Donald Trump ya está instalado en la Casa Blanca y su mudanza ha venido acompañada de movimientos económicos. El nuevo presidente de Estados Unidos y su esposa Melania lanzaron poco antes de la investidura sendos memecoins – $TRUMP y $MELANIA– con fuerte impacto: el memecoin del presidente estadounidense, empezó a cotizar el viernes 17 cerca de los 7 dólares y alcanzó los 74 dólares el domingo con una capitalización superior a 14.000 dólares (precios de CoinMarketCap). Desde entonces hasta los mínimos de ayer había perdido ya cerca de un 70% de su valor.
Ante la avalancha de titulares, surge la necesidad de conocer a fondo qué son los memecoins y qué funciones pueden desempeñar en una cartera de inversión.
Juan José del Valle, analista de Activotrade SV, explica que un memecoin es una criptomoneda que se crea bajo el concepto de un meme y que no tiene un valor intrínseco. «Se basa en bromas o imágenes compartidas a través de las redes sociales e internet». Por su parte, Román González, co-gestor del fondo Criptomonedas F.I.L. de A&G Global Investors, añade que los memecoins generalmente se crean «sin un propósito claro más allá del humor o la especulación».
En este punto, Del Valle explica que en términos de popularidad, las más conocidas son Dogecoin -creado en 2013 por Elon Musk, actual titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos- y Shiba Inu. Según el experto, en 2021 ya había más de 100 memecoins listados y autorizados para operar.
Del Valle señala que, a priori, se debería poder comprar cualquier tipo de memecoin sin ningún tipo de limitación desde cualquier país, «debido a la facilidad que normalmente se pone a disposición de los interesados con la opción de comprar directamente de manera online a través de una web -como ha sucedido con los ejemplos de los memes de Donald y Melania Trump- o de exchanges como Binance. «De hecho, según nuestro conocimiento actual, podríamos operar con ellos prácticamente desde cualquier parte del mundo, salvo en Tailandia, donde el supervisor del país las vetó en 2021», puntualiza.
El lanzamiento de los memecoins del matrimonio Trump, según González, responden en mayor medida a «un ejercicio de marketing más que un proyecto sólido», en tanto que «en un mundo donde la atención es un activo escaso, este tipo de criptomonedas suelen buscar notoriedad en lugar de ofrecer valor o utilidad real».
Mark Greenberg, Global Head of Consumer en Kraken, aporta una visión diferente. El experto del exchange de criptomonedas con sede en Estados Unidos señala que los memecoins aprovechan «momentos clave y experiencias universales, incluyendo el entusiasmo en torno a la cultura y otras áreas de interés». De esta forma, captan la atención de gente que anteriormente habría encontrado estos ecosistemas «demasiado complejos» y, por lo tanto, suponen «un punto de partida para que los usuarios aprendan a adquirir y custodiar sus propios activos antes de embarcarse en su viaje para conocer más a fondo las criptomonedas».
Por este motivo, califica de «crucial» la importancia de esta formación práctica a nivel financiero. «Quienes adoptan las criptomonedas aprenden realizando acciones reales en la cadena, en lugar de limitarse a leer sobre cómo funcionan, utilidades o descripciones de las posibilidades que tienen», asegura, mientras que pone como antecedente lo sucedido durante el boom de los NFTs. «Aunque su valor ha fluctuado, el impacto a largo plazo ha sido una nueva cosecha de usuarios formados que entienden el funcionamiento de estos activos”, asegura.
De esta forma, Greenberg admite que la misión de Kraken es «acelerar la adopción de las criptomonedas y dar a los usuarios el control para elegir lo que es adecuado para ellos y sus finanzas», por lo que concluye que ha quedado claro que «existe un apetito real y creciente por los memecoins y su capacidad única para atraer a nuevos usuarios al sector». Es más, observas «un beneficio único para el crecimiento de las memecoins que no se ha explotado aún”.
Con mucho riesgo para la inversión
González lo tiene claro: los memecoins sólo aportan a las carteras «alta volatilidad, falta de fundamentos económicos y riesgo de pérdidas totales, además de posibles fraudes». En definitiva, según el experto, son fenómenos especulativos «que aprovechan tendencias, pero no aportan valor a largo plazo», por lo que su fondo no cuenta con este tipo de criptoactivos en su cartera.
Del Valle, por su parte, coincide en buena medida con González. «El principal riesgo que vemos a día de hoy es la alta especulación y volatilidad que tienen estos tipos de activos, influenciados por los comentarios o la fama de una determinada persona, como Elon Musk en el caso del Dogecoin», asegura. Asimismo, añade la poca protección que tienen los inversores al invertir en este tipo de producto en la actualidad, «ya sea bajo la SEC estadounidense o la nueva normativa europea MiCA, debido a la falta de consenso y tipología con la que considerar el activo como tal».
Mientras, Javier Molina, analista senior para eToro, opina que su ciclo de vida puede ser efímero y los precios, «extremadamente volátiles, tanto al alza por el miedo a perderse algo, como a la baja, ya que una vez que la atención y el entusiasmo en torno al token se desvanecen, los precios tienden a caer».
Por ello, los inversores deben ser cautos, según el experto, y asegurarse que su asignación representa un pequeño porcentaje de una cartera de inversión bien diversificada. «No debemos invertir nunca lo que no te puedas permitir perder, la inversión en criptoactivos puede no ser adecuada para inversores minoristas y puede perderse la totalidad del importe invertido», alerta Molina.
Además, añade que los memecoins adolecen de una simplificación excesiva, puesto que los memes «pueden distorsionar debates complejos y fomentar polarización en lugar de diálogo racional». De esta forma, explica que fuera del análisis económico, esto significa que «las generaciones jóvenes están redefiniendo la participación política y económica», ya que políticos y líderes del futuro «deberán adaptarse a estas herramientas si quieren conectar con votantes que buscan autenticidad, rapidez y un mensaje visual poderoso». Esto podría extenderse a otras áreas de los negocios y del entorno social.
«Apasionantes tiempos donde, sobre esta materia en concreto, será muy interesante ver si estos memes y las memecoins serán palancas de transformación sectorial, además de la política», sentencia Molina