Los comentarios del presidente chino Li Keqiang a principios de este mes sobre una nueva normalización económica en China han reavivado el debate sobre el alcance exacto de los avances registrados por las reformas de su Gobierno. No obstante, a pesar del escepticismo actual, los expertos de BlackRock creen que las reformas han avanzado en varios frentes y han reducido las primas de riesgo de las que depende China.
El mercado chino de las llamadas acciones A repuntó desde niveles muy bajos antes de ese primer recorte de tipos y ese dinamismo se ha mantenido entrado el Año Nuevo. No obstante, explica Andrew Swan, gestor del BGF Asían Dragon Fund de la firma, no se ha tratado de otra «subida de azúcar» impulsada por las políticas monetarias: “Desde nuestro punto de vista, está en juego algo más importante: el reconocimiento de las mejoras estructurales registradas durante el último año”.
Basta con observar los gobiernos locales, enumera Swan. Representan casi el 90% del gasto público total, mientras que sólo contribuyen en alrededor del 50% de los ingresos fiscales y con frecuencia, mucho menos. Como consecuencia del frenesí de su inversión en infraestructura y construcción, la deuda de los gobiernos locales chinos pendiente de pago asciende a los 2,9 billones de dólares, lo que equivale a aproximadamente un tercio de su PIB. “Esto supone una carga para el país y una preocupación a nivel internacional”, afirma el portfolio manager de BlackRock.
Las autoridades bursátiles chinas también han adoptado normativas destinadas a frenar la expansión del sector bancario «sumergido». Como resultado de ello, los riesgos contingentes de los bancos son menores y los inversores se han abalanzado hacia productos de seguros que, en términos relativos, ahora parecen más competitivos.
“En nuestro caso, priorizamos algunas empresas estatales que, hasta finales de 2014 no constituyeron una preferencia. La reforma de las empresas estatales brindará oportunidades para lograr rentabilidades nunca vistas, puesto que fomentan una mayor eficiencia operativa, una mejor alineación de los incentivos a los altos cargos y transfieren las decisiones sobre asignación de capital al sector privado”, desvela el menager del gestor del BGF Asían Dragon Fund.
“Sin embargo, estamos evitando las acciones de bienes de consumo. Han sido un activo de consenso durante algún tiempo, y las valoraciones siguen siendo altas. Dado que el crecimiento económico global se ralentiza, creemos que será cada vez más difícil para estas empresas cumplir con lo que son altas las expectativas de ganancias. Las reformas, en particular aquellos que se dirigen a la corrupción, están teniendo un efecto negativo, por lo que es mejor esperar a que se aclare el panorama”, explica Swan.