Deutsche Bank presentó sus perspectivas macroeconómicas y la estrategia de inversión para 2016. Rosa Duce, economista jefe del centro de inversiones de Deutsche Bank, cree que “durante el año 2016 conseguiremos una estabilización del crecimiento a nivel mundial, con cifras incluso más altas que en 2015, pese al nuevo escenario monetario en EEUU y las incertidumbres políticas en Europa”.
Perspectiva de la economía a nivel global: principales claves
- Deutsche Bank espera un crecimiento mundial del 3,3% para 2016 y del 3,6% en 2017.
- La caída del precio del crudo seguirá condicionando las cifras de crecimiento.
- La FED seguirá subiendo tipos en 2016, hasta tres veces en el año, pero lo hará de forma moderada, y dependiente de los datos económicos.
- En Europa se abre un periodo de incertidumbre política, por la continuación de la crisis de los refugiados, la celebración de elecciones en algunos países y el referéndum en el Reino Unido sobre la pertenencia a la UE.
- En Europa, el BCE seguirá con su política de expansión monetaria por la caída en las expectativas de inflación.
- La paridad euro-dólar podría producirse a finales de 2016.
EEUU: nuevo ciclo alcista de la FED
Los analistas de Deutsche Bank prevén que la economía de Estados Unidos crecerá un 2,1% este año, apoyada en los buenos datos de consumo interno. Según Rosa Duce, “EEUU mantendrá un buen nivel de crecimiento, pero la economía americana va a sufrir los efectos de la subida del dólar, la menor demanda externa y la reducción de inversión del sector energético”.
De acuerdo con las previsiones de la entidad, la FED va a tener un papel importante durante 2016. “Esperamos una subida gradual de tipos de interés por parte de la Reserva Federal durante este año”, detalla Duce. “No obstante, debemos tener en cuenta que existen factores como los bajos niveles de inflación o las elecciones presidenciales del mes de noviembre que pueden limitar las subidas en la segunda parte del ejercicio”.
Europa: crecimiento estable y debilidad del Euro
Los analistas de Deutsche Bank prevén que la economía europea crezca el 1,6% en 2016. “La debilidad del Euro, el impulso del crédito, la menor presión fiscal (plan Juncker) y la bajada del precio del petróleo apoyarán el crecimiento doméstico”, explica Rosa Duce.
No obstante, “la crisis migratoria que está experimentado el viejo continente está presionando los niveles de déficit a corto plazo de los países, lo que puede influir en los datos de crecimiento”, apunta Duce. “Cabe destacar también que la migración puede ser positiva en el medio plazo para Europa, ya que conlleva un mayor crecimiento poblacional”.
La crisis migratoria, sin embargo, no es el único riesgo para la economía europea. “El año 2016 va a llevar aparejado mucha incertidumbre política”, explica Duce. “Países importantes como España o Irlanda han celebrado o van a celebrar comicios, lo que se traducirá en mayor inestabilidad política y económica. Portugal, por su parte, acaba de formar Gobierno y habrá que ver cuál es la evolución en los próximos meses”.
El foco político para 2016 también se centrará en Reino Unido. “En septiembre se prevé que se produzca el referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea y el resultado que salga de las urnas puede generar volatilidad en el seno del continente europeo”, declara Rosa Duce.
En este escenario de crecimiento, la inflación también va a cobrar un papel protagonista en los próximos meses. Para Rosa Duce, “la caída en las expectativas de crecimiento del precio de los bienes y servicios puede llevar al BCE a ampliar las actuales medidas de expansión monetaria durante 2016. El objetivo del 2% de inflación sigue intacto y Draghi seguirá poniendo en marcha los estímulos necesarios para alcanzarlo”.
España: todavía a la cabeza de Europa
La expansión de la economía española que se inició hace dos años se mantendrá en 2016 previsiblemente, si bien con cifras algo más bajas que en 2015 ante la pérdida de fuelle de alguno de los factores que más ha impulsado al consumo en los últimos meses (debilidad del euro, inicio del programa de compra de deuda del BCE, el anticipo a julio de las rebajas fiscales, etc). Con unas cifras previstas de crecimiento del 2,8% en 2016, seguiremos viendo, explica Rosa Duce, “cifras de crecimiento sensiblemente más altas que las de nuestros homólogos europeos”. En cuanto a la incertidumbre política tras las elecciones del pasado 20 de diciembre, Duce se muestra optimista al considerar que “incluso en un escenario de nuevas elecciones, no esperamos subidas de la prima de riesgo significativas, y en todo caso, serán temporales, con lo que no se pondrá en peligro la actual recuperación”.
Emergentes: debilidad en el crecimiento
En el caso de los emergentes, el bajo ritmo de las exportaciones de estos países repercutirá en unas tasas de crecimiento más débiles. “Históricamente, un crecimiento del PIB en EE.UU. y Europa por encima del 2% venía acompañado de un incremento de la actividad exportadora de la zona asiática superior al 9% anual”, explica Rosa Duce. “Este año, sin embargo, existen varios factores que van a limitar esas exportaciones. Factores como la mayor calidad de los productos chinos, que les permite convertirse en claros competidores a nivel mundial, y la madurez alcanzada en el ciclo de los productos electrónicos, de los que muchos de estos países son productores, limitan esta capacidad exportadora, sobre todo en Asia. Por otra parte, los bajos precios de las materias primas seguirán impactando sobre los países exportadores de estos bienes”.
China, por su parte, afronta un año 2016 con el reto de consolidar un nuevo modelo de crecimiento basado en el consumo doméstico y en el sector servicios. El gigante asiático está inmerso en un profundo proceso de cambio. “Los dirigentes chinos han iniciado reformas estructurales importantes como la de las empresas públicas o la liberalización paulatina de los mercados financieros. Todo ello permitirá generar un crecimiento más estable y sostenible en el medio plazo para el país asiático”, sentencia Duce.
Estrategia de Inversión
Tomando como referencia este escenario, Diego Jiménez-Albarracín, Responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, ha presentado la estrategia de inversión prevista para los próximos meses.
Según Jiménez-Albarracín, “este año mantenemos nuestra apuesta por la renta variable como activo principal de las carteras, principalmente por la falta de alternativas. Los datos de crecimiento positivos previstos para este ejercicio deberían elevar el potencial de subida en los beneficios de las empresas”. Sin embargo, “la subida de tipos de la FED y los acontecimientos políticos en Europa provocarán importantes focos de volatilidad en los mercados”.
Dentro de la renta variable, Deutsche Bank apuesta por los países desarrollados. “Los índices europeos no están caros y ofrecen margen de mejora para los próximos meses, a pesar de la volatilidad esperada, y en EEUU, quizás el potencial es más bajo, pero tenemos a favor la posible subida del dólar, que beneficia al inversor europeo”, explica Jiménez-Albarracín. En este contexto, “la entidad ve recorrido principalmente en los valores cíclicos tanto en Europa como en EEUU”.
En el caso de la renta fija, “vemos oportunidades en el universo de bonos Investment Grade, por la volatilidad reciente, y mayores riesgos en High Yield. La rentabilidad de los bonos refugio, por su parte, se mantendrán en niveles muy bajos, especialmente en Europa, por la posible ampliación del programa de compra de deuda del BCE en 2016”, apunta Diego Jiménez-Albarracín.
Además, Jiménez-Albarracín asegura que es buen momento para llevar a cabo estrategias multiactivo. “La baja rentabilidad de los bonos y la volatilidad de las bolsas están favoreciendo las entradas de dinero en fondos multiactivo, ya que permiten una mayor diversificación de activos y generan rentabilidades atractivas con un menor riesgo para el inversor particular”.
Por último, para los inversores más arriesgados, el experto cree que hay oportunidades mediante la inversión directa en acciones.
Países y sectores
En EE.UU. la entidad apuesta por el sector financiero, tanto por el repunte del crédito hipotecario y personal como por la fuerte actividad corporativa. Deutsche Bank también considera que hay oportunidades en el sector tecnológico, especialmente en empresas relacionadas con el internet de las cosas. Los sectores farmacéuticos y medios también son atractivos, el primero por los movimientos de concentración y el posible aumento de dividendo y el segundo por el incremento del gasto publicitario para captar el dinero ahorrado en combustible que podría desviarse al consumo.
En Europa, Deutsche Bank espera que las medidas del BCE impulsen el crédito y los bancos se beneficien de ello. La debilidad del euro tendrá impacto en las empresas con exposición a EEUU como las firmas alemanas de coches. Asimismo, Deutsche Bank prevé una nueva oleada de proyectos de infraestructuras con fondos de la Unión Europea que beneficiará a las compañías constructoras con mayor exposición a Europa del Este.
En Japón, la entidad considera que el Banco Central seguirá debilitando el yen y fomentando el carácter exportador de las empresas japonesas. De este modo, esperan un paulatino rebote del consumo interno, plano durante años.
En cuanto a España, dado que Deutsche Bank espera un comienzo de año volátil, la entidad apuesta por los valores con mayor visibilidad y recurrencia en resultados y con alta rentabilidad por dividendo probada históricamente. Entre estos, destacan a Iberdrola, Red Eléctrica, Abertis o Enagás.