Por segundo año consecutivo, 2024 fue muy bueno para los mercados globales de crédito desarrollados y 2025, según las gestoras, lo será de nuevo. “El exceso de rentabilidad de 2024 en su conjunto muestra el mayor rendimiento de los segmentos de high beta, es decir, en los segmentos de mercado más arriesgados que ofrecen un mayor potencial de retorno, y de los mercados en euros”, explica el Amundi Investment Institute en su último informe.
Según la visión de la gestora para este año, los fundamentos empresariales siguen siendo sólidos, ya que las compañías han aprovechado el periodo pospandémico de tipos de interés ultrabajos y la recuperación económica para mejorar sus perfiles crediticios, y las condiciones técnicas siguen siendo favorables. “Unos tipos de interés estructuralmente más altos deberían respaldar la demanda de crédito empresarial por parte de inversores a la búsqueda de yields antes de que los bancos centrales bajen más los tipos. Los recortes de los tipos oficiales podrían contribuir a respaldar los flujos de bonos desde los mercados monetarios hacia productos de tipos de interés con una duración más larga para consolidar mayores ingresos. La oferta neta sigue siendo limitada, ya que la emisión se destina en gran medida a la refinanciación. Por último, la dinámica boyante de las CLO1 también está alimentando indirectamente la demanda de bonos high yield, contribuyendo al apoyo general de la demanda en este segmento del mercado”, apuntan sobre su visión sobre el mercado.
Factores que están moviendo el mercado de renta fija
Según explica Marco Giordano, Investment Director en Wellington Management, los mercados de renta fija siguen repuntando, mientras las preocupaciones sobre el posible impacto negativo en el crecimiento económico debido a los aranceles globales, la agitación en el gobierno federal de EE.UU. y una incertidumbre cada vez mayor, afectan al sentimiento general. “Los diferenciales de crédito se ampliaron, con la mayoría de los sectores reflejando una rentabilidad inferior al de los bonos gubernamentales equivalentes”, destaca Giordano.
Según su análisis, hay cuatro factores que están moviendo el mercado: la política arancelaria de la Administración Trump, la nueva situación política de Alemania y el impulso fiscal europeo.
Para el experto de Wellington Management, una de las implicaciones más relevantes que tiene ese escenario es que se está materializando un importante impulso para Europa. “El hecho que Alemania se haya comprometido a aumentar su nivel de deuda en relación con el PIB hasta un 20%, ha sacudido a los mercados, con fuertes subidas de los rendimientos de los bonos en toda la zona euro, y el rendimiento del bund alemán a 10 años ha experimentado su mayor subida en un solo día desde marzo de 1990, 25 puntos básicos. El diferencial de los bonos italianos a 10 años respecto a los alemanes cayó por debajo de los 100 puntos básicos. Fuera de la zona euro, las rentabilidades de los bonos subieron ligeramente en Australia, Nueva Zelanda y Japón”, señala Giordano.
Mientras tanto, en el mercado de renta fija estadounidense las rentabilidades siguen tendiendo a la baja. “A fines de febrero, los bonos a largo plazo del Tesoro de EE. UU. con vencimientos a 7-10 años habían subido un 3,5%, mientras que el alza del índice S&P 500 se limitaba al 1,4%. De hecho, en lo que va de año, los bonos de EE.UU. han obtenido rendimientos superiores a los de la renta variable estadounidense. Por sorprendente que pueda parecer, podría haber un motivo perfectamente válido para explicar esta evolución del rendimiento relativo. Naturalmente, últimamente los datos económicos de EE.UU. han tendido a sorprender a la baja. Esto puede explicar por qué los rendimientos del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años han caído del 4,57% al 4,11% en lo que va de año”, explica Yves Bonzon, CIO (Chief Investment Officer) del banco privado suizo Julius Baer.
IG, CoCos, bonos frontera y crédito corporativo: la propuesta de las gestoras
En opinión de Benoit Anne, Managing Director del Grupo de Estrategia e Insights de MFS Investment Management, la valoración del crédito en euros parece atractiva desde una perspectiva a largo plazo. “Dado el atractivo nivel actual de los rendimientos de los bonos investment grade en euros, las perspectivas de rentabilidad esperada han mejorado considerablemente. Esto se debe a que, históricamente, ha existido una fuerte relación entre unos rendimientos iniciales como los actuales y unos sólidos rendimientos futuros”, explica Anne. Además, lo argumenta con un ejemplo claro: “Con un rendimiento inicial del 3,40% para los IG en euros, la rentabilidad media anualizada para los cinco años siguientes (utilizando una horquilla de 30 puntos básicos en torno al rendimiento inicial) se sitúa en el 4,40%, una rentabilidad hipotética atractiva, con una horquilla de rentabilidad del 3,09% al 5,88%. En comparación, la rentabilidad anualizada a 20 años de los IG en euros se sitúa en el 2,72%, lo que sugiere que, con los rendimientos actuales, la clase de activos está bien posicionada para ofrecer potencialmente rentabilidades superiores a la media en los próximos años”.
Desde Crédit Mutuel AM ponen los ojos en el mercado de deuda subordinada. Según destacan, este tipo de activos registró rentabilidades positivas de entre 0,6% y 1%, con un mercado primario especialmente dinámico en CoCos AT1. “Los bancos europeos aprovecharon las condiciones favorables para prefinanciar sus próximas emisiones, con una demanda sostenida. Además, los resultados bancarios fueron sólidos, con balances cada vez más robustos y un interés continuo en fusiones y adquisiciones”, argumentan Paul Gurzal, codirector de renta fija, y Jérémie Boudinet, responsable de deuda financiera y subordinada en Crédit Mutuel AM.
Según su análisis, el mercado mantuvo la tendencia de los meses anteriores, con entradas positivas, una dinámica buena del mercado primario y un apetito permanente por el riesgo, a pesar de las señales más mixtas a finales de mes. “El mercado primario fue particularmente dinámico para los CoCos AT1, con 11.600 millones de euros emitidos durante el mes -que estimamos representarán entre el 25% y el 30% de todas las emisiones de 2025-, ya que los bancos europeos aprovecharon las condiciones favorables del mercado para prefinanciar sus próximas calls en 2025”, añaden Gurzal y Boudinet.
La tercera idea de inversión sobre renta fija la propone Kevin Daly, director de inversiones y experto en deuda de Mercados Emergentes de Aberdeen. “Tras un sólido 2024, seguimos siendo cautelosamente optimistas sobre las perspectivas de los bonos frontera. En general, los fundamentales han mejorado y todavía hay un amplio margen alcista en el frente de la rentabilidad. El riesgo de duración es bajo, lo que podría ayudar a mitigar el impacto del aumento de las rentabilidades del Tesoro estadounidense y el riesgo de impago, según todos los indicadores, también ha disminuido en el último año, favorecido por las reestructuraciones de deuda y la mejora de los perfiles de vencimiento. Los riesgos relacionados con la nueva administración Trump 2.0 son válidos, pero creemos que la situación tiene más matices de lo que se comenta en general”, afirma Daly.
Por último, Amundi cree que las oportunidades de inversión están relacionadas con la búsqueda de yields, que seguirá siendo el objetivo de la mayoría de los inversores. “Creemos que la compresión de los diferenciales puede haber llegado a su fin en este ciclo. Tras dos años consecutivos buenos, los diferenciales de crédito tanto en los bonos con grado de inversión como en los high yield son indiscutiblemente estrechos, pero los rendimientos siguen siendo atractivos en comparación con las tendencias a largo plazo. Por eso, creemos que los bonos corporativos deberían seguir siendo un lugar atractivo para obtener ingresos en 2025”, señala la gestora en su último informe.