En el mundo de las finanzas, la incertidumbre es la única constante. Aunque puede parecer un cliché, el año 2024 ha demostrado cuántos elementos están fuera del control de las empresas. El próximo año traerá consigo las repercusiones de eventos globales importantes, con más de 60 elecciones nacionales, una inflación fluctuante y el continuo aumento del coste de la vida debido a los precios de la energía. Además, la inteligencia artificial seguirá revolucionando la productividad y redefiniendo el entorno laboral.
Aunque estos desafíos no son nuevos para los líderes empresariales, 2025 no será un año más predecible. Y eso, previsión es precisamente lo que las organizaciones necesitan para asegurar el crecimiento de los ingresos y mantener su estabilidad financiera. Conocer las áreas clave en las que los equipos financieros deberán centrarse para enfrentar la incertidumbre y liderar un futuro más controlado puede marcar la diferencia.
Por ejemplo, los grandes datos traerán control en medio del caos. El valor de los datos no es ningún secreto, pero en 2025, su uso será fundamental. Las herramientas impulsadas por IA se convertirán en el estándar para proporcionar análisis del gasto en tiempo real y facilitar la toma de decisiones. Sin embargo, sin datos precisos y organizados, estas tecnologías no tendrán base sobre la cual operar. La clave para los equipos financieros será pasar de una planificación reactiva a una proactiva, asegurándose de almacenar y analizar los datos necesarios para despejar cualquier incertidumbre financiera.
Además, la función de tesorería se transformará. En 2025, las funciones de tesorería corporativa ocuparán un lugar central, tanto para grandes como para pequeñas empresas. Gestionar el flujo de caja y mitigar riesgos será más crítico que nunca, especialmente en un entorno marcado por la incertidumbre geopolítica. Para adaptarse, los departamentos de tesorería deberán evolucionar hacia centros de comando digitales, predictivos y estratégicos. Las herramientas financieras integradas con IA y datos en tiempo real serán los catalizadores de este cambio, ayudando a aliviar momentos de tensión financiera y eventos clave con mayor agilidad.
Por supuesto, la IA seguirá transformando las finanzas. La inteligencia artificial seguirá evolucionando y, con ella, los equipos financieros. Una de las habilidades clave en 2025 será el prompt engineering, es decir, la capacidad de generar indicaciones precisas para que la IA ofrezca respuestas acertadas. No obstante, según nuestro Manual del director financiero para 2024, solo el 27% de las empresas españolas se siente preparada para integrar la IA en finanzas. Este dato refleja un enfoque limitado en las aplicaciones visibles de la IA, ignorando todo su potencial.
Los equipos financieros que dominen esta tecnología lograrán procesos más rápidos y precisos, reducirán la dependencia de informes manuales y tendrán acceso a análisis más avanzados. Las empresas deberán no solo atraer talento con habilidades tecnológicas, sino también invertir en la capacitación de sus equipos actuales. La combinación de competencias digitales y financieras será el perfil clave del futuro.
Y por último, la colaboración impulsará la planificación de riesgos. En tiempos inciertos, las decisiones empresariales también lo son. La nueva administración en EE.UU., por ejemplo, generará cambios y desafíos que exigirán a los equipos financieros reforzar su planificación y estrategias de mitigación de riesgos. En este contexto, la colaboración entre equipos desempeñará un papel crucial. Según revela nuestro informe Sinergias entre Finanzas y el resto de la empresa, el 73% de las empresas españolas cree que la colaboración interna las hace más resilientes y exitosas, lo que refuerza la necesidad de un enfoque compartido en la gestión del riesgo.
Pero si tuviera que apostar por una única predicción para este 2025, sería que los equipos financieros tomarán más conciencia de la importancia de la transformación digital. No se trata sólo de implementar plataformas de gestión de gastos, sino de adoptar herramientas respaldadas por IA que impulsen el análisis del negocio y la identificación de posibles ahorros.
Este enfoque permitirá a las empresas evolucionar y mantener el control, independientemente de la incertidumbre que depare 2025. Las finanzas del futuro no estarán impulsadas por la suerte, sino por la estrategia, la tecnología y la colaboración.
Tribuna de Álvaro Dexeus, director de Pleo para el sur de Europa.