Cada cierto tiempo, las bolsas experimentan inevitablemente unas fases ocasionales de mayor volatilidad. Estos reveses en la confianza del mercado pueden producirse por incertidumbres económicas, cambios en las políticas monetarias o presupuestarias, contagios financieros o tensiones geopolíticas.
Estos son los diez mensajes clave de Fiedelity para afrontar la que será la principal característica de los mercados este 2016 y que pueden utilizarse para suavizar inquietudes cuando los mercados caen presa de la volatilidad.
1. La volatilidad es algo normal dentro de la inversión a largo plazo
Cada cierto tiempo, se producen fases de volatilidad en las bolsas a medida que los inversores van reaccionando ante los cambios en las coyunturas económicas, políticas y empresariales.
Como inversor, la mentalidad influye y mucho. Cuando estamos preparados desde el comienzo para sufrir episodios de volatilidad en la evolución de nuestras inversiones, menos probabilidades tenemos de vernos sorprendidos cuando ocurren y más probabilidades tenemos de reaccionar racionalmente. Adoptando la mentalidad correcta, es decir, aceptando la volatilidad como un elemento más de las inversiones, los inversores pueden prepararse para ver las cosas cerebralmente y seguir centrados en sus objetivos de inversión a largo plazo.
2. A largo plazo, el riesgo bursátil suele obtener recompensa
Los inversores bursátiles obtienen recompensas por el riesgo adicional que asumen (comparado, por ejemplo, con los inversores en deuda pública) en forma de mayores rentabilidades medias a largo plazo.
También es importante recordar que riesgo no es lo mismo que volatilidad. Las cotizaciones de los activos fluctúan más que su valor intrínseco cuando los mercados reaccionan excesiva o insuficientemente, por lo que inversores pueden esperar que la volatilidad de los precios genere oportunidades. A largo plazo, los precios de las acciones se mueven al son que marcan los beneficios empresariales y generalmente la bolsa ha superado a otros tipos de inversiones en términos reales, es decir, después de la inflación.
3. Las correcciones del mercado pueden crear oportunidades atractivas
Es normal que se produzcan correcciones durante los mercados alcistas; también es normal experimentar más de una en el transcurso de un mercado alcista. Una corrección bursátil a menudo puede ser un buen momento para invertir en acciones, ya que las valoraciones se vuelven más atractivas y eso da a los inversores la posibilidad de generar rentabilidades superiores a la media cuando el mercado rebota. Algunas de las pérdidas bursátiles más grandes a corto plazo de la historia dejaron paso a rebotes y nuevas cotas máximas.
4. Se debe evitar salir y entrar de las inversiones
Los inversores que mantienen sus inversiones se benefician de una tendencia alcista a largo plazo en el mercado. Cuando los inversores intentan acertar con los tiempos del mercado y entran y salen de sus inversiones, corren el riesgo de erosionar las rentabilidades futuras, ya que se pueden perder los días de mayor recuperación del mercado y las oportunidades de compra más atractivas que generalmente aparecen en fases de volatilidad. Perderse tan solo las mejores cinco jornadas bursátiles puede tener un impacto importante en las rentabilidades a largo plazo de un inversor.
5. Los beneficios derivados de las inversiones regulares se acumulan
Con independencia del horizonte temporal del inversor, conviene invertir regularmente una determinada cantidad de dinero en un fondo, por ejemplo cada mes o cada trimestre. Este enfoque se conoce con el término coste medio ponderado (‘cost averaging’ en inglés). Aunque no asegura un beneficio ni protege frente a caídas en los mercados, sí ayuda a los inversores a evitar invertir en un único momento dado, lo que reduce el coste medio de las suscripciones en sus fondos.
Aunque el ahorro periódico durante un mercado a la baja puede parecer ilógico para los inversores que buscan limitar sus pérdidas, es precisamente en esos momentos cuando pueden conseguirse algunas de las mejores rentabilidades, ya que los precios de los activos son más bajos y se beneficiarán de un rebote del mercado (los inversores deberían siempre revisar su cartera cada cierto tiempo y modificarla, en caso necesario.)
6. La diversificación de las inversiones ayuda a generar rentabilidades más homogéneas
La asignación de activos puede ser una tarea difícil de dominar, ya que los ciclos del mercado pueden ser cortos y sufrir picos de volatilidad. Durante los periodos volátiles, el liderazgo del mercado puede pasar rápidamente de un sector o segmento a otro. Los inversores pueden repartir el riesgo asociado con mercados o sectores concretos invirtiendo en diferentes áreas para reducir la probabilidad de concentrar las pérdidas. Por ejemplo, combinar en una cartera activos «de riesgo» (acciones, inmuebles y bonos corporativos) con activos defensivos (deuda pública, bonos corporativos de alta calidad crediticia y activos monetarios) puede ayudar a conseguir rentabilidades más homogéneas a lo largo del tiempo.
Un fondo multiactivos de gestión activa ofrece a los inversores una cartera que ya está diversificada. Estos fondos generalmente se basan en las rentabilidades estratégicas de los activos a largo plazo y las ponderaciones se gestionan tácticamente en función de las condiciones previstas. Repartir las inversiones entre los diferentes países también puede ayudar a reducir las correlaciones dentro de una cartera y reduce el efecto de los riesgos específicos de los mercados.
7. Invertir en valores de calidad que pagan dividendos para conseguir rentas periódicas
Los dividendos constantes que pagan las empresas de calidad que generan caja son atractivos en fases de volatilidad en los mercados, ya que pueden ofrecer una fuente de rentas regulares cuando los tipos de interés son bajos y existen pocas alternativas disponibles para conseguir rentas.
Los valores de alta calidad que pagan dividendos suelen ser marcas líderes mundiales que pueden registrar una evolución estable a lo largo de los ciclos empresariales gracias a sus sólidas posiciones competitivas, su gran poder de fijación de precios y la fortaleza de sus beneficios. Estas empresas generalmente operan en numerosas regiones, lo que suaviza el efecto derivado de unos resultados pobres en una región. Esta capacidad para ofrecer rentabilidades totales atractivas a lo largo de los ciclos convierte a estas empresas en opciones válidas para fundamentar una cartera.
8. Reinvertir los rendimientos para aumentar las rentabilidades totales
La reinversión de dividendos puede dar un impulso considerable a las rentabilidades totales a lo largo del tiempo, gracias al poder de la capitalización de intereses. Para conseguir una atractiva rentabilidad total, los inversores deben ser disciplinados y pacientes y, en este sentido, permanecer tiempo en el mercado es tal vez el ingrediente más importante —aunque también el más subestimado— de la fórmula del éxito.
Los pagos de dividendos periódicos también suelen brindar una mayor estabilidad a las cotizaciones y los valores que pagan dividendos pueden compensar los efectos erosivos de la inflación.
9. No hay que dejarse arrastrar por el tono general del mercado
La popularidad de las temáticas de inversión va y viene; por ejemplo, la tecnología ha dado un giro completo después del ‘boom’ de finales de la década de 1990 y su hundimiento en la década de 2000. El sentimiento general en torno a los mercados emergentes suele mejorar y empeorar al ritmo del ciclo de las materias primas y cuando el crecimiento económico se frena en economías clave como China. A medida que los riesgos específicos de los diferentes países y sectores se hacen más aparentes, los inversores han de adoptar un enfoque más selectivo, ya que abordar la inversión en los mercados emergentes con una perspectiva descendente ha dejado de ser adecuado.
Sin embargo, sigue habiendo gran cantidad de oportunidades individuales para los inversores, puesto que las empresas emergentes innovadoras irán aprovechando los catalizadores a largo plazo, como el crecimiento de la población y el crecimiento de la demanda de atención sanitaria, tecnología y bienes y servicios de consumo dentro de las clases medias. El punto clave es no permitir que la euforia o el pesimismo infundado del mercado nublen el juicio del inversor.
10. La inversión activa puede ser una estrategia muy exitosa
Cuando la volatilidad hace que las bolsas se muevan lateralmente, una acertada selección de valores puede ser beneficiosa comparada con las rentabilidades indiferenciadas que se obtienen replicando los índices. La volatilidad puede generar oportunidades para los expertos en selección de valores por fundamentales, especialmente en periodos de perturbaciones en los mercados.
En este sentido, Fidelity apuesta firmemente en la gestión activa y contamos con uno de los equipos de análisis más grandes del sector de la inversión institucional. Dado que analizamos las empresas con un enfoque ascendente, estamos en una posición excelente para realizar inversiones atractivas cuando otros inversores tienen que plegar velas, especialmente durante periodos de volatilidad en los mercados. Recordemos asimismo que los valores que no se tienen en la cartera de un fondo pueden ser tan importantes como los que se poseen.
En todas las bolsas hay empresas que están mal gestionadas o que tienen ante sí perspectivas difíciles, y esos valores se pueden evitar completamente en las estrategias activas, para beneficio de los inversores. Además, el valor añadido derivado de evitar algunos de los peores valores del mercado se acumula a lo largo de los ciclos y con el paso del tiempo, lo que hace que las estrategias activas basadas en el análisis sean especialmente atractivas para los inversores a largo plazo.