A pesar del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y del avance de los partidos de derechas en Europa, las gestoras se muestran positivas sobre las perspectivas de la inversión sostenible para este año. Hasta ahora, el patrimonio de los fondos de inversión sostenibles ha mostrado un crecimiento significativo en los últimos años. Según datos de 2023, estos fondos alcanzaron un patrimonio de aproximadamente 500.000 millones de euros, con Europa representando el 84% de este total, es decir, alrededor de 420.000 millones de euros.
¿Cómo ven las firmas de inversión 2025? Según Pascal Dudle, responsable de Inversión Temática y de Impacto de Vontobel, la sostenibilidad seguirá siendo importante a pesar de algunos problemas causados por los recientes cambios políticos, y será impulsada por las empresas que mantengan su compromiso, por razones que van desde las oportunidades económicas hasta la gestión de riesgos.
“Lo emblemático de esto fue el inesperado, pero alentador apoyo del CEO de ExxonMobil en el momento de la COP29 en noviembre, que había instado al presidente entrante Trump a no salir del Acuerdo de París y mantener intacta la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos. El 2025 también será testigo de la continuación del escrutinio de los inversores hacia la miríada de enfoques ESG ofrecidos, con los más estrictos, como la inversión de impacto, probablemente entre los ganadores”, apunta Dudle.
En su opinión, 2025 también será testigo de la continuación del escrutinio de los inversores hacia la miríada de enfoques ESG ofrecidos, con los más estrictos, como la inversión de impacto, probablemente entre los ganadores. “La transición energética ha llegado para quedarse, ya que las tecnologías limpias son, en muchos casos, económicamente viables, escalables y conllevan un riesgo tecnológico limitado. La necesidad de fiabilidad y resistencia debería, en particular, impulsar las inversiones en infraestructuras, como el aumento de la inversión en redes para garantizar su refuerzo y modernización”, señala el experto de Vontobel.
La zancadilla de Trump
Mientras los inversores, y Europa, siguen con su giro hacia la sostenibilidad. La Administración Trump ha tomado otro camino. El primer mandato de Trump estuvo marcado por un retroceso en las medidas de protección del medio ambiente, la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París y un escepticismo hacia la ciencia del clima. Además, estas políticas afectaron al ecosistema global de finanzas sostenibles, por lo que su regreso podría poner a prueba una vez más la resistencia de la inversión ESG.
En este segundo mandato, ha declarado una “emergencia nacional energética” en línea con sus promesas electorales. Según explican los expertos de Allianz GI, la medida busca reforzar el sector de las energías fósiles en EE.UU., el mayor productor de petróleo del mundo, y reducir los precios de la energía en un 50%.
“Sus medidas complicarán la lucha contra el cambio climático. Asimismo, hay escepticismo sobre la posibilidad de que Trump logre reducir los precios de la energía a la mitad tal y como propone. Durante la pandemia de 2020, incluso cuando los precios del petróleo alcanzaron niveles negativos, los costes energéticos en EE.UU. solo se redujeron un 19%. Otros factores, como la orden de reabastecer la Reserva Estratégica de Petróleo podrían incluso presionar al alza los precios en el corto plazo”, afirman Greg Meier, director, economista senior de Allianz Global Investors, y David Lee, especialista en el sector energético de EE.UU. en Allianz GI.
En este sentido, la conclusión de ambos expertos es clara: “Aunque estas acciones refuerzan el compromiso del presidente Trump con las energías fósiles, su impacto real en la reducción de los precios energéticos será probablemente limitado y distante de las expectativas anunciadas”.
Claves para el inversor
Ante este contexto, Sophie Chardon, jefa de Inversión Sostenible de Banca Privada en Lombard Odier, considera que los inversores deberán enfocarse en temas de inversión menos expuestos a la política, como infraestructura, digitalización, eficiencia energética en edificios, gestión del agua o agricultura de precisión. “Desde una perspectiva de inversión, la segunda administración de Trump podría generar más divergencia sectorial y regional a medida que EE.UU. pierda impulso en las inversiones sostenibles.Tras el descenso indiscriminado en las valoraciones del universo de inversión sostenible en los últimos meses de 2024, las dinámicas de ganancias están al mando, y la selección de acciones es crucial”, afirma Chardon.
Además destaca que mientras EE.UU. pueda frenar sus esfuerzos climáticos bajo la administración de Trump, el impulso global, especialmente desde China y la UE, debería mantener en marcha la transición hacia la energía verde. “Los inversores necesitarán centrarse en sectores menos expuestos a políticas políticas, y en el camino correcto para alinearse de manera rentable con la demanda a largo plazo de tecnologías limpias, infraestructura y resiliencia climática”, insiste Chardon.
En opinión de Deepshikha Singh, responsable de Stewardship en Crédit Mutuel Asset Management, para los inversores, las perspectivas son desiguales. “Los inversores pueden ser testigos de recortes significativos en la acción climática federal y en las normas de información. El elegido por Trump para presidir la SEC, Paul Atkins, se ha opuesto abiertamente a las normas de divulgación climática de la SEC. Sin embargo, es probable que estados como California y Nueva York sigan fijando objetivos climáticos ambiciosos. Además, los grandes inversores institucionales podrían apoyar la demanda de activos sostenibles, ya que tanto los riesgos financieros del cambio climático como el deseo de resiliencia a largo plazo siguen siendo preocupaciones centrales para los gestores de activos y los fondos de pensiones”, sostiene Singh.
En cambio, considera que Europa mantendrá su liderazgo en esta materia, por lo que esta divergencia podrá ser aprovechada por los inversores. “Las empresas europeas que se alineen con las estrictas normativas ESG podrían atraer más capital, mientras que las compañías estadounidenses que luchan por cumplir las normas internacionales podrían enfrentarse a costes más elevados y a un acceso reducido a los mercados extranjeros. La alineación de la industria financiera europea con el Acuerdo de París y los objetivos de la COP29 presenta oportunidades para aquellos que priorizan las inversiones verdes. Europa también podría tratar de influir en los mercados financieros mundiales mediante la ampliación de los requisitos de divulgación ESG para las empresas que operan a nivel internacional, lo que podría afectar a las empresas multinacionales con sede en los EE.UU. y en otros lugares”, añade el experto de Crédit Mutuel AM.
Para Singh, la clave está en que la resiliencia de la inversión sostenible radica en su capacidad para adaptarse a los ciclos políticos. Si bien reconoce que las políticas de Trump pueden suponer un desafío para algunos aspectos de la inversión ESG, ve poco probable que se revierta el abrumador cambio en los mercados globales hacia la sostenibilidad. “Los inversores, impulsados tanto por la gestión del riesgo como por las oportunidades, seguirán integrando factores ESG en sus carteras, incluso frente a la oposición. La demanda de inversiones transparentes y responsables persistirá, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca. De hecho, el segundo mandato de Trump podría incluso subrayar la urgencia del liderazgo del sector privado para impulsar el movimiento de inversión sostenible en EE.UU. y en otros lugares”, concluye.