Según los análisis que comparten las firmas de inversión, una perspectiva incierta acerca de la política comercial y el crecimiento en EE.UU. están poniendo nerviosos a los inversores. En consecuencia, la liquidación en las acciones estadounidenses se aceleró el lunes, con el S&P 500 cayendo otro 2,7 % y el Nasdaq 100 perdiendo un 3,8%, su peor día desde 2022. Otra muestra de esto es que, por primera vez en bastante tiempo, los mercados europeos están atrayendo flujos de forma significativa. De hecho, en las últimas semanas, los fondos de inversión y los ETFs centrados en renta variable europea han registrado su mayor entrada neta en casi una década, lo que sugiere un cambio de tendencia tras meses de desinterés.
En términos de comportamiento de mercado, destaca que la disparidad entre EE.UU. y Europa continúa. “Wall Street pierde más de un 3% en la semana, y el Dax brilla gracias a las nuevas medidas fiscales. Se cierra de nuevo una semana muy complicada para Wall Street. El S&P se deja más de un 3% en una semana de idas y venidas con los aranceles, y con disparidad entre los datos económicos. Mientras, la oleada fiscal de Alemania y el acuerdo para un fuerte impulso en gasto en defensa en la Eurozona consigue pesar más que los aranceles, al menos de momento, lo que hace que de nuevo las bolsas europeas tengan un comportamiento relativo mejor que sus homólogas en EEUU. El Stoxx 600 cierra la semana con una caída del -0,69%, con el Dax brillando y el selectivo Ibex cierra plano y al borde de los 13.000 puntos”, resume Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank.
El mercado de divisas también experimentó la semana pasada importantes movimientos. Según explican los analistas de Ebury, “la demolición por parte del presidente Trump de la arquitectura de seguridad europea posterior a la Segunda Guerra Mundial y la consiguiente reacción de Europa y, en particular de Alemania, a aumentar enormemente el gasto en defensa, que será financiado con déficit público y deuda adicional, ha elevado al euro por encima del nivel de 1,08”.
No obstante, señalan que “el brusco movimiento del euro/dólar en la última semana hace más probable una corrección, sobre todo si los próximos datos de EE.UU. sugieren que los temores sobre una inminente contracción de la mayor economía del mundo son ligeramente exagerados”. En este caso, “habría que espera un repunte del dólar frente al euro” indican.
El sentimiento del inversor pasa de la euforia a la cautela
En opinión de Mathieu Racheter, responsable de Estrategia de Renta Variable en Julius Baer, los mercados bursátiles comenzaron la semana con debilidad debido a la creciente preocupación por una posible desaceleración económica en EE.UU. «El sentimiento de los inversores se deterioró aún más tras una entrevista del fin de semana con el presidente Trump, en la que minimizó la reciente corrección del mercado y evitó descartar una recesión, describiendo en su lugar la situación económica como un ‘período de transición’ que requeriría tiempo antes de que sus políticas generen beneficios tangibles.
Además, a este giro se suma la expectativa de un aumento del gasto fiscal en la región, especialmente en defensa e infraestructura, tras la decisión de Alemania de abandonar su tradicional postura de austeridad, mientras que en Estados Unidos la narrativa parece ir en dirección opuesta, con señales de restricción fiscal. Según Edmond de Rothschild AM, el comportamiento errático de Donald Trump, especialmente en materia de aranceles, ha creado una incertidumbre que pesa sobre la moral de los estadounidenses y ha provocado una caída de las bolsas al otro lado del Atlántico. “La renta variable europea vivió una semana histórica gracias a varias decisiones importantes que redefinieron las perspectivas económicas. El programa sorpresa «Rearm Europe», dotado con 800.000 millones de euros, fue un potente catalizador para las empresas europeas de defensa”, explican.
Por otro lado, destacan que el BCE recortó sus tipos, pero las yields de la deuda pública se dispararon al reaccionar los inversores ante la perspectiva de un endeudamiento masivo para financiar diversos planes gubernamentales. “Las yields del bono alemán a 10 años subieron 30 puntos básicos en una sola sesión, la mayor subida desde 1990”, añaden desde la gestora.
Aunque aún estamos lejos de un cambio estructural en las ponderaciones de las carteras globales, la tendencia es clara: el dominio absoluto del mercado estadounidense ya no es incuestionable. La renta variable estadounidense se dejó en torno a un 1% la última semana de febrero, mientras que el S&P 500 recortó sus ganancias en lo que va de año al 1,5%. Por su parte, las rentabilidades de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años cayeron bruscamente a mínimos de dos meses.
“El sentimiento inversor actual es de extrema cautela. La fuerte caída en los principales índices ha generado un entorno donde la probabilidad de un rally técnico es alta, con un posible repunte del 5% al 10%. Sin embargo, la historia nos enseña que estos repuntes en mercados sobrevalorados suelen ser oportunidades de salida más que señales de recuperación sostenida. Los inversores deben monitorear atentamente los niveles técnicos clave y utilizar estrategias de cobertura para gestionar el riesgo”, apunta el último informe de mercado de BlackRock Investment Institute (BII).
Tras dos años de espectaculares ganancias superiores al 20%, el S&P 500 ha caído alrededor de un 2% desde principios de año, mientras que el Nasdaq, antaño abanderado de la recuperación impulsada por la IA, se ha desplomado casi un 6%. “Sin embargo, esta corrección no se debe únicamente a unas valoraciones exageradas, sino también a un fundamental cambio en el sentimiento del mercado. Los inversores ya no persiguen el crecimiento ciegamente, sino que se reposicionan activamente en respuesta a un panorama macroeconómico más sombrío”, apuntan desde Mirabaud Wealth Management.
Las firmas de inversión buscan nuevas oportunidades
“En lo que llevamos de año, estamos asistiendo a una reconfiguración en las preferencias de los inversores, un cambio en los flujos de capital, una política monetaria que sigue buscando claridad y una creciente incertidumbre sobre el rumbo de la economía global. En este escenario, los mercados han oscilado entre la expectativa de nuevos estímulos en Europa, señales de desaceleración en Estados Unidos y un sentimiento inversor dominado por la cautela”, apunta Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
Para BlackRock, la inusual incertidumbre en que está sumido el entorno político exige la adopción de diferentes puntos de vista en función del horizonte que se esté considerando. “El cambio fundamental en la política macroeconómica y exterior es lo que ha provocado la reciente volatilidad de los mercados. Esto se suma a las megafuerzas —cambios estructurales como la inteligencia artificial (IA)— que están condicionando las perspectivas y pueden dar lugar a resultados diversos a medio plazo. Creemos que todo esto exige dar más peso a la visión táctica. Seguimos considerando que la IA será responsable de la solidez de los beneficios empresariales, pero este escenario es cada vez más incierto. Estamos preparados para cambiar de rumbo y estimamos que los mercados privados desempeñan un papel clave en todos los horizontes. Ahora mismo, vemos con buenos ojos la renta variable estadounidense, mientras que a medio plazo consideramos más atractivos los mercados privados. Desde un punto de vista técnico, los indicadores sugieren que el mercado podría estar tocando un suelo temporal, vistas las señales de sobreventa y cierta capitulación reflejada en el volumen de negociación. Sin embargo, podríamos estar ante un rebote de corto plazo que fuera solo un alivio momentáneo antes de una corrección más severa”, sostienen.
Por su parte, el último informe de mercados de Mirabaud Wealth Management ve oportunidades en Europa y China. “Mientras Wall Street reevalúa sus perspectivas, los mercados internacionales despiertan un renovado interés. Los valores tecnológicos europeos y chinos eclipsados durante mucho tiempo por el frenesí de la IA en Estados Unidos, se perfilan ahora como alternativas atractivas. La ralentización de la economía estadounidense, los aranceles en ciernes y la incertidumbre regulatoria están impulsando a los inversores a diversificarse más allá de las costas estadounidenses, en busca no solo de crecimiento, sino también de oportunidades de valoración en mercados infravalorados”, argumentan.