«Gestionar fondos de renta variable europea es un trabajo tremendamente entretenido. Para estar totalmente al día de la cartera, quedarse con lo importante y usar el tiempo eficazmente, es crucial tener disciplina y hacer el mayor uso posible de los recursos. Si nos fijamos en lo que podía ser un día normal para mí, creo que se puede apreciar la importancia que tiene el proceso de análisis en la firma». Este es el resumen de lo que es un día en la oficina para Matt Siddle, gestor de fondos de Fidelity.
Como mucha gente, Siddle usa los viajes en tren hacia el trabajo para leer los informes elaborados por el equipo de analistas, así como los informes externos. La herramienta clave en este trayecto, que comienza a las 7 de la mañana, es el iPad. “Nuestros informes internos están todos reunidos en nuestra base de datos de análisis, y los descargo antes de salir de la oficina”, explica. El uso de la tableta también le permite enviar los primeros mails de la jornada y cerrar una cita con el equipo de analistas. ”Al llegar a la estación de Waterloo, hago mi trayecto habitual a pie hasta la oficina, caminando junto al Támesis. Es un momento excelente para digerir los análisis que leo y planificar la jornada que tengo por delante”, cuenta.
Al llegar a la oficina, lo primero que hace es consultar las pantallas con los datos que de las empresas que más probabilidades tienen de encajar en sus criterios de calidad o valoración. “Estas pantallas toman datos de nuestros analistas, así como datos de cotizaciones y valoración de fuentes externas. Los mercados han estado muy volátiles últimamente, por lo que quiero echar un vistazo al universo de inversión para ver si han aparecido nuevas oportunidades”.
A las 9, puntual, empiezan a sucederse las reuniones. La primera con los responsables de una empresa en la que ha invertido y otra con un posible candidato para la cartera del European Larger Companies Fund. A esas horas, los analistas ya han enviado sus últimos modelos e informes sobre las compañías.
Posible inclusión en cartera
La hora fuerte de la mañana llega en torno a las 11. El equipo de Fidelity se reúne para hablar del posible candidato para el portafolio, un encuentro que Siddle considera vital para el proceso de revisión y análisis. “Esta empresa en concreto parece atractiva; es un negocio muy sólido, pero su valoración se encuentra en la parte baja de su horquilla histórica debido a las incertidumbres que despiertan los cambios en la dinámica de su sector. Antes de invertir, quise reunirme con el equipo directivo para evaluar su respuesta a los cambios en el entorno y si su estrategia les permitirá mantener una ventaja competitiva fuerte que proteja la calidad del negocio”, explica recordando que el proceso no acaba ahí.
Siddle tendrá que comprobar, más adelante, cómo ejecutan los directivos esa estrategia hablando con ellos periódicamente y controlando lo que dicen los competidores y los clientes, pero también estudiando datos del sector. “Tendremos que dedicar mucho trabajo a esta empresa, pero parece una inversión que podría ser interesante. Cuando incorporo un valor a la cartera, generalmente tomo una posición del 0,5%, que después incremento a medida que voy reforzando la convicción y asegurándome de que el equipo directivo está funcionando”, apunta el gestor de Fidelity.
El tiempo de la comida, aunque más distendido, Siddle lo dedica a la revisión sectorial. Cree que es importante porque le da a un analista la oportunidad de comentar tendencias clave en su sector y revisar los valores individualmente y en detalle. “Hoy quiero darle una vuelta a un par de cosas y me quedo un rato sentado con el analista para comentar varios nombres más detalladamente”.
Tras esto, ya sobre las dos de la tarde, el gestor de Fidelity acude a la cita concertada a primera hora con otro analista que acaba de elaborar un informe sobre una de sus posiciones. “Una de las ventajas de nuestro modelo de rotación de analistas, por el que estos cambian de sector cada dos o tres años, es que garantiza que se analizan las empresas con nuevos ojos de forma periódica y que se ponen en tela de juicio las opiniones. Este analista visitó recientemente las instalaciones de la compañía en China y es algo más cauto de lo que yo había sido con el valor. Aunque concuerdo con su análisis, China es una parte pequeña del negocio de la empresa y el valor sigue siendo atractivo”, valora.
A las 3 de la tarde comienza la otra gran cita del día: la reunión con Smith & Nephew, una de las diez mayores posiciones del European Larger Companies Fund. Se trata de una empresa de dispositivos médicos que cotiza con una valoración atractiva. “Comentamos un estudio entre hospitales estadounidenses que habíamos encargado recientemente y que muestra unos resultados muy favorables para las nuevas soluciones de cirugía ortopédica de la compañía. El equipo directivo muestra su satisfacción ante nuestro interés y entablamos una conversación productiva. El negocio está haciendo menos hincapié en la división ortopédica tradicional, que genera menores tasas de crecimiento, y lo está consiguiendo mediante adquisiciones y crecimiento orgánico en otras áreas, como el tratamiento de heridas y la medicina deportiva. La reunión confirma que esta transición sigue su curso y mantengo mi visión positiva sobre el valor”.
Llegan las 6. Hora de irse a casa. Pero el trabajo aún no ha acabado. Como en el trayecto de ida, en el de vuelta el iPad vuelve a llenarse de nuevos informes. “Y así termina otro ajetreado día de trabajo. Espero que esto ayude a poner de relieve el trabajo que hay que realizar para descubrir buenas oportunidades de inversión y para gestionar una cartera de bolsa europea. Obviamente, tengo la suerte de contar con el apoyo de un amplio equipo de analistas que me facilitan mucho el trabajo. De hecho, sin su ayuda no podría estar al día de todo. No hay muchos gestores que disfruten de semejante apoyo», cuenta satisfecho.