La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) dio una alegría al dólar la semana pasada, al mantener estable su política monetaria y advertir que no tiene prisa por bajar los tipos de interés en las próximas reuniones. Según los expertos, desde enero hasta el 25 de marzo de 2025, el dólar estadounidense ha mostrado una tendencia de debilitamiento frente al euro. En concreto, el tipo de cambio pasó de 1,0352 dólares/euro a 1,0942 dólares/euro el 18 de marzo. ¿Logrará el dólar mantener su histórico liderazgo?
“En este mundo, el dólar reina porque se percibe como la moneda menos arriesgada. Internacionalmente existe una ley anti-Gresham, según la cual el dinero bueno expulsa al malo y el bueno es el dólar. En este contexto, el euro ha intentado en vano competir con él y el intento de los BRIC de crear otra moneda no ha sido concluyente”, apunta Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management, firma afiliada de Natixis IM.
En su opinión, el mundo está cambiando y los desequilibrios que ahora lo caracterizan ya no apuntan hacia una expansión de la globalización, sino hacia un reenfoque más local. “EE.UU está aplicando una política más aislacionista con China y Europa, consideradas no aliadas en la escena internacional. Este nuevo enfoque, forzado por Washington, podría traducirse en una forma de desconfianza hacia los valores estadounidenses y el dólar. Un mundo más vertical, unas fronteras reforzadas y una menor confianza en el billete verde son ingredientes que favorecen la formación de una especie de mundo tripolar. Hace mucho tiempo, los economistas imaginaron un marco tripolar de este tipo. Cada polo se centraría en un país (Estados Unidos y China) y una región geográfica (la zona euro), pero también en una moneda. Los países vinculados al país de referencia tendrían un tipo de cambio fijo con la moneda de referencia, que fluctuaría con las otras dos”, teoriza Waechter.
El dólar débil: una apuesta arriesgada
El dólar es el pilar del sistema financiero mundial y su fortaleza ha sido históricamente un factor de estabilidad para los mercados internacionales y un refugio seguro en tiempos de crisis. No obstante, en opinión de José Manuel Marín, economista y fundador de Fortuna SFP, la nueva estrategia de devaluación para hacer más competitivas las exportaciones estadounidenses podría debilitar la confianza global en la moneda.
“Una menor confianza en el dólar podría desencadenar una fuga de capitales y presiones inflacionarias en Estados Unidos. Además, los países que mantienen reservas en dólares podrían comenzar a diversificarlas, debilitando aún más su posición como moneda de referencia global. Esto generaría un entorno de inestabilidad en los mercados financieros internacionales, donde el dólar dejaría de ser el activo seguro por excelencia”, explica Marín.
Según recuerda el economista, históricamente, la debilidad del dólar ha sido una herramienta utilizada por EE.UU. en momentos de crisis, pero también ha traído consecuencias no deseadas, como un encarecimiento de las importaciones y un incremento del costo de la vida para los estadounidenses. “Además, podría incentivar a otras naciones a fortalecer sus monedas o buscar alternativas al sistema basado en el dólar, debilitando la hegemonía financiera estadounidense a largo plazo”, añade.
La Fed da oxígeno al dólar se recupera
Dejando a un lado la teoría, lo que hemos visto es que, la semana pasada, el dólar recuperó terreno frente a las principales divisas, impulsado por la postura restrictiva de la Fed y por unos datos estadounidenses bastante alentadores. “El principal temor de los inversores últimamente ha sido que las impredecibles declaraciones sobre aranceles por parte de Trump llevaran a la economía estadounidense a una caída brusca y descontrolada. Hasta ahora, al menos, esto no se ha evidenciado en los datos, ya que los informes sobre el mercado laboral e inmobiliario sorprendieron al alza la semana pasada. Las cifras preliminares del PMI de marzo podrían contribuir en gran medida a aliviar los temores de recesión. Sin embargo, la atención se centrará casi exclusivamente en la presentación de los aranceles recíprocos prevista para la semana que viene, que supone el próximo gran acontecimiento de riesgo para los mercados financieros”, explica Ebury en su último informe.
Esta recuperación parece que continúa. “El dólar continúa avanzando frente a la moneda común a medida que los inversores digieren la reunión de la Fed la semana pasada. Asimismo, las palabras del presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, alentaban las compras en el billete verde al señalar ayer que únicamente espera un recorte de tipos para este año. Con todo esto, el cruce euro/dólar, que ya acumula cuatro jornadas consecutivas de caída, corrige otro -0,1% en la mañana del martes al posicionarse en 1,079 euro/dólar. A su vez, el par euro/libra no registra movimientos en estos momentos. Después de ceder un -0,2% ayer, el par euro/libra se mantiene estable en niveles de 0,836 euro/libra”, señala Banca March en su informe diario.
¿Una nueva era para el euro?
Según explican los expertos, el dólar estadounidense es una de las víctimas de la errática política de Trump que también pone en riesgo su papel como activo refugio. “Al mismo tiempo, el nuevo contexto europeo ha dado espacio para una mejora en el sentimiento hacia el euro. Por ello, hemos revisado al alza nuestra previsión del tipo de cambio euro/dólar a 1,05 tanto a 3 como a 12 meses vista. Mientras Trump mantenga su estrategia agresiva en materia de aranceles y esté dispuesto a asumir dolor económico, el dólar seguirá limitado, incluso si EE. UU. conserva su ventaja de tipos de interés y su fortaleza cíclica”, explica David A. Meier, economista de Julius Baer.
En este sentido, el euro parece haber adoptado un giro constructivo. Según explica Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM, el histórico giro fiscal de Alemania ha mejorado significativamente las perspectivas de crecimiento del euro y desafía su visión negativa sobre la divisa. “El fuerte aumento de los rendimientos del Bund ha fortalecido en gran medida el respaldo del euro frente al dólar estadounidense, aunque en menor medida frente al franco suizo, en nuestra opinión. Sin embargo, los mercados siguen ignorando el riesgo de reveses políticos, incluida una posible derogación por parte del Tribunal Constitucional alemán. Además, Vladimir Putin ha expresado sus reservas sobre la propuesta ucraniana de un alto el fuego temporal, reduciendo las esperanzas de un pronto acuerdo de paz. Por último, la prima de riesgo arancelaria del euro sigue siendo relativamente baja, lo que lo hace vulnerable a una posible escalada de la guerra comercial entre EE.UU. y la UE”, sostiene.