Se espera que la economía global enfrente desafíos significativos en 2025, con el 56% de los economistas jefe encuestados anticipando un debilitamiento de las condiciones, según el último informe de Chief Economists Outlook del Foro Económico Mundial. Destaca que solo el 17% prevé una mejora, destacando la creciente incertidumbre en regiones clave y la necesidad de respuestas políticas medidas a nivel mundial, según los datos del informe.
Aunque Estados Unidos parece encaminado hacia un impulso a corto plazo, con un 44% de los economistas en jefe prediciendo un crecimiento sólido en 2025 (en comparación con el 15% que lo esperaba en agosto del año pasado), las perspectivas para otras economías importantes son menos optimistas, según el informe. Europa sigue siendo la región más débil por tercer año consecutivo, con el 74% anticipando un crecimiento débil o muy débil. Mientras tanto, el impulso económico de China se proyecta en desaceleración debido a una demanda de consumo moderada y una productividad más baja, lo que ilustra aún más la naturaleza desigual e incierta de cualquier recuperación global.
“El último informe Chief Economists Outlook revela una economía global bajo una considerable presión. Las perspectivas de crecimiento están en su nivel más débil en décadas, y los desarrollos políticos, tanto a nivel nacional como internacional, destacan cuán disputada se ha vuelto la política económica. En este entorno, fomentar un espíritu de colaboración requerirá más compromiso y creatividad que nunca”, apunta ”, dijo Aengus Collins, jefe de Crecimiento Económico y Transformación del Foro Económico Mundial.
El nuevo informe destaca la importancia de la reciente elección presidencial en EE.UU., con el 61% de los economistas en jefe caracterizando su impacto en la economía global como un cambio a largo plazo en lugar de una interrupción a corto plazo. Se esperan cambios importantes en áreas como comercio, migración, desregulación, política fiscal y política industrial. Las sólidas perspectivas para el crecimiento de EE. UU. en 2025 están alineadas con expectativas de estímulos a corto plazo y aumento de salarios. Sin embargo, los riesgos persisten: casi todos los economistas esperan un aumento en los niveles de deuda pública (97%) y una inflación más alta (94%), según el informe.
Además de las perspectivas de crecimiento global moderado, el informe destaca las crecientes presiones sobre la interconexión económica mundial. El 94% de los encuestados predice una mayor fragmentación en el comercio de bienes durante los próximos tres años, mientras que el 59% espera que el comercio de servicios siga un camino similar. Más de tres cuartas partes también anticipan mayores barreras para la movilidad laboral, mientras que casi dos tercios señalan restricciones crecientes en transferencias de tecnología y datos.
El sector financiero se presenta como una excepción, con menos de la mitad (48%) esperando un aumento en la fragmentación, reflejando el papel crucial de los flujos financieros transfronterizos en las economías modernas. No obstante, los desarrollos políticos, los ajustes en las cadenas de suministro y las preocupaciones de seguridad influyen significativamente. Estos cambios probablemente aumentarán los costos para empresas y consumidores en los próximos tres años. Las respuestas empresariales ante esta creciente fragmentación incluirán la reestructuración de cadenas de suministro (91%), la regionalización de operaciones (90%) y el enfoque en mercados clave (79%).
El 48% de los economistas en jefe anticipan un aumento en los volúmenes de comercio global en 2025, subrayando la resiliencia del comercio internacional. Sin embargo, una gran mayoría espera tensiones comerciales intensificadas, tanto entre grandes potencias como a nivel general. El proteccionismo se identifica como el principal factor que impulsará cambios duraderos en los patrones de comercio global, junto con otros contribuyentes prominentes como conflictos, sanciones y preocupaciones de seguridad nacional. El 82% de los encuestados predice una mayor regionalización del comercio en los próximos tres años, junto con un cambio gradual continuo de bienes a servicios.