Los consumidores españoles consideran que la tasa de inflación aumentará más de un punto porcentual en los próximos doce meses, según los resultados de la última oleada de “M&G YouGov Inflation Expectation Survey”. Se trata del estudio trimestral sobre las expectativas de inflación que realiza M&G, una de las gestoras de activos líder a nivel internacional, en colaboración con YouGov en nueve países.
Según Ana Gil, especialista en inversión de renta fija de M&G, «uno de los principales objetivos de la política monetaria moderna es gestionar las expectativas de inflación, ya que éste es el primer paso para gestionar la propia inflación. Las expectativas de los consumidores tienen implicaciones directas sobre el comportamiento de la inflación y la economía en general a medio plazo. De este modo, este informe proporciona datos de gran relevancia e incluye, por primera vez, los resultados respecto a otras variables relacionadas con este indicador, como el precio de la vivienda y el comercio electrónico”.
Mientras que los últimos datos del IPC sitúan la tasa de inflación actual de España en un -0,4%, los consumidores españoles consideran que dentro de un año se situará en el 1,6%, uno de los niveles de expectativa más bajos desde que se inició el estudio (febrero de 2013). Preguntados por la misma expectativa dentro de cinco años, sitúan la tasa de inflación en un porcentaje muy superior, cercano al 2,5%.
En cuanto al precio medio de la vivienda, los consumidores españoles mantienen también una actitud optimista en relación a un posible aumento de su valor. En este sentido, consideran que aumentará un 5% en los próximos doce meses, un porcentaje muy similar al de sus vecinos europeos.
Estas expectativas sobre el aumento de la inflación explican que el incremento sostenido de los precios constituya una fuente de preocupación para la mayoría de los españoles, tal y como afirman seis de cada diez. De hecho, de los países europeos que participan en este estudio, España es, junto con Italia, uno de los que más preocupados se muestra. Si bien en la anterior oleada los jóvenes eran los españoles más preocupados por esta circunstancia, han pasado a ser las mujeres mayores de 55 años el segmento de población al que más le inquieta el aumento de la inflación.
Esta preocupación explica también que más de la mitad de los españoles, un 54%, se muestre en desacuerdo con las políticas económicas del gobierno. Los jóvenes entre 18 y 24 años de edad son los más descontentos. Del mismo modo, se trata de los europeos, dentro esta franja de edad, que más rechazo muestran a estas políticas.
Ingresos netos y e-commerce
El estudio también analiza las perspectivas de los consumidores respecto a la variación de sus ingresos netos en los próximos meses. Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G para España, comenta: “Hemos registrado un aumento en el optimismo de los españoles respecto a este punto. El 22% se muestra convencido de que sus ingresos aumentarán en el próximo año, frente a un 18% que considera que disminuirán. Este dato resulta especialmente alentador si tenemos en cuenta que en la misma oleada de nuestro informe en 2013, prácticamente el doble de los encuestados, un 37%, consideraba que sus ingresos netos serían inferiores a un año vista”.
Otra de las novedades de esta oleada del estudio M&G YouGov Inflation Expectation Survey es el análisis de los hábitos de los consumidores respecto al comercio electrónico, como una tendencia con grandes implicaciones sobre los índices de precios para cada país. Según los resultados globales del estudio, un 71% de los participantes ha realizado al menos una transacción online en el último mes. España se sitúa ligeramente por encima de la media en cuanto a comercio electrónico, de tal forma que el 73% de los consumidores encuestados afirmó haber comprado online en los 30 días previos a la realización del estudio. Entre ellos, tres de cada diez ha efectuado entre tres y cinco transacciones online en el último mes. Internet constituye una herramienta que permite comparar los precios de manera sencilla y el aumento del e-commerce puede actuar como una fuerza deflacionaria para determinados sectores a medio plazo.