Seguimos viendo empresas resistentes, generadoras de ingresos, con sólidos fundamentos y potencial de crecimiento a largo plazo. Durante más de una década, la renta variable estadounidense ha dominado los rendimientos, impulsada por un panorama posterior a la crisis financiera definido por unos tipos de interés ultrabajos, la relajación cuantitativa y un dólar estadounidense en alza. Pero en 2025, la pregunta más relevante es: ¿hacia dónde vamos a partir de aquí, y cómo puede la diversificación global mejorar los ingresos y mitigar el riesgo en un mundo volátil?
Replanteamiento de la exposición fuera de EE.UU.
Aunque la rentabilidad superior de EE.UU. está bien documentada, se debió principalmente a los vientos de cola de la política monetaria y al predominio de sectores de crecimiento como la tecnología. Por el contrario, muchos mercados no estadounidenses -especialmente Europa y Japón- se enfrentaron a obstáculos estructurales como los tipos de interés negativos y una mayor exposición al sector financiero. Sin embargo, la narrativa está cambiando. Con la normalización de los tipos, hemos visto cómo el crecimiento de los beneficios fuera de EE.UU. se ponía al día y, en el caso de Japón, incluso superaba al de EE.UU. en términos de USD.
Los precios de las acciones siguen en última instancia los beneficios, y los datos recientes de Goldman Sachs muestran que desde enero de 2022 hasta febrero de 2025, los bancos europeos superaron a los «7 magníficos» estadounidenses, impulsados por unos beneficios sólidos. Esto nos dice que la oportunidad en el extranjero no es simplemente un juego de valoración; se trata de un crecimiento real y tangible de los beneficios. En un mundo en el que los ingresos y el rendimiento importan más que nunca, estas tendencias son cada vez más importantes.
Ingresos diversificados, carteras resistentes
La verdadera diversificación no consiste únicamente en poseer diferentes geografías, sino en acceder a diferentes flujos de ingresos. En la construcción de nuestra cartera, nos centramos en empresas con alcance mundial y flujos de caja diversificados. Europa es un ejemplo perfecto: más de la mitad de los ingresos de las empresas europeas proceden de fuera del continente. Los inversores suelen pensar en la renta variable europea como un juego en las economías locales, pero ofrece exposición a la demanda mundial con valoraciones a menudo más atractivas que sus homólogas estadounidenses.
La diversificación nunca ha sido tan importante. Con el aumento de las tensiones geopolíticas, las interrupciones del comercio y los cambios en las expectativas de crecimiento, la exposición concentrada en un solo mercado -especialmente en uno tan bien valorado como el estadounidense- puede aumentar el riesgo. Los mercados no estadounidenses ofrecen acceso a empresas de calidad con presencia mundial y flujos de ingresos no correlacionados con los ciclos nacionales.
La sanidad europea en el punto de mira: Innovación con ingresos
Una de las oportunidades más atractivas que vemos es la sanidad europea. Este sector se sitúa en la intersección de la innovación y la resistencia. La sanidad representa aproximadamente 10 billones de dólares anuales de gasto mundial y el 10% del PIB mundial, sustentado por una demanda no discrecional y tendencias estructurales a largo plazo. Las empresas sanitarias europeas están a la vanguardia de la innovación mundial, desarrollando tratamientos de última generación para enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las afecciones cardiovasculares.
Estas empresas ofrecen sólidos perfiles de dividendos y estabilidad del flujo de caja, y están alineadas con motores de crecimiento seculares como el envejecimiento de la población y la creciente concienciación sanitaria mundial. Por ejemplo, los fármacos GLP-1 -inicialmente para la diabetes- están revolucionando ahora el tratamiento de la obesidad, uno de los problemas de salud más acuciantes a escala mundial.
Posicionamiento para el próximo ciclo
A medida que nos adentramos en un entorno de tipos más normalizado, los argumentos a favor de la diversificación mundial -especialmente en las carteras de renta variable- nunca han sido tan sólidos. La evolución del panorama de rentabilidad, las atractivas valoraciones y las poderosas tendencias estructurales fuera de EE.UU. constituyen un argumento convincente para asignar el capital a escala mundial. Al identificar empresas de alta calidad, generadoras de rentas y con exposición global -especialmente en sectores como la sanidad-, los inversores pueden construir carteras resistentes y posicionadas para el crecimiento a largo plazo.
Tribuna de opinión escrita por Matt Burdett, Head of Equities, Thornburg
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