Dentro de la renta fija, el high yield es uno de los activos que mejor puede funcionar de cara al próximo año. Algunas voces en Schroders hablan de potenciales retornos del 5%-10% y Konstantin Leidman, gestor centrado en high yield europeo, reconoce que hay margen para lograr “decentes” rentabilidades, aunque la cuestión es qué entienden ahora los inversores por decente. “Lograr atractivos retornos de un dígito es posible”, dice, pero advierte de algunos desequilibrios y riesgos que, de materializarse, podrían cambiar significativamente su escenario central y que, por tanto, habrá que tener muy presentes.
En primer lugar, cree que es imprescindible mirar con atención al deterioro sufrido en los mercados emergentes, que podrían traer más pánico y volatilidad. “Los excesos de mercados como China o Brasil no se han superado y, a consecuencia de ello, podríamos ver más volatilidad en los mercados, lo que traerá oportunidades de compra”, explica en una entrevista con Funds Society en el marco del evento anual con prensa internacional celebrado recientemente por Schroders en Londres.
Sobre el posible impacto de los problemas emergentes en el mundo desarrollado, lo ve posible, porque cree tanto en un escenario de un mundo globalizado como en un deocupling: “Los mercados emergentes funcionaron muy bien en 2008 frente a los desarrollados, hasta la crisis de Lehman, cuando las correlaciones volvieron a uno”; pero ahora, podría ocurrir justo lo contrario: sufrimiento emergente y relativamente buen comportamiento de los desarrollados. Con todo, su cautela con los mercados en desarrollo le lleva a evitar en cartera nombres cuyo negocio tiene exposición a estos mercados. “Hay compañías que no tienen ventajas competitivas, bajos márgenes, que han sufrido escándalos de corrupción en países como Brasil y México. Evitamos las historias relacionadas”; y esa historia de valores relacionados con el mundo emergente podría ser también la de nombres españoles con exposición a LatAm, aunque el gestor solo habla de forma genérica y no da detalles.
Otro riesgo, pero a la par oportunidad, a lo cree que hay estar muy atentos es a las posibles rebajas de rating en industrias relacionadas con las materias primas y la minería, que aún gozan de grado de inversión pero que podrían pasar a high yield; ángeles caídos que pasarían a cotizar con mayores diferenciales y que ofrecen buenos retornos de cara al futuro, como ha ocurrido en el pasado con industrias como la de automóviles en EE.UU. o el sector financiero en Europa.
Flujos de Europa a EE.UU.
Con respecto al riesgo que supone la próxima subida de tipos en EE.UU., matiza que no trata de precedir este tipo de movimientos pero que, tras una historia de “política monetaria acomodaticia loca, mucha más de la necesaria», no cree que se den movimientos bruscos. Eso sí, como consecuencia, los yields actualmente en el high yield estadounidenses están un 2%-3% por encima del europeo y, ante ese mayor atractivo, cree posible un trasvase de flujos desde el activo en Europa hacia el otro lado del Atlántico. Aunque la tendencia aún no se ha visto demasiado, un inversor más «turista» podría tener este comportamiento.
Con respecto al riesgo de liquidez en high yield, habla de grandes cambios en el mercado. En primer lugar, se ha dado una retirada importante de los creadores de mercado, pues los brokers son penalizados por negociar con este tipo de bonos, de forma que, cuando hay malas noticias y se quiere vender, los activos pueden verse fuertemente penalizados.
Pero además, el gestor habla de un deterioro de la sensibilidad de los compradores y vendedores, en el caso de actores como los ETFs, que no miran el precio a la hora de tomar estas decisiones, sino que las ejecutan porque han de hacerlo y así lo dicta su benchmark. Un comportamiento que distorsiona el mercado pero también puede crear oportunidades.
A pesar de los riesgos, el gestor (que aplica tanto estrategias top down como bottom up a la hora de gestionar) considera que el high yield europeo ofrece atractivas oportunidades de inversión, en sectores como el financiero (que está en modo de repagar sus deudas) o en aquellos relacionados con el consumo (distribución, etc), tanto en Europa como en Reino Unido.