A un alto nivel, los mercados emergentes están atrapados entre dos potencias económicas individuales: Estados Unidos y China. A pesar de que ha sido así desde hace muchos años, la naturaleza exacta de esas influencias ha cambiado a lo largo del tiempo. Muchos mercados emergentes, sobre todo los exportadores de materias primas, se han visto afectados por la fuerte caída de la demanda de China. Y mientras el gigante asiático trata de reequilibrar su economía para favorecer el sector servicios en detrimento de la industria pesada y el sector de las infraestructuras, la inversión en activos fijos y propiedades ha disminuido de un 25% de crecimiento interanual al 15% que registra en la actualidad.
Desde Investec consideran que estas cifras irán reduciéndose gradualmente a medio plazo, en lugar de retroceder bruscamente, ya que China está trabajando en la sobrecapacidad de muchas de sus industrias. Sin embargo, para los países que dependían de la extracción y venta de materias primas a China, esta desaceleración ha llegado como un shock económico distinto y va a seguir frenando su crecimiento.
Para muchos mercados emergentes, EE.UU. ha pasado de ser un factor de fuerte demanda y de exportaciones, a un factor monetario que importa al resto del mundo su política monetaria ultra relajada y de bajos tipos de interés. En algunos casos, sobre todo en Asia, este de dinero barato ha alimentado un exceso de crecimiento del crédito, que ha permitido a las empresas un acceso más libre a los mercados de capitales globales. Si, como se espera, los tipos de interés en Estados Unidos comienzan a subir, las economías con altos volúmenes de deuda serán vulnerables durante el próximo año. Para combatir el impacto de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos y mantener la competitividad, estos países son propensos a dejar que su moneda se debilite frente al dólar y a recortar los tipos de interés.
Diferente presiones
Sin embargo, no todos los países se enfrentan a las mismas presiones. Los países que tienen sustanciales déficits por cuenta corriente, como Brasil y Colombia, y que fueron los principales beneficiarios de los programas de expansión cuantitativa entre 2009 y 2013 son los más expuestos a los efectos de la subida de los tipos de interés. Es probable que los sistemas bancarios con un ratio alto de depósitos/préstamos y cuentas de capital abiertas sufran presión también. El riesgo clave para 2016 está, por lo tanto, relacionado con el ciclo económico, sobre todo en Asia, donde la deuda acumulada conduce a la inestabilidad del sistema financiero y sus consiguientes riesgos, a pesar de que el riesgo de recesión mundial siga siendo muy bajo.
“Nuestros mercados favoritos son los de los países que siguen adoptando estrategias a favor del mercado, eliminando los obstáculos para hacer negocios con eficacia, países que tienen una inflación controlada y han ganado credibilidad”, dice Investec.
Economías ligadas a los mercados desarrollados
Investec también se muestra a favor economías que son extensiones naturales de los mercados desarrollados, como México de Estados Unidos y Hungría de la UE. Ambos países se benefician de la recuperación de sus vecinos en el crecimiento y la actividad. La economía de Estados Unidos es relativamente robusta, impulsada por un consumidor cada vez más seguro, y esto proporciona a México un beneficio potencial más amplio. La anterior etapa de crecimiento de Estados Unidos, impulsada por la fabricación y el auge del ‘shale gas’, por su propia naturaleza no dinamizó la demanda de los mercados emergentes.
Sin embargo, una recuperación típica impulsada por los consumidores con facilidades de acceso al crédito y un mercado inmobiliario boyante podían suponer una fuente de la demanda más fuerte.
Pero los países que dependían de los ingresos proporcionados por la venta de materias primas, que no pudieron extraer lo suficientemente rápido, y luego no pudieron detener la minería suficientemente rápido, son los que no cuentan con el favor de los mercados. Algunos de países pueden no tener ahora una valoración justa. Sin embargo, incluso entonces, tenemos que diferenciar entre aquellas economías que han mostrado problemas políticos profundos asociados a una economía en dificultades, como por ejemplo Brasil, y los que simplemente se están adaptando a una senda de crecimiento más lento.
Las divergencias aportan de nuevo valor
En este contexto, argumenta Investec, es fácil ser pesimista con este difícil escenario macro, pero las valoraciones reflejan ahora con mayor precisión las perspectivas de crecimiento. El universo de los mercados emergentes es importante y su divergencia, en términos de lo que se ofrece, es enorme.
“Los activos invertidos en los mercados emergentes han demostrado ser controvertidos ya que los inversores institucionales siguen haciendo asignaciones estratégicas y para reequilibrar sus mandatos de renta fija. El desafío del inversor ahora mismo es de discriminar entre el valor y las trampas de valor”, concluyen sus expertos.