El anuncio realizado por el Banco de Japón el viernes le convierte en el último banco central en romper el tabú de introducir tipos de interés negativos y supone un cambio de régimen significativo para la institución japonesa. Para los expertos de Investec, la medida es además una prueba de que el banco central está empezando a actuar de forma proactiva en vez de reaccionar con posterioridad a las cifras económicas.
La firma estima también que es probable que el inesperado anuncio tenga un efecto positivo sobre las perspectivas para la renta variable japonesa que podría notarse de forma gradual, ya que suaviza las recientes preocupaciones sobre las consecuencias que podría tener la fortaleza del yuan en los beneficios empresariales y anticipa que los inversores nipones asignarán más a sus bolsas, provocando una reevaluación de un mercado infravalorado.
Los tipos de interés por debajo de cero se han convertido enuna atractiva herramienta de política monetaria tras el aparente éxito del experimento en diversos países europeos, donde la medida ha animado a los bancos a prestar más y ha reducido la tensión en sus divisas. De hecho, varios de los principales bancos centrales, como el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de Estados Unidos, también han subrayado que si fuera necesario, adoptarían tasas negativas para seguir con la flexibilización la política monetaria.
“Anteriormente, nosotros, como muchos otros participantes en el mercado, pensamos que el Banco de Japón tendría problemas para adquirir la cantidad necesaria de deuda pública japonesa (JGB) como parte de su programa de expansión cuantitativa (QQE), y que por lo tanto estaría obligado a disminuir sus compras en algún momento. De hecho, el FMI estimó que esto sucedería entre 2017 y 2018”, explica Investec. Pero con la nueva medida, el Banco de Japón adoptará ahora un enfoque de tres vías. Esta nueva fase de la política monetaria ha sido bautizada como QQE es decir, «relajación monetaria cuantitativa y cualitativa con una tasa de interés negativa».
Este enfoque difiere del que mantienen otros bancos centrales, puesto que actuará a través de tres niveles de tipos de interés: Para las reservas que se han acumulado en virtud del QQE, los bancos nacionales seguirán pagando 10 puntos básicos; Para el requisito de reservas y crédito pendiente se aplicará una tasa de interés cero; Y el cambio más importante, la decisión de cobrar 10 puntos básicos para los saldos que superen las medidas anteriores.
La importancia de este enfoque en tres niveles es que complementa el programa de QE actual y no penaliza a quienes actualmente están colocando sus fondos en el Banco de Japón. Sólo los incrementos adiciones en los exceso de las reservas se les aplicará la tasa negativa. Esta estructura debería animar a los inversores a buscar rentabilidades más altas en la deuda pública del país, o a moverse hacia activos de mayor riesgo, como son las bolsas nacionales. Como alternativa, el dinero podría salir hacia el extranjero, y es probable que la depreciación del yen proporcione un impulso a las cuentas de los exportadores. Dado que los tipos de interés negativos solamente están dirigidos al exceso de reservas, es posible que el efecto negativo sobre el yen no sea rápido.
Renta variable japonesa
“Creemos que el sorprendente anuncio tendrá un efecto gradualmente más positivo en las perspectivas de la renta variable japonesa, ya que suaviza la reciente preocupación sobre los efectos de la fortaleza del yen en los beneficios empresariales. Seguimos manteniendo la opinión de que las acciones japonesas podrían resistir una moderada apreciación del yen”, explica el equipo de estrategias multiactivos de Investec. “Esperamosotro año de fuerte crecimiento de las ganancias, una mejora adicional de las decisiones de asignación de capital y gobierno corporativo”, dicen.
Otra de las estimaciones de Investec es que los inversores nacionales van a comenzar a asignar más capital a sus bolsas, algo que impulsará un mercado que ahora mismo está infravalorado. En cuanto a los sectores, la firma prefiere el inmobiliario, en el que han visto recientes mejoras por primera vez en dos años. También están reevaluando su opinión positiva sobre los bancos dado que los tipos de interés negativos es potencialmente un lastre importante para las ganancias.