de experiencia personal al respecto, resulta fundamental que adopten una perspectiva a largo plazo”.
Algunos ciclos benefician a su patrimonio
En el segundo capítulo, los autores comparan la rentabilidad obtenida por las estrategias de inversión durante los ciclos de endurecimiento y relajación de los tipos de interés. A lo largo de un amplio abanico de clases de activos – incluidas acciones, bonos, divisas, inmuebles, metales preciosos y bienes coleccionables – las conclusiones apuntan a la existencia de diferencias sustanciales entre las rentabilidades obtenidas durante los ciclos de endurecimiento y los de relajación. En términos históricos, ninguna clase de activo ha ofrecido rentabilidades contracíclicas respecto a los ajustes de tipos de interés. Respecto a las estrategias de smart beta, que actualmente concitan mucha atención, el estudio muestra que sus rendimientos tienden a reducirse cuando los tipos de interés suben.
Paul Marsh, profesor emérito de finanzas en la London Business School, explica lo siguiente: “La prima de riesgo de la renta variable es la rentabilidad extra que la renta variable ofrece respecto a la de las inversiones en activos líquidos. En EE.UU., la prima de riesgo durante los periodos de endurecimiento de los tipos de interés fue de tan sólo un 1,8% anual, frente al 8,8% anual de las fases de bajadas de tipos. En Reino Unido, la totalidad de la prima de riesgo se consiguió durante periodos de relajación de los tipos; de hecho, a los inversores les habría ido mejor si se hubieran mantenido fuera del mercado bursátil cuando los tipos de interés estaban subiendo”.
Cuando los bonos dejan de ser bonos
En el tercer capítulo, Jonathan Wilmot reexamina las tres grandes crisis del capitalismo, esto es, las ocurridas en la década de 1890, 1930, y a partir de 2008–2009 para ver si pueden arrojar luz sobre los actuales temores de los inversores. Como se podía esperar, los regímenes políticos y las decisiones de política monetaria resultan sin duda fundamentales durante periodos de gran estrés sistémico. La historia nos sugiere que, en la actualidad, el riesgo de volver a cometer un error de política monetaria como el del año 1937 es muy grande, por lo que probablemente no debamos esperar un ciclo desubidas de tipos al uso. Sin embargo, durante las fases de recuperación, la fragilidad sistémica suele persistir, lo que provoca una reducción efectiva de los rendimientos de los bonos durante los primeros 7-10 años de la recuperación, antes de que dé comienzo un mercado bajista a largo plazo.
Jonathan Wilmot, director general de Credit Suisse, añade: “De cara al futuro, creemos que asumir rentabilidades reales nulas para los mercados de renta fija desarrollados y del 4%-6% para la renta variable constituye una buena hipótesis de trabajo. Esto significa que la rentabilidad real de una cartera mixta tipo de renta fija y renta variable será probablemente del 1%-3% anual, frente al entorno del 10% anual de los últimos siete años. Esto es una mala noticia para los miembros de la generación del baby-boom que se van a jubilar, y planteará un reto estructural para el sector de la gestión de fondos”.
Libro de consulta 2016
También publicado, el Libro de consulta de la rentabilidad de las inversiones mundiales de Credit Suisse, que cubre 26 mercados, analiza la evolución del riesgo a largo plazo y los extremos históricos de las rentabilidades de inversión. En él, además de exponerse las rentabilidades mundiales, tanto a largo como a corto plazo, obtenidas mediante la inversión en renta variable y renta fija, se presenta el conjunto de datos desglosado de los 116 años en que se basa el Anuario.Mike Staunton, director de la base de datos de precios de las acciones de Londres en la London Business School, apunta lo siguiente: “Aunque las rentabilidades cosechadas por la renta variable mundial desde el año 2000 han sido algo decepcionantes, en los 116 años transcurridos desde 1900, la renta variable ha batido a los bonos corporativos y la deuda pública en todos los países. En todo el mundo, la renta variable batió a la deuda pública en un 4,2% y a la deuda corporativa en un 3,2% anual”.
El Libro de consulta estudia también el impacto de los distintos estilos de inversión sobre la rentabilidad de las carteras, ofreciendo información recabada durante muchos años sobre los efectos del volumen, valor, rendimientos y dinamismo en las rentabilidades de la renta variable.
El Anuario 2016 y el Libro de consulta 2016, publicados por el Credit Suisse Research Institute en colaboración con la London Business School, presentan la última serie de datos de rentabilidad a largo plazo y previsiones sobre prima de riesgo referentes a 23 mercados mundiales de renta variable y renta fija basadas en datos recopilados desde 1900. El último Anuario muestra la sensibilidad a los tipos de interés de 12 clases de activos financieros (renta variable, renta fija, primas de riesgo, smart beta), 12 sectores y 12 activos reales (oro, inmuebles, obras de arte). Abarca la evolución de 21 países a lo largo de 116 años.