Los mercados llevan semanas con la vista puesta en Grecia. Un foco excesivo, según Bruno Cavalier, economista jefe de Oddo&Cie, para el que es más importante centrarse en otros dos aspectos que están sucediendo en Europa: la reflación y el resurgimiento del ciclo crediticio, lo que tendrá “mayores implicaciones para el escenario económico europeo” que la crisis griega, según defendió en el marco de su Investors Day celebrado recientemente en París y al que acudió Funds Society. “El año pasado estábamos preocupados por la restrictiva política fiscal, la fortaleza del euro y los problemas en Francia y este año la política fiscal se ha vuelto más neutral, el euro ha pasado del entorno de 1,4 a 1,1 dólares y el riesgo en Francia se ha desvanecido”, aunque sustituido por Grecia.
Para el experto, “hay que dar crédito a la recuperación europea”, en un juego de palabras que defiende ese resurgimiento del crédito como factor fundamental de impulso económico. “El componente clave para la recuperación no es Grecia, sino el crédito. Si los bancos empiezan a prestar de nuevo todo cambiará porque, a diferencia del mundo anglosajón, donde las empresas encuentran financiación alternativa en los mercados, en Europa dos tercios de la financiación viene de los bancos”. De ahí la importancia de ese resurgimiento que estamos viendo ya y que, según Cavalier, continuará en los próximos trimestres.
De hecho, la fragmentación financiera ha disminuido desde verano de 2012 y las condiciones de mejora del precio del crédito se están homogeneizando en la región, con excepción de Grecia; y eso, según el experto, facilita la transmisión de la política monetaria. Con respecto a la oferta de crédito, señala que tras la crisis los bancos la disminuyeron ante la falta de capital –por motivos regulatorios-, liquidez y aversión al riesgo pero ahora está creciendo debido al fortalecimiento de sus balances y su recapitalización, la relajación de las condiciones monetarias y la mayor liquidez del mercado y también por la reducción del riesgo de ruptura de la eurozona. “Las dudas están hoy menos presentes, con las medidas del BCE y una mayor organización de los procesos para la unión bancaria”, dice. En su opinión, las condiciones crediticias son neutrales, con algunas diferencias entre países, pero bastante neutrales tras años muy restrictivos.
Con respecto a la demanda de crédito, el momento es más cíclico: el desempleo ha tocado suelo, al igual que los precios de las viviendas, la desinflación apoya las rentas y la política monetaria es ultra acomodaticia, por lo que ve “brotes verdes” en el ciclo crediticio en Europa. “Hemos visto flujos de préstamos positivos en los últimos siete meses y la mejora de las condiciones en los últimos trimestres y eso continuará y apoyará el ciclo de inversión en Europa y de gasto en capital de las empresas, que tiene mucho margen de mejora”, explica. Y es que, tras años de baja inversión, el capital “se está quedando viejo”, dice, y si las empresas no invierten perderán capacidad productiva en el futuro, por lo que espera que esa inversión empiece a repuntar.
¿Cuáles son los riesgos?
Pero este escenario no está exento de riesgos: el primero era Grecia hace solos unos días, pero la cercanía del acuerdo desvanece el Grexit. “Desde 2012 todo ha cambiado tras la charla de Draghi del “wathever it takes” y además la exposición del sector privado a Grecia es casi nulo, así que el coste sería muy bajo. En 2012 era difícil distinguir a Grecia del resto de periféricos pero hoy no hay confusión. Además, la periferia está bajo la protección del BCE, mediante las compras de bonos y lo ocurrido da pobre publicidad al resto de partidos radicales europeos”, defiende.
Otro riesgo es el aumento de las rentabilidades de los bonos, pero cree que hay que mirar el lado positivo, puesto que eso significa o que la inflación está subiendo o que lo hace el crecimiento. Con respecto al riesgo de que el BCE termine antes de lo previsto con sus medidas, cree que el 80% del programa aún ha de ser completado y que el BCE tratará de mantener su política descorrelacionada con la de la Fed. Sobre el riesgo que supone la Fed, que empezará a subir tipos en septiembre, considera que sus movimientos están justificados y que aun así, la política seguirá siendo muy acomodaticia. “Llevará años ver una política restrictiva en el país”, añade.