El año pasado fue un período de volatilidad y, en último término, de modestas rentabilidades. El programa de expansión cuantitativa (QE) del Banco Central Europeo (BCE), las pronunciadas caídas registradas en los precios del petróleo y de las materias primas, el deterioro de las perspectivas de la economía china y la inesperada devaluación del yuan tuvieron todos ellos una gran repercusión en los mercados en 2015, estiman los expertos de NN Investment Partners en su último informe de mercado.
Y aunque las rentabilidades del año pueden haber sido escasas, dicen la buena noticia es que el tema de las burbujas especulativas ha pasado nuevamente a un segundo plano. “La renta variable ronda los niveles de principios de año, los diferenciales de solvencia son más amplios y los rendimientos de los bonos han subido. Las reacciones adicionales de los mercados tras el anuncio de la Fed podrían mantener las primas de riesgo en niveles elevados durante algo más de tiempo, aunque dados los niveles actuales parece que la mayoría de estos riesgos ya se encuentran efectivamente descontados por los mercados en los precios”, explican.
El BCE defraudó a los mercados
Los titulares de prensa del último mes del año han estado reservados principalmente a los bancos centrales. La respuesta de los mercados a la decisión del BCE dejó claro, sobre todo, cuán influyentes son aún para los mercados la política de los bancos centrales y la orientación sobre su rumbo futuro. NN Investment Partners también subraya que la mayor incertidumbre sobre las perspectivas políticas será interpretada negativamente por los mercados.
Por vez primera en mucho tiempo, el presidente del BCE, Mario Draghi, no estuvo a la altura y ofreció menos de lo que el consenso del mercado aguardaba. En consecuencia, recuerda la gestora, el euro se apreció, cayeron las bolsas y aumentaron los rendimientos de los valores de deuda. La decisión del BCE de limitarse a ofrecer un estímulo monetario adicional tan escaso indica que en el BCE los «halcones» (partidarios de la línea dura) –como Alemania y Holanda– echaron el freno y llamaron a Draghi al orden. “De cara al futuro, esta decisión deja todas las puertas abiertas a más estímulos monetarios en caso de empeorar las perspectivas de crecimiento o inflación. Para quienes siguen de cerca las decisiones del BCE fue toda una lección aprender a no dar por sentado que Draghi dará más de lo esperado”, explica el informe de NN Investment Partners.
La credibilidad del banco central está en juego
Una de las razones fundamentales para que el BCE dé otra vuelta de tuerca expansiva a su política monetaria, cree la firma, es el lento ritmo de reflación en la economía de la zona euro. “El BCE lleva demasiado tiempo quedándose corto respecto a su objetivo de una inflación menor del 2%, aunque cercana a ese nivel. Unas expectativas de inflación menores y además desestabilizadas complicarían el proceso de reajuste de Europa y socavarían las perspectivas de crecimiento, desatando una espiral descendente de inflación menguante, erosión de expectativas, cargas de la deuda crecientes en términos reales, mayor intensidad de ahorro, menor crecimiento económico y del empleo y, nuevamente, podría desencadenarse una presión bajista adicional sobre la inflación”, explican.