Dado que es probable que la volatilidad persista en los próximos meses, los inversores tendrán que encontrar formas de aportar estabilidad a sus carteras ante las turbulencias y las posibles caídas del mercado. «Apenas han transcurrido tres meses del año y los mercados ya han sufrido episodios de volatilidad relacionados con aranceles, el sector tecnológico y la IA», según recuerda Joao Saraiva, analista senior de inversiones en Vanguard Europa.
Los ETFs de renta fija, según el experto, ofrecen a los inversores una manera de añadir un colchón a las carteras, al tiempo que proporcionan una exposición que podría beneficiarse de un entorno potencialmente favorable para los rendimientos de la renta fija.
Saraiva detalla que algunos inversores «han empezado a cuestionarse la conveniencia de mantener la renta fija en carteras, tras dos años consecutivos de rentabilidades anuales superiores al 20% en renta variable estadounidense», pero su visión «destaca que las ventajas de tener renta fija en cartera persisten, y el actual entorno de mercado sugiere que los inversores en esta clase de activo podrían tener motivos para el optimismo».
Los fondos cotizados (ETFs) de renta fija como amortiguadores de la cartera
En este contexto de mayor volatilidad del mercado, es importante recordar el papel que puede desempeñar la renta fija en carteras. Los bonos globales con cobertura de divisa, en particular, pueden ser un buen ejemplo, según explican desde la firma.
Aunque la exposición a la renta fija suele mostrar una volatilidad inferior a la de la renta variable, los bonos globales con cobertura de divisa han destacado sistemáticamente por encima del resto. Saraiva cita como ejemplo que en los últimos 20 años, estos han mostrado una volatilidad de aproximadamente el 3% anual, «lo que contrasta radicalmente con la volatilidad superior al 16% de la renta variable y las exposiciones alternativas».
Esta menor volatilidad es importante por lo que significa con respecto a la protección en caídas. Si bien la renta variable ha obtenido rentabilidades absolutas más elevadas que la renta fija en los últimos años, la diferencia de ambas clases de activo en caídas de mercado es mucho más marcada. De nuevo, el experto argumenta que la renta variable estadounidense y mundial ha sufrido descensos de hasta el 55% y el 58%, respectivamente, en los últimos 20 años, pero en el caso de la renta fija global con cobertura de divisa, el descenso máximo fue del 12%.
Renta fija global con cobertura de divisa: Un amortiguador todoterreno
Para los inversores que buscan formas de mitigar el riesgo de caídas en las carteras, las propiedades amortiguadoras que ofrecen los bonos globales con cobertura pueden ser significativas. Desde una perspectiva ajustada al riesgo, los bonos globales con cobertura han batido cómodamente a la mayoría de las demás clases de activos -con excepción de las exposiciones a bonos de corta duración- durante los últimos 20 años.
Más allá de actuar como ancla de la cartera, Saraiva apunta que un estudio interno de la firma también sugiere un panorama favorable para los bonos en el futuro. «Como hemos expuesto en nuestras perspectivas económicas y de mercado para 2025, creemos que el entorno de tipos más altos ha llegado para quedarse y, por tanto, esperamos que la rentabilidad de los bonos a largo plazo se acerque a los niveles observados a principios de la década de 2000». Por lo tanto, en estas condiciones, «es probable que la mayor parte de la rentabilidad de un inversor en renta fija proceda de pagos de cupones más elevados que se reinviertan a tipos más altos, en lugar de la revalorización de los precios».
Cómo añadir valor al gestionar estrategias de ETFs de renta fija indexada
Una idea errónea, según el experto, muy extendida es que los gestores de exposiciones indexadas siguen un planteamiento de «configúralo y olvídate». En realidad, prosigue, la gestión de fondos indexados y ETFs de renta fija «requiere un alto grado de conocimiento». Como ilustración de la habilidad requerida, y que desempeña un papel clave para mantener bajos los costes del inversor, «son las técnicas de muestreo que utilizan algunos gestores de carteras indexadas».
Hay que tener en cuenta que mantener cada uno de los componentes de un índice de referencia de renta fija «a menudo no es posible, factible o rentable para el gestor de fondos encargado de seguir el índice». Mediante el muestreo, los gestores de carteras pretenden ajustarse a las características y la rentabilidad del índice de referencia sin incurrir en costes de transacción innecesarios, que pueden erosionar los rendimientos a largo plazo.
Los gestores de cartera pueden igualar estrechamente las ponderaciones del índice subyacente manteniendo sólo una parte de los componentes del índice. Para ello, se centran en emisiones específicas de bonos tras evaluar parámetros como la liquidez, la calidad crediticia, el vencimiento y otras consideraciones clave, minimizando los costes de transacción. Estas técnicas de muestreo también funcionan como una herramienta de gestión de la liquidez, que es vital durante los periodos de turbulencias del mercado.