El mayor encuentro internacional sobre Deep Science o tecnologías de la ciencia profunda, Science for Industry (S4i) 2025 ha reunido a más de 65 fondos de inversión, más de la mitad extranjeros, como el fondo alemán SPRIND. Especializados en Science Equity, es decir, en este tipo de tecnologías que, con una capacidad inversora en su conjunto de 14 billones de euros, buscan impulsar estas startups de tecnologías surgidas de la ciencia para desarrollar la industria tecnológica.
La III Edición de Science for Industry (S4i) 2025 fue celebrada el 29 y 30 de enero en el Centro de Innovación La Nave de Madrid, con más de 600 reuniones con inversores y más de 130 pitches de startups altamente disruptivas. Presente por primera vez en España, el fondo de inversión de la OTAN ha manifestado su intención de apostar por invertir en las startups altamente disruptivas del S4i, organizado por la Universidad Autónoma de Madrid y por el fondo español BeAble Capital, de science equity pionero en Europa. Los más de 250 prototipos altamente disruptivos expuestos, en su mayoría por startups españolas, se encuentran enmarcados dentro de sectores estratégicos para la economía como la biotecnología industrial, energía, salud, agro o aeroespacial, entre otros. Se trata de tecnologías que transforman la ciencia en industria como materiales avanzados, nanotecnología, micro y nanoelectrónica o fotónica. Por ello, los fondos de science equity son clave para impulsar el desarrollo de una industria de base tecnológica que produzca productos tangibles listos para su comercialización.
Y es que Europa lidera el mercado global de las tecnologías deep science, aportando el 30% de la producción mundial y concentrando el 90% de las patentes relacionadas con la sostenibilidad. Este liderazgo subraya el impacto transformador de estas tecnologías en sectores como la economía verde y la transición energética.
Según Ana Bernardo-Gancedo, asociada senior del fondo, “para invertir en estas startups, trabajamos con capital a largo plazo, nuestra misión es ponerlas en contacto con potenciales clientes, desde gobiernos de países de la Alianza Atlántica hasta grandes corporaciones del sector privado”. “En la actualidad, estamos centrados en 9 áreas entre las que destacan energía, sistemas hipersónicos, materiales altamente avanzados, inteligencia artificial, tecnología cuántica, biotecnología, comunicación de próxima generación y espacial”. Por ello, se han celebrado más de 600 reuniones de inversores con startups de estas tecnologías disruptivas. De hecho, con un capital de 1.000 millones de euros, el fondo de inversión de la OTAN ha indicado su intención de apoyar tanto a emprendedores como a estas empresas emergentes que hagan crecer el ecosistema.
Una industria en auge, valorada en Europa en 1.000.000 millones y más de 85 nuevas inversiones disruptivas al año derivadas de la ciencia. Según Almudena Trigo, fundadora y presidenta de BeAble Capital, fondo pionero en science equity en Europa, “el deep science está llamado a resolver retos del futuro y a crear esa industria avanzada que necesita nuestro país y Europa en general” y añade: “El hecho de encontrar un sitio donde todos tenemos la misma visión, ayuda a hacer crecer el ecosistema, razón por la que S4i es la gran oportunidad para que cualquier miembro del ecosistema pueda encuentran colaboraciones, futuras inversiones y nuevos proyectos”.
El S4i ha contado con el apoyo de la CAM, ICEX y el Consejo Europeo de Innovación. En este contexto, Viorel Peca, jefe de la Unidad de Servicios de Transición y Aceleración Empresarial del Consejo Europeo de Innovación, apunta que “Europa necesita pasar de hacer ciencia con dinero a generar dinero a partir de la ciencia”.
Según Félix Zamora, vicerrector de Transferencia, Innovación y Cultura de la UAM, “S4i trata de acercar y romper la brecha entre la ciencia profunda que realizamos los investigadores en nuestros laboratorios y acercarnos a los otros dos pilares que necesarios para que se produzca la transferencia: las grandes industrias y los inversores”.
Ejemplo de ellos es la spin-off española FutureVoltaics, que consiguen que la energía solar fotovoltaica sea más asequible y gestionable produciendo más energía cuando más se necesita. Es decir, más potencia en invierno, temprano en la mañana, a última hora de la tarde y días nublados. Resolviendo el problema de los sistemas fotovoltaicos actuales que tienden a producir más energía de la necesaria al mediodía y a producir muy poca durante el invierno. Otro ejemplo español es Nanological, spin-off que ayuda a identificar ultra rápido la bacteria de la sepsis. Una afección sanguínea que es la causa más común de muerte en hospital. Normalmente se necesitan entre 12 y 96 horas para identificarla, sin embargo, con este prototipo, solo se necesitan 30 minutos, lo que significa un 80% de aumento en la supervivencia del paciente.
En este sentido, Elisa Carbonell, CEO del ICEX, señala que “España ocupa un lugar destacado en cuanto a calidad de investigación y producción científica, significativamente más alto que nuestro peso económico en el mundo. De hecho, ocupamos el 10º lugar en cuanto a publicaciones científicas y 3º en la Unión Europea en número de científicos e ingenieros, significativamente más alto que nuestro peso económico en el mundo”.