La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser un concepto futurista para convertirse en una realidad que está transformando múltiples aspectos de la vida diaria. Desde los asistentes virtuales hasta los vehículos autónomos, la IA está presente en casi todo. Como resultado, invertir en empresas relacionadas con el sector se ha vuelto una estrategia atractiva, siendo uno de los sectores más dinámicos y prometedores para los inversionistas.
Para contextualizar, según datos de Statista, el valor de mercado de la Inteligencia Artificial a nivel mundial podría rebasar la barrera de los 300,000 millones de dólares para 2026, lo que hace a esta industria una de las más atractivas a futuro.
Sin embargo, para poder entender más a fondo y ganar exposición invirtiendo en la IA, tenemos que pensar en diversas aristas que permiten apreciar el panorama completo: analizar su conformación como sector; valorar las opciones de inversión que existen (las que más nos convienen); mercados en los que está presente; oportunidad y riesgo, así como ventajas y desventajas futuras.
Como señala Laura Helsinger, experta en Inteligencia Artificial, existen tres grupos claves para entender este sector: los innovadores, los usuarios y los facilitadores o proveedores de recursos.
Los innovadores se refiere a las compañías o empresas que están creando esta tecnología, tanto en software (Google, Meta, IBM o Microsoft) como en hardware (Tesla, Rockwell, Boston Dynamics, entre otras). Los usuarios son las compañías que usan la Inteligencia Artificial en sus productos, en sus operaciones o en sus inventarios y tienen presencia en diversos sectores, como Target (en retail), John Deere (agricultura) o Lemonade (finanzas), por citar algunos. Y los facilitadores o proveedores de recursos que son las compañías que están creando la infraestructura para que los innovadores puedan crear la Inteligencia Artificial y para que los usuarios puedan adoptarla.
En este último punto hay que destacar el papel de compañías como Nvidia, cuya acción valía 14.61 dólares a finales de 2022 y ahora se encuentra en 138.07 dólares, mostrando un retorno de más de 800%. Otros casos similares son Intel, Oracle, AMD, entre otras.
Desde nuestra perspectiva es importante detallar puntos claves para saber cómo invertir en IA. Existen tres categorías para tener exposición en este nicho que son: las acciones, los ETFs y los Fondos de Inversión.
Para las acciones es importante elegir empresas que tengan amplia exposición, con acceso al Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC) y a toda la bolsa de Estados Unidos. Sin embargo, es recomendable que, al momento de tomar la decisión de invertir bajo esta categoría, no solo se apueste por una o dos acciones, sino tratar de formar un portafolio más diversificado, ya que en sectores tan innovadores como la IA a veces es difícil prever qué empresa va a ser la ganadora o que empresa va a capturar un mayor crecimiento o un mayor porcentaje de mercado. El caso de Nvidia es un claro ejemplo.
Como ventajas de invertir en este instrumento destacan la exposición más directa, flexibilidad y personalización. Algunas desventajas pueden ser análisis y selección, concentración, y el hecho de diversificar, el cual implica un mayor riesgo.
En el caso de los ETFs (Exchange-traded funds), los inversores pueden diversificar su portafolio sin tener que comprar cada activo individualmente. Con un ETF se compra un portafolio completo de empresas seleccionadas por un equipo experto. Algunas ventajas de invertir en estos instrumentos son: gestión profesional, simplicidad, diversificación, inversión mínima baja. Entre las desventajas resalta una exposición menos dirigida.
En la categoría de fondos de inversión existen instrumentos enfocados en invertir en tendencias de innovación globales con exposición en Inteligencia Artificial, los cuales establecen una estrategia con amplia diversificación y el potencial de crecimiento a largo plazo, con una baja correlación de retornos respecto a las estrategias de crecimiento tradicionales.
Las ventajas en estos instrumentos pueden ser: gestión profesional activa, simplicidad, diversificación, inversión mínima baja. Desventajas: una exposición diversificada a nichos adicionales.
En este sentido, la Inteligencia Artificial está moldeando el futuro, al mismo tiempo que ofrece un vasto abanico de oportunidades de inversión que no se deben pasar por alto.
Es fundamental entender que, como cualquier inversión, invertir en inteligencia artificial requiere una investigación profunda y una evaluación cuidadosa de los riesgos. Aquí es en donde la asesoría financiera juega un papel clave: contar con el acompañamiento de un experto no solo ayuda a diseñar una estrategia personalizada que maximice los rendimientos, sino que también brinda la confianza necesaria para tomar decisiones informadas. Con la orientación adecuada, invertir en IA no solo se convierte en una oportunidad para obtener resultados significativos, sino también en una forma de ser parte activa de una de las revoluciones tecnológicas más trascendentales de nuestra era.
Por Moises Saad, VP Director of Advisory and Investment Solutions GBM