Una de las recomendaciones que lanzaron las gestoras internacionales al inicio del año fue la necesidad de aislarse del ruido ante la forma de hacer política de Donald Trump. La guerra comercial que ha iniciado su administración, y que desde ayer mantiene la palabra arancel en la mayoría de los titulares, es un claro ejemplo de por qué las firmas de inversión daban ese consejo.
Si atendemos a lo último ocurrido, hay que recordar que China ha impuesto aranceles sobre productos estadounidenses que entrarán en vigor el 10 de febrero. En concreto, ha anunciado un 15% para el carbón y el gas licuado, y un 10% para el petróleo, la maquinaria agrícola, automóviles de gran cilindrada y las camionetas. La respuesta de Canadá ha sido similar, y su Primer Ministro, Justin Trudeau, ha anunciado aranceles del 25% a productos estadounidenses. Por otro lado, y tras una llamada “amigable” con Claudia Sheinbaum, presidenta de México, Trump ha decidido pausar durante un mes los aranceles del 25% sobre el país a cambio de una serie de compromisos en materia de seguridad fronteriza y comercial.
¿Tiempo para negociar?
Según los expertos, este primer movimiento de la guerra comercial por todas las partes define lo que muchos ya adelantaban: los aranceles serán una herramienta de presión para negociar. “Tal y como pronosticábamos, Trump inicia su mandato utilizando decisiones de política comercial como arma de choque en un futuro marco de negociaciones más amplias, que le permitan reestablecer en parte su equilibrio comercial con algunas economías. Esto es algo que ya lo presenciamos con la renegociación del NAFTA, mediante la cual, las amenazas de Trump con salir de la alianza comercial dieron sus frutos para forzar un nuevo acuerdo”, afirman los analistas de Banca March.
Según la visión de los expertos de la entidad, consideran que China, habiendo ya experimentado una guerra comercial, se ha mostrado menos inclinada a ceder ante tales presiones. Ahora se espera que Trump hable con el presidente chino, Xi Jinping, en los próximos días, lo que suscita esperanzas de que ambos líderes puedan llegar a un acuerdo para evitar una nueva guerra comercial.
Para Damian McIntyre, Head of Multi-Assets Solutions de Federated Hermes, con estos anuncios Trump ha notificado al mundo que los aranceles son una herramienta que está dispuesto y puede utilizar. “Si bien esto podría resultar ser una táctica de negociación, tiene el potencial de remodelar las narrativas de inversión globales, incluida la necesidad de primas de riesgo más altas por parte de los países que considera que no juegan limpio. Tanto si se trata de aranceles y tensiones geopolíticas, como de IA y beneficios, son muchos los riesgos a los que se enfrentan los inversores en el mercado actual. Creemos que invertir en una amplia gama de activos diversificados a nivel mundial es una forma en que los inversores pueden mantener carteras sólidas y resistentes”, sostiene McIntyre.
En este contexto, la reflexión que hacen las gestoras pone el foco en los desequilibrio de las cuentas públicas y en el impacto para su propia economías. “Contrariamente a lo que sugiere la retórica de Trump, no son los países exportadores los que pagan los aranceles. Son las empresas importadoras de Estados Unidos las que pagan estos aranceles al Tesoro. Así que, mecánicamente, el primer impacto será para las empresas estadounidenses. Para el consumidor final, un aumento de los derechos de aduana tiene, en términos macroeconómicos, un impacto muy similar al de una subida de impuestos. Tiene un efecto puntual sobre la inflación y un efecto a la baja sobre la demanda, por lo que tiende a tener un efecto a la baja sobre los precios. El principal riesgo es, pues, el de un choque de crecimiento, vía demanda, más que el de un choque de inflación”, afirma Enguerrand Artaz, analista de La Financière de l’Échiquier.
“Trump sabe que una guerra comercial abierta supondría una mayor inflación para el ciudadano estadounidense medio, algo que prevemos querrá evitar en última instancia. Mientras tanto, debemos acostumbrarnos a un ejercicio 2025 más volátil que el anterior, en donde los activos de riesgo, con la renta fija a la cabeza, seguirán brindando buenas oportunidades de entrada”, afirman desde Banca March.
El comportamiento del mercado
Estos dos primeros días también dejan margen para analizar cómo digieren los mercados una nueva guerra comercial. Según destacan desde Robeco, la ejecución rápida de su amenaza de aranceles sorprendió a los mercados, generando volatilidad en el mercado de acciones, mientras que los refugios seguros como el oro y el dólar experimentaron un repunte. “Después de que Trump retirara abruptamente la amenaza de aranceles generales a Colombia a principios de la semana pasada, tras llegar a un acuerdo sobre el retorno de migrantes deportados, el mercado estaba convencido de que la mordida de Trump sería más suave que su ladrido”, apunta Peter van der Welle, Strategist Sustainable Multi Asset Solutions de Robeco.
Van der Welle considera que la promulgación de los últimos aranceles a Canadá y México muestra que la mordida de Trump es predominantemente una función de su disposición para sellar un acuerdo sobre seguridad fronteriza y alcanzar su objetivo político de restringir la migración. “Con los mercados ahora obligados a adivinar las próximas acciones de política comercial de Trump, la incertidumbre sobre la política comercial de EE.UU. ha alcanzado el nivel más alto en 40 años, excepto en el verano de 2019, cuando la guerra comercial entre EE.UU. y China estaba en su punto máximo. Esperamos que la volatilidad del mercado siga siendo elevada a corto plazo, reflejando un riesgo significativo de otro anuncio comercial de gran impacto hacia China, Europa y/o Japón”, señala.
A la hora de sacar conclusiones Michael Medeiros, estratega macroeconómico en Wellington Management, considera que lo más importante que los inversores deben tener en cuenta ante esta situación es una mayor probabilidad de más volatilidad de la inflación, una disminución de la probabilidad de mejora en el lado de la oferta de la economía; y tener en cuenta el importante vínculo entre los ingresos arancelarios y los recortes fiscales a través de la conciliación implica, con muchos cambios a corto plazo, aumentos arancelarios más sostenidos. “Estos aranceles representan a Trump cumpliendo sus promesas de campaña. Está haciendo lo que dijo que haría, y esto, es otro aspecto a tener en cuenta”, afirma Medeiros.
Los economistas de BofA coinciden en que usar los aranceles como una herramienta de negociación ha llevado a una mayor incertidumbre en la política comercial, y esperan que la situación continúe. “Para los mercados, vemos tres conclusiones clave: la administración estadounidense es transaccional, nada está decidido hasta que se finaliza; las amenazas de política económica de EE. UU. deben tomarse en serio y de manera literal; y la política de ‘rescate’ de EE.UU. puede estar más lejos del dinero de lo que el mercado espera. Los inversores han sugerido que el mercado de valores es el marcador de desempeño de la administración estadounidense y que cualquier cambio de política que afecte a los activos de riesgo será rápidamente revertido. Aconsejamos precaución”, indican en su último informe.