Devan Kaloo, que dirige el departamento de Renta Variable Global de Mercados Emergentes en Aberdeen AM, explicó en una reciente conferencia a inversores la importancia de elegir el momento y la permanencia adecuada para estar en el mercado. El portfolio manager de las estrategias de Renta Variable Latinoamericana de Aberdeen demostró con un par de gráficos que merece la pena cambiar pesimismo por optimismo cuando hablamos de mercados emergentes.
En el primero de ellos reconoció con franqueza que en los últimos cinco años, los mercados emergentes han evolucionado por debajo de los mercados desarrollados significativamente peor, “en algo así como un 60% menos».
Sin embargo, como demuestra el siguiente gráfico, apuntó Kaloo, también es cierto que «quien haya permanecido en los mercados emergentes durante diez años habrá visto una rentabilidad de alrededor del 40%». Si nos fijamos en el mercado sobre una base a largo plazo, afirmó, “este período de diez años podría ser «el tiempo correcto».
El manager de Aberdeen también señaló que la rentabilidad de los mercados emergentes ha evolucionado por debajo de los mercados desarrollados en un 8% en 2014, con una rentabilidad absoluta negativa del 2% en dólares estadounidenses. Aun así, estas cifras sitúan a los mercados emergentes como la segunda clase de activo con mejor comportamiento, por encima, por ejemplo de Japón, Europa o Reino Unido. “Si calculamos la rentabilidad en euros, yenes o libras esterlinas la rentabilidad absoluta fue positiva”.
A corto plazo la perspectiva es importante
Kaloo utilizó su presentación para subrayar el futuro potencialmente brillante para los mercados emergentes, en los que veremos mejoras de sus condiciones macroeconómicas y corporativas que probablemente se transformen en mejores rentabilidades de las bolsas.
También argumentó que las fluctuaciones temporales en los mercados emergentes no reflejaban los fundamentales. «La gente a menudo considera que la evolución de las bolsas a corto plazo refleja los problemas subyacentes en ese mercado», dijo. Sin embargo, «en los mercados emergentes claramente no es el caso».
Flujos de capital
Existe esta desconexión, dijo Kaloo, porque las bolsas de los emergentes a menudo tienen un fuerte componente de inversores extranjeros. «Los inversores institucionales y minoristas locales no son parte consistente del mercado, así que los chicos que los manejan suelen ser extranjeros», explicó. «Esto es importante, porque a menudo los extranjeros están preocupados por cosas distintas de lo que está ocurriendo realmente sobre el terreno«.
Por ejemplo, «lo qué está pasando con la flexibilización cuantitativa, y el efecto de las políticas del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de Japón, puede tener un gran impacto sobre los flujos de capital hacia los mercados emergentes, y un impacto desproporcionado en la rentabilidad de estos mercados».
Además, debido a que los mercados emergentes, en la mayoría de los casos, son menos líquidos, no se necesita demasiado para hacerlos subir o bajar. «Por ponerlo en contexto, de los últimos cuatro años, en tres de ellos hemos visto salidas de capital», señaló. «En realidad no fue una gran cantidad de dinero. Estamos hablando de 25.000 millones de dólares».
«A pesar de que esos 25.000 millones de dólares no suponen una cantidad enorme de dinero en términos macroeconómicos globales, la falta de liquidez de los mercados emergentes significaba que no hace falta una gran cantidad de capital para hacer fluctuar estos mercados«, concluyó el manager de Aberdeen.