«No porque hayamos eliminado del comunicado la palabra ‘paciente’ debemos ser impacientes«, dijo ayer Janet Yellen en la conferencia de prensa posterior a la reunión de la Reserva Federal estadounidense. Esto que podía parecer un trabalenguas para quien no conozca los mensajes de la Fed, vino a decir que la puerta para una subida de tipos en junio está abierta, pero una vez que se atraviese la línea, los incrementos se harán despacio.
El organismo decidió ayer dejar los tipos de interés sin cambios (0%-0,25%), pero no era precisamente en eso donde estaba centrada la atención de los mercados. Los inversores esperaban una señal clara de por dónde irá la política monetaria en los próximos meses y Yellen se aferró con fuerza a lo que ha repetido durante meses: la primera subida dependerá de los datos macroeconómicos. Eso sí, descartó que fuera a producirse en la reunión de abril.
«No podemos dar un calendario apropiado ni certezas porque el comportamiento de la economía es incierto», afirmó. El aumento de las tasas «dependerá de nuestra evaluación del progreso hecho y del esperado» con el objetivo de lograr el pleno empleo y una inflación que se aproxime al 2%, aseguró con contundencia.
La Fed revisó sus previsiones de PIB a la baja y ahora prebé un 2,5% de crecimiento para 2016, «lo que sugiere que la primera subida de tipos podría llegar más tarde de lo previsto (más cerca de final de año que de mediados)», explicó en un análisis Renta 4 Banco.
La reacción del mercado se dejó sentir en las divisas, donde el dólar cayó con fuerza frente al euro, mientas la deuda y la renta variable subían. Así mientras el Dow Jones ganó un 1,27%, y cerró en 18.076 unidades, el S&P 500 repuntó un 1,21%, para tocar los 2.099 puntos.