Los mercados han experimentado picos continuados de volatilidad a lo largo del primer trimestre, con un impacto más evidente sobre los mercados de renta variable, aunque hemos podido ver también un ensanchamiento de los diferenciales de la deuda estadounidense. Olivier Debat, especialista de inversión sénior de UBP, llama a mantener la calma y hacer los deberes en materia de análisis: “Al analizar los datos macro, tenemos datos “duros” (hard data), como el PIB o la evolución de la inflación, y datos “blandos” (soft data), como la lectura del índice ISM. Nos hemos dado cuenta que, desde hace más de un año, los datos blandos tienen tendencia a ser más volátiles, por lo que hemos tenido que poner más énfasis en los datos duros, que son los que reflejan la evolución de la economía real. Y, especialmente en EE.UU., están mostrando que la economía está creciendo por encima de la tendencia, con un crecimiento real superior al 2%”.
Debat mantiene una postura pragmática: considera que la Fed podría recortar los tipos de interés un par de veces más este año, y la visión de UBP es que probablemente la deuda soberana cotice dentro de un rango, “por lo que básicamente buscaríamos el carry”. El experto aclara que esta visión se debe a que, a diferencia de con la renta variable, “en renta fija no buscas un catalizador; en renta fija se trata del tiempo que pases invertido”.
Debat añade que “siempre hay un escenario de recesión en algún sitio”, lo que obliga al equipo de UBP a estar pendiente de todos los riesgos y ajustar carteras en consecuencia. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de EE.UU., habla de un posible cambio en la confianza del consumidor por los anuncios de despidos en el sector público y el posible impacto de los aranceles sobre los negocios más pequeños. Sin embargo, incluso aunque subieran las tires de los treasuries en consecuencia, cree que se mantendría la demanda por esta clase de bonos: “Sigue siendo la deuda del Tesoro de EE.UU. y todavía es el instrumento más líquido que existe. No creemos en un escenario en el que desaparezca por completo la demanda de treasuries, sigue habiendo inversores institucionales que están condicionados por los ratings y los rendimientos”.
En su opinión, lo mismo sucedería en Europa, tras los últimos anuncios de Alemania de incrementar el volumen de emisiones en el futuro para satisfacer el nuevo programa de gasto público en defensa e infraestructuras: “Es difícil evitar a Alemania, por la liquidez de su deuda”.
Lo que sí admite Debat es que “probablemente los inversores están poniendo en precio que los bancos centrales podrían intervenir en el mercado más rápidamente”. Ni confirma ni descarta esta visión, pero sí añade: “Lo que es cierto es que ahora los bancos centrales tienen más herramientas para actuar”.
Dadas estas previsiones macro, el experto resume con sencillez cómo deberían actuar los inversores este año con sus asignaciones a renta fija: “Se trata de ser pacientes, mantenerse invertidos y obtener el income. Y así, probablemente reduzcan el impacto de la volatilidad”.
Más riesgo en renta fija
El especialista de inversión se muestra de acuerdo en que el mandato de numerosos participantes del mercado – incluyendo UBP- pasa por asumir más riesgo en renta fija, no menos. Añade que esta tendencia se está reflejando en los flujos, con una rotación desde los fondos monetarios a otras estrategias: “Gestionamos toda la gama, desde fondos monetarios a high yield, y este año estamos viendo reembolsos desde los monetarios. No estamos en un escenario de reducción de riesgo, sino de añadir mayor riesgo. Es una buena señal”.
Más allá del estrechamiento que se ha constatado en los diferenciales respecto a los niveles de hace dos años, Debat insiste en que las tires actuales son lo que importa, porque los inversores aún tienen oportunidades de obtener rendimientos interesantes invirtiendo con la vista puesta en el largo plazo. Pone como ejemplo los bonos con rating B, que desde 1996 han generado un rendimiento medio del 6,7%, con un retorno anualizado del 6,6%. También toma la evolución de todo el mercado del high yield desde 2010, que actualmente está cotizando con un rendimiento medio de entre el 7 y el 7,5%, para afirmar que “los rendimientos hoy son elevados, todavía hay un buen punto de entrada”.
UBP lanzó el fondo UBAM Strategic Income hace dos años y medio, con el objetivo claro de ofrecer a los inversores exposición a crédito con un rating medio IG, pero con rendimientos que se parecieran más a los del high yield. “La estrategia tiene grado de inversión, pero intenta tomar ventaja de las diferentes clases de activos que proporcionan rentas”, aclara Debat. De esta forma, el fondo puede invertir en crédito con grado de inversión, CLOs, AT1, deuda híbrida no financiera y en deuda high yield con rating BB, manteniéndose en la parte de mayor calidad dentro del espectro.
El equipo dedica mucho tiempo a analizar las distintas clases de activos para detectar ineficiencias por valoración que les permitan arañar rendimiento extra. “Podemos realizar análisis de valor relativo entre los diferentes segmentos, por ejemplo, comparando la deuda BB y la deuda BBB”, explica. “Nos permite obtener una prima de rentabilidad que viene de ineficiencias, sin sacrificar el rating medio IG de la cartera”, concluye.