Para los expertos, el debilitamiento que ha experimentado el dólar estadounidense tiene consecuencias reales para las carteras. Mientras los inversores reflexionan si deben o no hacer cambios en términos de divisas, el debate sobre el comportamiento del dólar sigue abierto y muy vivo.
De hecho, el billete verde registró ayer una leve recuperación después de que el presidente Trump aclaró que no tiene intención de destituir al presidente de la Fed, Jerome Powell, aliviando las preocupaciones sobre la independencia del banco central. Además, el tono más conciliador hacia China ayudó a reavivar el sentimiento de riesgo, elevando la demanda de activos estadounidenses y reduciendo el apetito por las divisas de los mercados emergentes.
En opinión de Lale Akoner, analista de Mercados Globales de eToro, en el contexto actual, los inversores que buscan un mejor equilibrio cambiario podrían diversificar su exposición cambiaria. “Mantener su patrimonio en una sola divisa concentra el riesgo. Algunos inversores están asignando activos denominados en euros, yenes o francos suizos. Otros utilizan fondos internacionales con clases de acciones con cobertura cambiaria para ampliar la red de seguridad y neutralizar el riesgo cambiario. La clave está en la alineación: los inversores estadounidenses que anticipan una continua debilidad del dólar suelen no tener cobertura para captar ganancias en el extranjero, mientras que los inversores europeos o británicos con activos estadounidenses podrían preferir la cobertura para mitigar las pérdidas cambiarias”, afirma Akoner.
Destaca que, durante el primer trimestre de 2025, la depreciación del dólar estadounidense ha tenido un impacto significativo en las monedas latinoamericanas, generando una apreciación generalizada en la región. Según los analistas, este fenómeno se debe a factores como la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump y las expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). ¿Qué está ocurriendo con estas divisas?
La fortaleza del peso mexicano
En contexto, destaca el comportamiento que están teniendo algunas divisas latinoamericanas. Por ejemplo, al inicio de la semana, el peso mexicano avanzó frente al dólar, alcanzando máximos de varios meses, ante la reacción de los inversores por la debilidad del billete verde.
“El peso mexicano ha mantenido una tendencia positiva frente al dólar estadounidense, llegando a estar por debajo de la zona de 19,50 pesos por dólar. Esta apreciación ha sido impulsada por factores tanto externos como internos que han reforzado la confianza de los inversionistas en la moneda nacional. En un entorno global incierto, la estabilidad del peso destaca como un signo de resiliencia económica y solidez relativa”, explica Antonio Di Giacomo, analista de Mercados Financieros para LATAM en XS.
Y añade que, desde un punto de vista técnico, el tipo de cambio peso/dólar se encuentra en una zona crítica. “Este nivel de 19,50 actúa como un soporte clave, y se observa con atención la posibilidad de una ruptura a la baja, lo que podría abrir espacio para una mayor apreciación del peso. Esta perspectiva técnica se ha convertido en un factor adicional que alimenta las expectativas positivas de corto plazo”, matiza.
Sin embargo, en opinión de Quasar Elizundia, estratega de Análisis de Mercados en Pepperstone, la moneda latina podría enfrentar vientos en contra. “En EE.UU., la disminución de los temores sobre la interferencia política en la Reserva Federal (Fed) y las nuevas esperanzas de una tregua en las tensiones comerciales entre EE.UU. y China podrían impulsar al billete verde”.
Elizundia apunta que, a nivel nacional, aunque el tipo de interés oficial relativamente alto de Banxico y un diferencial de tipos de interés favorable siguieron atrayendo flujos de entrada, es probable que los datos mixtos enturbien la trayectoria del peso. “Las ventas al por menor cayeron un 1,1% interanual en febrero, lo que supone un brusco cambio de tendencia respecto al aumento del 2,7% registrado en enero. Aunque el crecimiento mensual se mantuvo marginalmente positivo, los datos confirmaron una pérdida de impulso en el consumo de los hogares. Esta debilidad coincidió con una rebaja de las previsiones económicas de México por parte del FMI, que ahora espera que el PIB se contraiga un 0,3% en 2025.
Brasil, Chile y Argentina: avanzan frente al dólar
Si miramos hacia Brasil y Chile, la tendencia es similar. El real brasileño se apreció un 1,01%, cotizando a 5,7055 unidades por dólar, principalmente fortalecido por el retroceso global del dólar y a expectativas de recortes en las tasas de interés por parte del Banco Central de Brasil. Según los analistas, a estos dos factores se une la perspectiva positiva sobre su balanza comercial, ya que el aumento en los precios de las exportaciones, especialmente de las commodities, ha favorecido la entrada de divisas al país. “Sin embargo, la sostenibilidad de esta tendencia dependerá de la capacidad del país para abordar sus desafíos fiscales y controlar la inflación, así como de la evolución de la economía global”, matizan.
Mientras que el peso chileno avanzó un 0,86%, cotizando a 918,80 unidades por dólar, impulsado por el incremento en los precios del cobre, la principal exportación del país. A este factor se suman, al igual que en Brasil, otros dos: su política monetaria y la depreciación del dólar. En este sentido, destaca que el Banco Central de Chile ha mantenido una política monetaria restrictiva para controlar la inflación, lo que ha contribuido a la estabilidad del peso.
Por último, el comportamiento que está protagonizando el peso argentino responde a un contexto diferente. Tras la liberalización del control cambiario, el peso argentino mostró una tendencia alcista, cotizando en torno a 1.088 pesos por dólar. Según los expertos, esta apreciación se vio impulsada por la urgencia de liquidez en moneda local y por políticas monetarias implementadas por el gobierno de Javier Milei.
“El peso argentino mantenía al inicio de semana su sesgo alcista en pleno reacomodamiento del mercado tras la reciente liberación cambiaria, mostrando la urgencia de liquidez en la moneda local que alentaba el desarme de posiciones dolarizadas. Operadores coincidieron en que la política monetaria instrumentada por el Gobierno del presidente ultraliberal Javier Milei está provocando una sostenida revaluación del peso, que se aproxima a la punta compradora de divisas por parte del banco central (BCRA)”, apuntan desde Reuters.
Peso colombiano: a contracorriente
La otra cara de la moneda -nunca mejor dicho- de esta tendencia está protagonizada por el peso colombiano, que se ha debilitado frente al dólar y el optimismo comercial. Según explica Elizundia, de Pepperstone -bróker experto en mercados financieros internacionales y crypto-, este movimiento a la baja de mitad de semana se debió a factores internos y externos. “En el plano local, los precios del crudo continuaron bajando ante los indicios de que la OPEP+ podría aumentar aún más su producción. La caída de los precios del petróleo perjudica directamente la relación de intercambio y las perspectivas fiscales de Colombia”, señala en primer lugar. Respecto a nivel externo, añade que el último repunte del dólar pesó aún más sobre la divisa.
Por último, el analista señala que, de cara al futuro, todas las miradas se centran en la decisión sobre los tipos de interés de la próxima semana. “Tras mantener los tipos estables en la reunión anterior, cualquier medida de recorte podría reducir el atractivo del peso y aumentar las presiones de depreciación”, concluye Elizundia.
El dólar pierde su sonrisa
Para Benoit Anne, Senior Managing Director del Grupo de Estrategia e Insights de MFS Investment Management, estamos frente a un nuevo paradigma de mercado en el que las características defensivas del dólar estadounidense se están debilitando. Y destacan que el índice DXY ha caído hasta alrededor de 98.40, un nivel que no veíamos desde principios de 2022.
“El dólar estadounidense está mucho más barato de lo que estaba hace unos meses, pero eso no significa que esté barato en términos históricos. Si miramos el índice del dólar amplio real ponderado por comercio de la Reserva Federal, el nivel actual sigue estando un 17% por encima de su media de los últimos 30 años, lo que indica una sobrevaloración significativa. En general, el entorno del mercado no parece ser favorable para el dólar, al menos con la información actual. Esto sugiere que los activos no estadounidenses podrían estar bien posicionados para obtener mejores rendimientos en el futuro”, concluye Anne.