“En Estados Unidos, las perspectivas de crecimiento para los próximos trimestres continúan siendo favorables. El aumento de la renta disponible, la creación de empleo y la caída del crudo impulsarán de forma apreciable el consumo privado durante la segunda parte del año y tenderán a compensar el efecto negativo que el dólar seguirá teniendo sobre el sector exterior”, dice Álvaro Sanmartín, responsable de la estrategia Alinea Global y economista jefe en MCH IS, en su último informe mensual.
Por el lado de la oferta, aunque el sector industrial podría seguir viéndose afectado por la reducción de actividad en el segmento energético, todo hace pensar que tanto el sector servicios como el inmobiliario se expandirán a un ritmo notable. “Así las cosas, EE.UU. parece en disposición de crecer a ritmos del 2,5%-3% en lo que queda de ejercicio” opina el experto. En su opinión, sería de esperar que tanto los salarios como la inflación subyacente tiendan a repuntar en los próximos meses y que la inflación general también lo hará. “Un escenario de actividad y precios como el comentado para EE.UU., y con independencia de cuándo decida subir tipos la Fed, hace que los niveles de tipos de interés a largo plazo que actualmente se observan en los mercados sean crecientemente absurdos”.
Más allá de Estados Unidos, Santamartín cree que la zona euro sigue beneficiándose de vientos de cola, en un contexto en que las mejoras económicas alcanzan a un cada vez mayor número de países. Pone por ejemplo a Francia e Italia, que no sólo están logrando cifras macro cada vez más positivas sino que dan muestras de querer avanzar en el campo de las reformas estructurales.
“Pero nada es gratis: la mejora económica europea también llevará a aumentos progresivos de la inflación en la segunda parte del ejercicio” advierte el experto. “Sobre todo en países como Alemania, donde los niveles de capacidad ociosa son más reducidos. Si este escenario se confirma, el debate sobre cuándo poner en marcha la versión europea del tapering podría comenzar antes de que acabe el ejercicio. Esto, a su vez, debería tener dos efectos sobre los mercados. En primer lugar, contribuirá a poner un suelo a la depreciación del euro. En segundo lugar, podría dar lugar a un repunte más o menos significativo de los tipos a largo plazo también en Europa”.
El mundo desarrollado está en buena forma
“Ha sido un mes de agosto duro para todos los que se dedican a los mercados financieros. El miedo a un descalabro de la economía china ha provocado una corrección muy significativa de los activos de riesgo, y ha hecho también que los tipos de interés a largo plazo en muchos países se hayan situado en niveles sólo compatibles con un período largo y penoso de bajo crecimiento y de potencial deflación global. No es que nos guste llevar la contraria, pero desde Alinea creemos que no es precisamente ése el escenario al que nos enfrentamos. Las principales economías desarrolladas se encuentran en mucha mejor forma que en pasados ejercicios, y sólo una (poco probable en nuestra opinión) desaceleración abrupta de la economía china podría hacer peligrar el devenir económico de las principales economía ricas del planeta”, asegura el experto.
Por supuesto, los desafíos que tenemos por delante no son pequeños, dicen. “China debe seguir progresando en el cambio de modelo productivo, a la vez que se esfuerza por mantener los niveles de actividad en rangos razonables. Y muchos países productores de materias primas, con Rusia y Brasil como grandes ejemplos, se enfrentan a un escenario muy difícil. Pero, aun aceptando esto, en nuestra opinión el futuro próximo es bastante alentador para la economía mundial en general y para el mundo desarrollado en particular”.
Por eso creen que la reacción que han tenido los mercados durante el mes de agosto es excesiva.
“Por esa razón, lo que hemos hecho a lo largo de este mes es aprovechar la corrección para aumentar exposición de forma moderada a renta variable europea (la americana nos sigue pareciendo que no está barata) y para reforzar nuestra apuesta por subidas de tipos a largo plazo en EE.UU. primero, pero también en Europa y Japón después”.Comentan que el caso de los tipos a largo es especialmente significativo. ¿Por qué? Porque ver por ejemplo a los tipos a largo en EE.UU. en niveles en el entorno del 2% de forma sostenida sólo es compatible con escenarios de crecimiento nominal (crecimiento real más inflación) en el entorno de ese 2% en el gigante americano. “¿De verdad ustedes creen que lo más probable es que EE.UU. crezca durante los próximos 10 años a ritmos medios del 1% con inflaciones del 1%? ¿O que crezca un 0,5% con inflaciones del 1,5%? ¿O que se expanda a ritmos del 1,5% con inflaciones medias del 0,5% en los próximos 10 años? Nosotros, sinceramente, creemos que no y por eso seguimos pensando que la estrategia de duración corta que Alinea tiene en cartera nos dará buenos réditos en los próximos meses”.