Todos somos conscientes de que la educación no sólo beneficia a las personas, sino que nos hace mejores como sociedad. Por ello, poder invertir para hacer crecer nuestro patrimonio y al mismo tiempo contribuir a un objetivo social como es la educación suena, a priori, atractivo.
La educación tiene una repercusión social muy palpable ya que permite a las personas desarrollar sus habilidades, pensamiento crítico y creatividad. La educación impulsa la investigación y la innovación, lo que es fundamental para el avance de la sociedad. Además, nos abre las puertas a mejores oportunidades laborales y salarios más altos que redunda en una fuerza laboral más competente y productiva y un mayor crecimiento económico.
Asimismo, la educación es una herramienta clave para reducir la desigualdad social y económica, al ofrecer a la persona oportunidades de mejora, independientemente de su origen.
La pandemia impulsó una gran transformación en la educación, con un mayor uso de herramientas digitales, mejorando la calidad de la enseñanza a través de la tecnología. Todos vivimos en primera persona cómo se aceleró a marchas forzadas la digitalización ante la necesidad de adaptarnos rápidamente a la educación a distancia y se mejoraron las infraestructuras de tecnología y conectividad. También nos ha dado una mayor flexibilidad y accesibilidad, permitiéndonos aprender a nuestro propio ritmo y acceder a contenidos desde cualquier lugar, lo que ha eliminado barreras dando un acceso universal a la formación.
Con esta convicción, el fondo Finaccess Compromiso Social invierte en esta temática de la educación, a través de compañías como Pearson, empresa británica líder en servicios educativos, exámenes y, además, es la editora de libros más grande del mundo.
Pearson tiene varias líneas de negocio: Educación Superior, Aprendizaje Virtual, Aprendizaje de Inglés, Educación Profesional y Exámenes y Evaluación. Tras su reorganización, la compañía impulsó su estrategia digital, vendió activos no estratégicos, adquiriendo otros más prometedores y de mayor crecimiento. El negocio de Pearson educacional se ha recuperado desde el COVID y la compañía ha experimentado un fuerte crecimiento. Pensamos que la mejora de rentabilidad, la generación de caja, el sólido balance (una vez deuda neta sobre Ebitda), el programa de recompra de acciones y las perspectivas de crecimiento de sus negocios growth (Aprendizaje en Inglés y Educación Profesional), así como las cualidades defensivas de sus negocios, son clave y sustentan desde el punto de vista financiero la inversión en esta compañía, además del ángulo social anteriormente comentado.
Finaccess Compromiso Social Europa es un fondo de renta variable europea, art 9 según SFDR, que busca, a través de sus inversiones, contribuir a varios objetivos sostenibles, enfocados en el ámbito social, a través de una cartera diversificada de unas 40 compañías, donde las diez primeras posiciones suponen un 34% del fondo.
El fondo tiene como punto de partida un estricto y robusto proceso de filtrado y selección de inversiones, con una metodología propia, para que todas las compañías en cartera contribuyan a un objetivo social. Además de lograr una rentabilidad financiera, el fondo fomenta la educación, la inclusión financiera, la mejora del cuidado y la calidad de vida de las personas, el desarrollo y crecimiento inclusivo de la sociedad, etc.
Las principales geografías de las compañías en cartera son Francia, Países Bajos y Alemania. El sector más representado en cartera es el industrial, seguido del financiero, salud y consumo básico. A nivel subsectores, destaca la sobreponderación, frente al índice, en Real Estate, cuidado personal, materiales y construcción, seguros, telecomunicaciones, medios y utilities.
A nivel de activo, pensamos que la renta variable europea tiene posibilidad de sorprender al alza ya que el escenario que descuenta el mercado para Europa es sumamente negativo. En Europa, las valoraciones son un claro argumento a favor, y en Finaccess Compromiso Social Europa una gestión activa y flexible nos permite elegir compañías con potencial de revalorización y que contribuyan a algún objetivo social de los anteriormente mencionados.
Además, vemos catalizadores, especialmente en Alemania, donde el partido favorito para formar gobierno en las elecciones de febrero ya se ha mostrado favorable a flexibilizar las reglas fiscales e incrementar el gasto público que, junto con las altas tasas de ahorro del país y la ganancia de poder adquisitivo, dejan bastante margen de mejora. Otro catalizador podría ser un posible acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia, que facilitaría la bajada de los precios de gas. Por último, en Francia el mercado ya está descontado en sus precios un escenario negativo en renta variable (sinónimo de oportunidades) y la historia nos ha demostrado que los índices acaban revertiendo a su media histórica.
En conclusión, la inversión con objetivo social, con foco en tendencias de crecimiento a largo plazo y rentabilidad, nos permitirá contribuir a una sociedad mejor.
Columna de Pilar Bravo, directora de Desarrollo de negocio en Finaccess Value