Tras la investidura de Donald Trump como nuevo presidente de EE.UU., su discurso y la aprobación de las primeras medidas, se dibuja un nuevo escenario político y económico. Los mercados, teniendo en cuenta que la bolsa estadounidense estuvo cerrada con motivo de la celebración del Día de Martin Luther King J., han aceptado este nuevo entorno con tranquilidad: las bolsas europeas subían tímidamente, se registraron avances moderados en las principales plazas asiáticas y el cruce euro-dólar escarola un 1,4%. Además, el bitcoin se disparó alcanzando un nuevo máximo.
En su primer día de presidencia Trump realizó diversos anuncios relevantes. “Trump no ha perdido el tiempo y en las primeras horas de su mandato ha empezado establecer los primeros pilares de su programa político y desmantelar las políticas de su predecesor firmando 9 órdenes ejecutivas. La mayoría van encaminadas a neutralizar la migración irregular –declaración del estado de emergencia en la frontera sur con México, declarar a los carteles de la droga como organizaciones terroristas y la eliminación de la obtención automática de la nacionalidad por nacimiento–. También otra relacionada con la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) y el retraso de 75 días sobre la prohibición federal de la red social TikTok. Asimismo, indicó que los nuevos aranceles sobre México y Canadá serán del 25% y entrarían en vigor el 1 de febrero, mientras que sobre China no hizo referencias de manera directa”, destacan los analistas de Banca March.
La buena noticia, según Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, es que estas medidas y esta administración echa a andar con una herencia positiva: una economía sólida, reforzada por un mercado laboral saludable. “La fuerte subida de los rendimientos de los bonos en las últimas semanas se detuvo, al menos temporalmente, tras la publicación del informe del IPC de diciembre, en el que la inflación subyacente se situó por debajo de las expectativas. No obstante, la mayoría de las medidas de inflación subyacente sugieren que la inflación tendrá dificultades para alcanzar el objetivo del 2% de la Reserva Federal mientras el crecimiento se mantenga por encima del potencial y la brecha de producción siga siendo positiva”, apunta el economista.
Norbert Rücker, Head Economics and Next Generation Research de Julius Baer, y David Kohl, economista jefe de la entidad, consideran que debemos prepararnos para una actividad abrumadora, en la que prevén que “los aranceles y la geopolítica se utilizarán intensamente para alcanzar acuerdos, lo que generará mucho ruido e incertidumbre temporal en el proceso”. En su opinión habrá una serie de temas muy relevantes: los asuntos fiscales, las políticas energética y comercial, la estrategia monetaria de la Fed y las medidas sobre inmigración.
Nuevo entorno de mercado
En opinión de Benoit Anne, Managing Director del Grupo de Estrategia e Insights de MFS Investment Management, estamos entrando en un nuevo régimen macroeconómico, al que he denominado Trumpilocks. “Para ser claro, no se trata únicamente de Trump 2.0 y su impacto, aunque este factor desempeña un papel importante. Además de Trump 2.0, la Reserva Federal ha pisado el freno debido a una actividad económica más fuerte de lo esperado y un progreso más lento hacia la desinflación, lo que también es un factor relevante. En este nuevo escenario, Trumpilocks, es mucho más difícil tener una fuerte convicción respecto a posiciones largas en duración, principalmente porque el panorama de inflación es menos favorable. Existen varios riesgos que podrían oscurecer el apetito por el riesgo, desde una posible guerra comercial hasta tensiones geopolíticas. Los activos de riesgo podrían seguir teniendo un buen desempeño, pero hay preocupaciones sobre las valoraciones del mercado y el impacto de los riesgos mencionados. Por otro lado, en el ámbito de la renta fija, probablemente hemos perdido el impulso de los recortes de tasas de política monetaria como motor clave de los rendimientos esperados, especialmente en Estados Unidos”, explica Anne.
Un activo que tendrá mucho protagonismo es el dólar, que ya marca máximos históricos. Según explica Zouhoure Bousbih Ostrum AM (Natixis IM), un dólar débil es la obsesión de Donald Trump por restaurar la gloria del sector manufacturero estadounidense. “Desde su elección en noviembre, el dólar se ha fortalecido, mostrando similitudes con el período (1981-1985) cuando Ronald Reagan estaba en el poder. Su poder desestabilizador se acentúa debido al deterioro significativo de la posición neta de inversión internacional de Estados Unidos (y a los grandes flujos especulativos). Si se erosiona la confianza en las condiciones fiscales y monetarias, las salidas de capital podrían crear dislocaciones en los mercados financieros. Uno puede encontrar tranquilidad en el hecho de que tal escenario nunca ha ocurrido hasta ahora, pero quién sabe… La disminución de las reservas de dólares en manos de las instituciones oficiales en favor del oro también podría tener un impacto significativo en los mercados de bonos del Tesoro de EE. UU. y, en última instancia, el dólar”, argumenta Bousbih.
Andreas Nigg, director adjunto de PRIME Equities en J. Safra Sarasin Sustainable AM, cree que los mercados ya han respondido bien al cambio de poder, reforzados por las perspectivas de una menor regulación y una carga fiscal más liviana. “Esto también podría ayudar a los beneficios, ya que la actividad empresarial ha empezado a repuntar en Estados Unidos.
“Un sector que ya está cosechando beneficios es el financiero, que se beneficia de una mayor actividad empresarial y una menor presión reguladora, y no está expuesto a posibles aranceles. Los aranceles también deberían fomentar el reshoring de vuelta a EE.UU., lo que es un buen augurio para ciertas partes del sector industrial”, destaca Nigg.
Los mercados emergentes
Para Nenad Dinic, Equity Strategy Research de Julius Baer, es relevante destacar que el clima de la renta variable en los mercados emergentes, donde se ha instalado un compás de espera hasta comprobar con más claridad la política comercial de EEUU. “Aunque hay señales de un especial pesimismo y de una posible moderación en las relaciones comerciales entre EE.UU. y China que podrían traer sorpresas al alza para la clase de activos de los mercados emergentes”. La experta recomienda “cautela hasta que se desvelen con mayor nitidez” los planes de la nueva administración estadounidense.
“Los precios del mercado antes de la toma de posesión de Trump ya están teniendo implicaciones para los mercados emergentes, con el fortalecimiento del dólar y el aumento de las primas por plazo estadounidenses. En última instancia, esta situación está generando presiones sobre las divisas y endureciendo las condiciones de financiación exterior, lo que podría reducir el margen de maniobra de las autoridades para respaldar sus respectivas economías. De hecho, los bancos centrales con mandatos de estabilidad cambiaria, como el Banco de Indonesia, pueden verse constreñidos en los próximos meses y el margen para nuevos recortes de tipos, limitado”, añade Michael Langham, Economist Global Macro Research de abrdn, a la hora de hablar de mercados emergentes.
Según matiza Langham, los riesgos son bidireccionales: una agenda política de Trump más favorable a los mercados podría acabar apuntalando los activos de riesgo y suavizando el dólar; por el contrario, una mayor incertidumbre comercial y un aumento de la inflación estadounidense podrían crear una potente mezcla para la economía mundial. “Sin embargo, es probable que muchos mercados emergentes sigan beneficiándose de las tensiones entre EE.UU. y China como motor de la deslocalización. EE.UU. necesitará cada vez más a otros países a medida que se intensifiquen sus acciones contra China”, apunta.
Oportunidades y riesgos
A pesar de todo, Nigg reconoce que la imprevisibilidad de Trump seguirá siendo un sello distintivo tanto para amigos como para enemigos, lo que se traducirá en volatilidad del mercado. Cuánto durará el «romance» con Elon Musk sigue siendo una incógnita. Un desencuentro entre ambos podría poner fin al rally de las acciones de Tesla, que se han beneficiado significativamente desde noviembre.
En su análisis, Eoin Walsh, gestor de TwentyFour AM (boutique de Vontobel),ve probable que la volatilidad de los mercados de tipos continúe en 2025, lo que constituye una fuente de oportunidades y riesgos para los inversores en renta fija.”En los mercados de crédito es donde probablemente seguiremos viendo el mejor comportamiento. Un contexto marcado por una economía mundial que está en buena forma, Estados Unidos que crece a un ritmo razonable y Europa que ha salido de un crecimiento negativo, mientras que los diferenciales son estrechos, es alentador. Por lo tanto, a pesar de la estrechez de los diferenciales, debido a la situación actual de los tipos, los rendimientos siguen siendo atractivos”, afirma Walsh.
En este tipo de entorno,Walsh considera que los inversores pueden encontrar empresas y bonos de alta calidad que no tengan una fecha de vencimiento demasiado larga y que ofrezcan una rentabilidad atractiva. “Es fundamental centrarse en el valor relativo, para identificar aquellos lugares dentro de la renta fija que no son sólo las áreas de alto rendimiento, sino que recompensan bien desde un punto de vista de riesgo-recompensa. En este sentido, los valores financieros, tanto bancos como aseguradoras, y los bonos de titulización de activos (ABS) siguen pareciendo muy atractivos”, indica.
Por último, apunta que el crédito es el activo donde los inversores probablemente obtengan el mejor rendimiento en 2025. “Habrá periodos en los que probablemente se produzcan repuntes en las yields de los bonos del Tesoro, pero negociar con bonos del Tesoro estadounidense es difícil. Por tanto, la compra de valores de alta calidad en los mercados de crédito, teniendo en cuenta la rentabilidad ofrecida, debería recompensar a los inversores este año”, concluye el gestor de TwentyFour AM.