La economía japonesa está mostrando signos de recuperación, y empieza a superarla contracción causada por la subida de impuestos de abril de 2014. Los datos del último trimestre del año pasado revelaron que la economía volvió a crecer después de dos trimestres consecutivos de contracción. Aunque que la tasa de expansión estuvo por debajo de las previsiones de consenso, varios factores sugieren que es probable que el impulso se acelere.
La confianza de las empresas y de los consumidores se está recuperando y el efecto positivo de la caída de los precios del petróleo en los beneficios empresariales y en el poder adquisitivo de los hogares se empieza a extender al resto de la economía. Las condiciones del empleo y los salarios mejoran de forma constante debido a las crecientes tensiones en el mercado de trabajo. A todo esto se suma la creciente presión de los sindicatos y el gobierno para que las empresas repartan una parte mayor de sus beneficios en forma de aumentos salariales.
En este contexto, explica Fidelity WI, las exportaciones y la producción han seguido ganando terreno, por lo que la economía en general parece haber mantenido la recuperación desde el último trimestre de 2014.
“En contraste conotras regiones importantes, el impulso en los beneficios empresariales de las compañías japonesas se ha mantenido firme al tiempo que se prevén nuevas revisiones al alza antes de la temporada de resultados tras el cierre del año fiscal. Además, las empresas japonesas están cada vez más centradas en la eficiencia del capital y en la rentabilidad de los accionistas: es probable que el pago total de dividendos alcance un máximo histórico este mes de marzo, al tiempo que los programas de recompra de acciones se han más que duplicado desde hace un año en los primeros nueve meses del período que va de abril a diciembre”, afirma Nicholas Price, portfolio manager del Fidelity Funds Japan Aggressive Fund.
Este experto cree que a nivel micro, las reformas estructurales están mejorando. “Hay evidencias de cambios sobre el terreno en la mejora de la gestión empresarial, en la que Fidelity está muy implicada gracias al fluido diálogo con la administración”, dice. Price recuerda que antiguas empresas como Hitachi están reorientando factores básicos de la gestión, mientras que las nuevas industrias, como el turismo, acaba de empezar. Y respaldando todo esto está el compromiso del Banco de Japón de sacar al país de la deflación mediante su programa de relajación monetaria a largo plazo, que está ayudando a los exportadores japoneses a recuperar cuota de mercado con un yen más débil y a inflar el mercado inmobiliario, enumera el portfolio manager de Fidelity.
Price estima que desde la perspectiva de valoración, las acciones japonesas están históricamente bajas y cotizan con un descuento en el PER respecto a las acciones estadounidenses. Es raro que Japónofrezca un descuento frente a otros mercados desarrollados, por lo que creemos que esto representa una buena oportunidad para los inversores de captar rentabilidades positivas en el mercado japonés. El bajo múltiplo de precio en libros en las bolsas niponas se justifica por la relativamente baja rentabilidad de las compañías con respecto a sus recursos propios, pero los cambios estructurales a nivel micro están dando lugar a una mayor concentración en las rentabilidades.
“Teniendo en cuenta la coordinación de medias monetarias y fiscales para impulsar el crecimiento y los cambios fundamentales en el comportamiento de las empresas industriales, el hecho de que Japón ofrezca un descuento en sus valoraciones en un contexto global, y el hecho de que los niveles de propiedad en general sigan siendo bajos, hace que las perspectivas a medio plazo para la renta variable japonesa sean atractivas”, conluye.
Preguntado sobre las posiciones del Fidelity Funds Japan Aggressive Fund, Price cuenta que la cartera está sobreponderada en el sector servicios, el de maquinaria, aparatos eléctricos y el sector inmobiliario, “debido principalemente al sesgo bottom-upy a factores específicos de cada empresa”. Estos sectores, explica, ofrecen una combinación de potencial de crecimiento de las ganancias en base a los factores cíclicos y estructurales, así como por sus atractivas valoraciones. Además, ofrecen oportunidades para beneficiarse de la mejora continua de las políticas del gobierno y de el reparto de dividendo a los accionistas.