Tres años después de que la terrible corrección bajista de 2022 hiciera saltar todas las correlaciones por los aires, hoy los mercados muestran un aspecto mucho más propicio para invertir con estrategias multiactivos… aunque el temor sigue ahí, como confirma Craig Moran, gestor de M&G Investments: aunque deja claro que no es su escenario base, el experto confirma que el peor escenario posible de 2025 sería “el regreso a un entorno de inflación problemática en el que haya que volver a subir los tipos agresivamente”.
Moran está al frente del M&G (Lux) Dynamic Allocation, una estrategia multiactivo que puede invertir entre un 20% y un 60% de la cartera en acciones y entre un 0 y un 100% en renta fija, con habilidad para construir posiciones cortas. Eso fue precisamente lo que permitió que en 2022 el fondo amortiguara en parte las pérdidas respecto al índice de referencia, al construir una posición corta en la parte de menor duración de la curva. El gestor indica que actualmente está jugando con una posición de valor relativo, al estar largo en algunas partes del mercado de renta variable estadounidense y corto en el índice.
Otro de los rasgos que caracterizan a esta estrategia es que presta especial atención al posicionamiento en el mercado y al sentimiento inversor: “Aplicamos un análisis fundamental, pero también pensamos en cómo están valorados los activos y en qué está impulsando la valoración”, explica.
El gestor insiste en varios momentos de la conversación en que él y su equipo no saben en qué parte del mercado se va a producir el siguiente pico de volatilidad ni qué lo va a causar, pero que la cartera siempre va a estar preparada para reaccionar rápidamente cuando suceda: “Queremos posicionar la cartera para múltiples escenarios económicos. Por tanto, no queremos estar posicionados masivamente hacia el growth o hacia escenarios negativos”. “La belleza de una cartera multiactivo es que esté construida para diferentes resultados que puedan generar retornos, pero también un grado de protección”, añade. Moran pone como ejemplo a la corrección de la bolsa nipona que se produjo en verano de 2024, y que fueron capaces de utilizar a su favor gracias a una gestión muy dinámica y con instrumentos muy líquidos, ya que pueden emplear ETF y derivados en la gestión de la estrategia.
Desde el punto de vista multiactivo, ¿Cómo de propicio es el entorno actual para la inversión?
Como inversor multiactivo, diría que el entorno actual es muy favorable, pero necesitamos ser más selectivos, no tener simplemente exposiciones multiactivo pasivas. Las acciones están cerca de máximos históricos, los diferenciales de crédito también, y la deuda soberana ha estado cotizando de forma lateral en los últimos diez años. Así que ahora hay necesidad de ser más selectivos, más activos y más dinámicos al ajustar las exposiciones, que es de donde emanan los beneficios de la gestión activa.
¿Qué nos están diciendo las valoraciones de la renta variable?
Al estudiar las valoraciones agregadas, obviamente EE.UU. es un gran componente; como está en máximos históricos, ahora equivale a dos tercios de los índices globales. Ese mercado está muy concentrado, pues los diez valores más grandes suponen una gran parte del mismo. En otras partes de las bolsas no tenemos ese sentimiento masivamente positivo, sino que hay mucho escepticismo y negatividad, y probablemente ahí veamos las mayores oportunidades.
¿Cómo reacciona ante los cambios de sentimiento en los mercados?
El sentimiento es una gran parte de nuestro análisis, porque pensamos que mucho de las valoraciones de los activos financieros no está guiado por completo por los fundamentales, sino que tiene más que ver con la prima de riesgo que demandan los inversores para tener un activo. Si la gente demanda una prima de riesgo muy elevada, probablemente implique que el activo está bastante barato y tiene un potencial significativo, mientras que en entornos en los que los inversores demandan primas muy bajas – por lo que el activo tiene una valoración elevada-, el activo en cuestión se vuelve más vulnerable a cualquier tipo de sorpresa negativa.
Cuando los precios se mueven lejos respecto a sus fundamentales o el sentimiento se vuelve extremo, con frecuencia ahí es donde puedes tener respuestas significativas de precio. Por ejemplo, hoy está aceptada universalmente esta noción del excepcionalismo estadounidense. El desafío es que, si todo el mundo lo piensa, es muy difícil sorprender positivamente. En cambio, nadie está hablando de lo bien que va la economía en Europa, estructural o cíclicamente. Por lo que el potencial para cualquier tipo de sorpresa positivo o giro en el sentimiento es mucho más grande. Ya estamos empezando a verlo este año, hemos visto una rentabilidad superior de las bolsas europeas respecto a la estadounidense.
¿Puede ponerme algún ejemplo reciente de cambio en el sentimiento?
Pongamos el caso de DeepSeek. El mercado estaba increíblemente positivo con la historia de inversión en IA y estaban pagando múltiplos cada vez más elevados para tener exposición a esa temática. La gente pensaba que nada podría parar la historia de la IA. Y después aparecieron noticias de que quizá no fuera necesario gastar tanto dinero para invertir en la temática, y se produjo una respuesta significativa en el corto plazo. Aunque gran parte de esa reacción se ha disipado y ahora volvemos a estar cerca de máximos, pienso que aún se desconocen los fundamentales y cuáles son las implicaciones de inversión en IA; se ha producido un cuestionamiento sano de la narrativa.
Lo que sucedió con China durante el año pasado fue otro buen ejemplo. El sentimiento hacia los activos chinos, particularmente las acciones, era terrible. Las valoraciones eran tan baratas que cualquier signo de mínima mejoría impulsó a las acciones chinas a batir a las estadounidenses el año pasado. No porque se portaran mejor en términos fundamentales, sino por el punto de partida de las valoraciones y el sentimiento.
¿Cómo está posicionada la cartera actualmente?
Tenemos una exposición neutral en renta variable, con una ponderación del 40%, aunque esa ponderación es muy diferente del MSCI World. Tenemos una exposición neta cero a acciones estadounidenses, y en cambio estamos bastante concentrados en Europa, Asia y mercados emergentes.
Los inversores están muy escépticos con la historia de crecimiento en Europa y Asia, lo que ha llevado a valoraciones muy deprimidas. Sin embargo, desde una perspectiva fundamental, los beneficios siguen siendo muy robustos, aunque el precio haya caído, por lo que es el tipo de oportunidad donde pensamos que hay potencial para una sorpresa al alza mucho más grande que en otros mercados.
En la parte de renta fija, la duración de la cartera es de cinco años. Hemos estado añadiendo duración aprovechando la corrección en las tires de los bonos, de modo que ahora tenemos un 27% invertido en deuda de gobiernos occidentales de mayor duración: 12,5% treasuris, 12,5% gilts y recientemente hemos añadido un 2% en bunds de larga duración. Con rendimientos que pueden llegar hasta el 5% en el medio plazo en el caso de los gilts, pensamos que hay valor en tener deuda soberana.
Sin embargo, creo que en el mercado ha crecido una aversión material por los bonos. En gran parte ha sido por la experiencia de los dos últimos años, que han dado resultados muy decepcionantes, especialmente los de mayor duración. Así que la gente ha decidido que ya no quiere tener bonos. El mercado está demandando una prima de riesgo más elevada, que se refleja en tires más elevadas. Pero, desde nuestra perspectiva, ahora hay muy buena compensación por tener bonos en cartera.