Bloomberg calcula que Microsoft, Amazon, Google y otras grandes empresas tecnológicas podrían aumentar colectivamente el gasto de capital (capex) hasta unos 200.000 millones de dólares en 2025. En concreto, se espera que más de 90.000 millones de dólares en gasto de capital incremental en 2024-25 frente a 2023 se dediquen principalmente a ampliar la infraestructura de IA generativa (IA gen). Las firmas de inversión consideran que la inteligencia artificial (IA), los sectores a los que implica y aquellos en los se puede aplicar no han perdido atractivo para los inversores.
Según el último análisis de Maria Milina, Research Analyst en DWS Research Institute, en 2025, los avances de la IA podrían dar pasos significativos en diversos ámbitos. “Esperamos que se pase de las aplicaciones generalizadas a las soluciones específicas para cada sector. Las empresas perfeccionarán sus estrategias para centrarse en casos de uso específicos que ofrezcan resultados cuantificables”, afirma Milina.
Además, según añaden desde DWS Research Institute, la previsión de un uso generalizado de la Inteligencia Artificial (IA) en muchos sectores ha sido uno de los principales motores bursátiles de los dos últimos años. Ejemplo de ello es que, la semana pasada, la renta variable estadounidense se mantuvo plana. Las acciones tecnológicas cayeron por la preocupación sobre la IA, para después recuperarse tras los sólidos resultados del cuarto trimestre.
“Hemos dicho que la inteligencia artificial podría remodelar las economías y los mercados, aunque siguen existiendo grandes interrogantes sobre cómo será exactamente ese proceso, en particular, quién generará los beneficios. Nos encontramos en plena expansión de la IA, con una inversión total de capital por parte de los “siete magníficos” —en su mayoría, grandes valores tecnológicos de megacapitalización— a la par con la inversión gubernamental en I+D”, argumenta BlackRock en su informe “La megafuerza de la IA podría estar acelerándose”, del BlackRock Investment Institute (BII).
Las dudas sembradas
Según explican desde la gestora, el lanzamiento de un modelo de IA aparentemente más eficiente por parte de la startup china DeepSeek ha reavivado las dudas sobre el gasto de capital en IA. “Si bien estas cuestiones son válidas, es probable que se necesiten mayores inversiones para desbloquear la innovación en IA, y los desarrollos recientes no cambian nuestra perspectiva. La adopción generalizada de la IA aún está por llegar, y apenas hemos comenzado a explorar todas sus posibles aplicaciones. No obstante, los avances en IA indican que estos modelos podrían estar evolucionando más rápido de lo previsto. Eso podría adelantar la fase de adopción de la IA y explica por qué la narrativa en torno a la IA y la reacción del mercado podrían cambiar rápidamente”, añaden desde BlackRock.
En opinión de Axel Botte, director de Estrategias de Mercado en Ostrum (firma afiliada de Natixis IM), el anuncio de DeepSeek parece estar impulsando la reorganización de carteras hacia nuevos temas. “La aparición de DeepSeek parece desafiar al principal impulsor del rendimiento del mercado bursátil estadounidense. Los resultados mixtos de los gigantes tecnológicos también han contribuido a la volatilidad, que no ha afectado a otros sectores ni a los mercados europeos”, explica. La realidad es que tras el impacto inicial de DeepSeek (-3% en el Nasdaq), los mercados se recuperaron rápidamente.
Sin duda, la brusca corrección del mercado ha suscitado inquietud: ¿es el comienzo de una corrección en el sector tecnológico? ¿Se verá afectado el mercado en general? Para los expertos de Vontobel, la respuesta es no. “Un análisis más detallado de los mercados de renta variable sugiere que es más probable que se trate de una corrección limitada a las grandes tecnológicas que del inicio de una caída sistémica. A pesar de la gran ponderación de los Siete Magníficos en el S&P 500, el índice logró recuperar sus pérdidas iniciales el lunes 27 de enero. Aunque los semiconductores siguen sufriendo, no vemos señales de contagio entre sectores”, explican, Gianluca Ungari, responsable de gestión de carteras híbridas y Sven Schubert, responsable de análisis macroeconómico de Quantitative Investments (boutique de Vontobel).
Su visión constructiva del mercado va más allá de estas observaciones. “La combinación de una coyuntura económica favorable – un crecimiento que repunta, pero sin recalentarse – y nuestra opinión de que se mantendrá la relajación de las políticas son las principales razones de nuestro optimismo en los próximos meses”, sostienen Ungari y Schubert.
Implicaciones para la inversión
Dado que los recientes progresos en inteligencia artificial (IA) han obligado a los mercados a replantearse sus premisas sobre el tema, ahora la gran pregunta es cómo no quedarse fuera de toda esta tendencia. Según explican desde BlackRock, la volatilidad que experimentaron la semana pasada los valores relacionados con la IA demuestra que los mercados están aprendiendo en tiempo real sobre la transformación que está teniendo lugar.
“Consideramos que disponer de un marco es clave para hacer seguimiento de las megafuerzas, o grandes cambios estructurales, dada la creciente variedad de efectos en el mercado. Utilizamos un modelo de tres fases —desarrollo, adopción, transformación— para realizar el seguimiento de la IA. Los recientes avances en IA plantean interrogantes sobre la inversión y los ingresos derivados de esta tecnología. Vemos un conjunto cada vez mayor de beneficiarios de la IA y mantenemos la sobreponderación de la renta variable estadounidense”, afirman.
Según la experiencia de la firma de consultoría McKinsey, muchos inversores institucionales, ya sean fondos de pensiones, aseguradoras o fondos soberanos a nivel global, están teniendo dificultades para determinar cómo, cuándo y dónde comenzar sus transformaciones tecnológicas, especialmente en un contexto donde los presupuestos son una preocupación clave. “Como resultado, no solo están quedándose peligrosamente atrás respecto a los inversores más vanguardistas —con quienes, en última instancia, compiten por el capital—, sino que también están perdiendo la oportunidad de aprovechar plenamente los beneficios financieros que estas transformaciones pueden ofrecer”, advierten.
En respuesta a esto, su análisis sugiere que una implementación eficaz de la tecnología y la inteligencia artificial por parte de los inversores institucionales podría generar un retorno de inversión superior a diez veces en tres ámbitos: rentabilidad de las inversiones, eficiencia operativa y gestión del riesgo.