El Día Internacional de la Mujer se celebra este sábado 8 de marzo y, como todos los años, la industria expone sus puntos de vista acerca del papel de la mujer en el sector de la inversión y el ahorro. Para Nerea Heras, Head of Core Funds GMAS en Santander Asset Management, no existen diferencias relevantes a la hora de invertir entre hombres y mujeres, ya que por lo que ha vivido hasta ahora, “el sesgo a la hora de gestionar un fondo viene más por el temperamento de cada gestor que por su género y en este sentido he conocido temperamentos diversos en ambos”, asegura.
Pero sí hay profesionales de la inversión que observan distintos comportamientos en este campo. Por ejemplo, Melanie Lange, directora de Federated Hermes en Iberia, las inversoras tienden a operar con mayor cautela, “lo que se traduce en menos operaciones impulsivas y una menor rotación del portfolio”. También, suelen enfocarse en el largo plazo y diversificar más, una actitud que se traduce en “rendimientos ajustados al riesgo más consistentes”. Incluso, añade otra característica de las inversoras féminas: la modestia en la toma de las decisiones las hace menos propensas a la sobreconfianza, “un sesgo que a menudo afecta a los hombres en inversión”.
También Tali Salomon, directora regional para Iberia y Latam de eToro, observa diferencias entre ambos géneros. Apunta que las mujeres inversoras en España tienden a ser más prudentes que sus homólogos masculinos, “lo que se manifiesta en una mayor aversión al riesgo”, en concreto, una “menor propensión a invertir en renta variable, una diferencia especialmente pronunciada en el caso de la bolsa estadounidense, tal y como muestra la última edición del estudio El Pulso del Inversor Minorista”.
Aquí, Salomon explica que el enfoque de inversión de las mujeres “se basa en seleccionar inversiones que ofrezcan rendimientos lentos y constantes” y que cuando se les preguntó a qué clases de activos planean aumentar su asignación si bajan las tasas de interés, “superaron a los hombres en destinar más cantidades a efectivo o ahorros a corto plazo y a bonos de alto rendimiento o renta fija”.
Salomon apunta que esta cautela “no es mala”, sobre todo porque los estudios demuestran que las mujeres “suelen obtener mejores rendimientos a largo plazo”, puesto que la confianza desempeña un papel clave en los resultados financieros. “La encuesta de eToro refleja que la confianza de las mujeres españolas en sus carteras de inversión es del 71%, un porcentaje nada despreciable, pero todavía 6 puntos por debajo del 77% de los hombres. Esta mayor confianza y tolerancia al riesgo de los hombres significa que suelen empezar a invertir antes y optan por activos de crecimiento, lo que les permite beneficiarse más de las recientes subidas bursátiles”, asegura.
Sin embargo, todavía hay mucho por hacer para equiparar la actitud de las mujeres ante la inversión con la de sus pares masculinos. Heras considera que la educación financiera es necesaria para todo el mundo, pero matiza que “parece un tema más pendiente en el género femenino”. De potenciarse, “animaría a muchas a adentrarse en el mundo de las inversiones financieras, que es apasionante y sigue con una cuota relativamente baja de mujeres”.
Lange, por su parte, es consciente de que la educación financiera es fundamental para el empoderamiento de las mujeres “ya que les permite tomar decisiones informadas sobre sus finanzas”. Admite que persiste una notable brecha de género en ese ámbito y cree que aún queda camino por recorrer para reducirla y aumentar la presencia de mujeres en la gestión de activos. “A día de hoy, el sector financiero sigue estando dominado por hombres”, sentencia.
Para lograr un cambio real, la experta de Federated Hermes en Iberia considera “fundamental” contar con más féminas en posiciones clave dentro de la gestión de inversiones. “Su mayor participación no solo enriquecería la toma de decisiones con perspectivas más diversas, sino que también serviría como inspiración para futuras generaciones”, puesto que se ha demostrado que los equipos con mayor diversidad de género “pueden generar mejores resultados a largo plazo”.
Uno de los principales desafíos que enfrentan las mujeres en esta industria, según Lange, es la conciliación entre la vida laboral y personal. Por ello, “implementar medidas que fomenten una mayor flexibilidad ayudaría a retener talento y permitiría que más mujeres accedan y progresen en sus carreras”. También ve necesario impulsar redes de networking financiero específicamente dirigidas a mujeres, ya que “fortalecerían la colaboración y el intercambio de conocimientos, además de abrir oportunidades para el desarrollo profesional y el acceso a posiciones de liderazgo”.
En una línea similar se expresa Salomon, que considera el fomento de la educación financiera como “una prioridad”, especialmente para aquellas mujeres que aún no han comenzado a invertir o que se encuentran en sus primeras etapas. “La inversión en conocimiento y formación permitirá que más mujeres tomen decisiones informadas y estratégicas en sus finanzas”.
Otro punto clave que apunta la experta de eToro es aumentar la visibilidad de mujeres en el mundo financiero. “Promover referentes femeninos que compartan su visión y experiencias en la inversión podría tener un impacto positivo en la percepción de las mujeres sobre su capacidad para gestionar su propio patrimonio”, asegura.
Salomon concluye que es fundamental incrementar la confianza de las mujeres inversoras. “Con la inversión históricamente retratada como una actividad más masculina, no es de extrañar que las mujeres reporten menos confianza en sus carteras”, opina y matiza que no se trata solo de que más mujeres inviertan, sino de que puedan desarrollar su máximo potencial financiero con confianza y sin barreras.