La industria automovilística europea es vulnerable a la imposición de aranceles estadounidenses a las importaciones, dado que los fabricantes exportan sus productos al enorme mercado estadounidense desde sus fábricas en Europa, México y Canadá, según Lucas Pozza, analista de Scope Ratings.
En opinión de este experto, el mercado europeo se enfrenta actualmente a algunos retos estructurales relacionados con la transición hacia los vehículos eléctricos (falta de subvenciones públicas, precios más elevados en un mercado de consumo sensible a los precios, insuficiente infraestructura de recarga), la competencia de las marcas chinas y una demanda general de los consumidores relativamente débil en Europa y China. «El establecimiento de aranceles del 25% en un contexto de estas dificultades probablemente deteriorará aún más los resultados operativos y provocará alteraciones en la cadena de suministro en Europa, lo que subraya la perspectiva crediticia negativa para el sector», asegura Pozza.
Según su visión, probablemente, el mayor impacto se producirá en las empresas más dependientes de las exportaciones de Europa al mercado estadounidense y con una capacidad de producción limitada, como Stellantis, y el grupo Volkswagen AG a través de su filial de automóviles deportivos Porsche y BMW.
Por ejemplo, señala que Stellantis fabrica/ensambla sus coches principalmente en México (Peugeot, Citroën, Opel…) y Canadá (Jeep, Chrysler, RAM), con una pequeña huella de fabricación en Estados Unidos. Como juegan en el mercado de gran consumo, podrían ser fácilmente sustituidos por otras marcas que produzcan localmente (por tanto, más baratas, ya que no se aplicarían aranceles) y perder aún más cuota de mercado en Estados Unidos, según explica el experto. En 2024, su cuota de mercado pasó del 9,4% en 2023 al 7,8% en el mercado estadounidense, que representa su mayor contribuyente con el 42% de las ventas en 2024.
“Porsche produce casi todos sus coches en Alemania y los exporta a EE.UU., donde no tiene capacidad de fabricación. Como se trata de un negocio de pequeño volumen, pero de alto margen para Volkswagen, los aranceles corren el riesgo de reducir los márgenes de Porsche y del grupo en general, sobre todo si al repercutir los aumentos de aranceles a los clientes en forma de precios más altos, los consumidores prefieren optar por comprar automóviles de marcas rivales”, añade.
Su conclusión es que algunas empresas están desplazando la producción para evitar los aranceles y/o replanteándose sus cadenas de suministro:“Los coches serán, sin duda, más caros, ya que los fabricantes intentarán repercutir en el consumidor estos precios más altos en la medida de lo posible, pero para algunos de ellos sus márgenes simplemente se reducirán, ya que no podrán repercutirlos en su totalidad. Para otros, principalmente las marcas de lujo, están menos expuestas, ya que sus clientes no son tan sensibles a las subidas de precios».
Pozza considera que, probablemente, sea difícil que los fabricantes europeos saquen partido de esta situación, pero puede haber consecuencias que compensen el daño a corto plazo a su negocio, según el experto. “El proteccionismo estadounidense animará a algunas empresas a diversificar mejor su cartera a costa de aumentar su exposición a mercados emergentes más volátiles. Para aquellos que estén decididos a desplazar la producción, los aranceles son un incentivo para invertir en EE.UU., reducir los costes logísticos, abastecer más rápidamente el mercado local y mejorar el posicionamiento de la marca, e incluso recibir incentivos del gobierno local”, concluye.