Las políticas de relajación monetaria aplicadas por los principales bancos centrales, combinadas con un sólido crecimiento económico y una moderación de la inflación, han sido los factores clave que han favorecido los bonos con grado de inversión en 2024 y se espera que la buena racha de rendimientos se mantenga en 2025. Así lo ve Tim Crawmer, estratega de crédito global de Payden & Rygel.
2024 ha sido un año decisivo para la renta fija, con los Bancos Centrales controlando la inflación sin desencadenar una recesión, consiguiendo un aterrizaje suave con implicaciones positivas para el mercado de renta fija.
Si bien el riesgo de aceleración de la inflación sigue amenazado, en Payden & Rygel preven que la inflación seguirá bajando aunque acompañada de fluctuaciones y efectos retardados de las subidas de precios. Sobre el otro elemento que genera mucha incertidumbre, la nueva Administración Trump y sus medidas de aranceles, recortes de impuestos, límites a la inmigración y aumento del deficit fiscal, creen que la agenda republicana resultará menos inflacionista de lo que se teme.
«Pensamos que los Bancos Centrales podrán continuar con sus políticas de relajación monetaria y prevemos un entorno positivo para el mercado crediticio en 2025, con unas condiciones económicas sólidas, un empleo robusto y una inflación a la baja”, afirma Tim Crawmer.
Por estos motivos, mantienen una sobre ponderación del crédito en todas las estrategias de Payden & Rygel y, para los activos con grado de inversión, esperan rentabilidades globales del 5%.
«Sin embargo, aunque las perspectivas de la economía son optimistas, es difícil que se vean compensadas por una disminución de la calidad de las emisiones y de la liquidez. De hecho, se ha producido un importante fenómeno de compresión en el que los bonos menos líquidos han superado a sus homólogos de mayor calidad y liquidez. En este momento, invertir en este tipo de valores supondría exponer la cartera a un riesgo demasiado elevado en relación con la rentabilidad potencial”, alerta Crawmer.
Desde una perspectiva macroeconómica, comenta que “un escenario de aterrizaje suave debería ser una buena perspectiva para los emisores de alto rendimiento: el crecimiento económico estable debería apoyar los beneficios y, a medida que la inflación disminuya gradualmente, se espera que la Reserva Federal continúe con los recortes de tipos de los fondos federales. A pesar de la compresión de los diferenciales, los rendimientos globales siguen siendo atractivos, por encima del 7%, y esto ha sido históricamente un excelente indicador de los rendimientos futuros. Rentabilidades de esta magnitud dan al mercado la capacidad de absorber cualquier descenso marginal de los precios, evitando rentabilidades negativas. Por lo tanto, creemos que la probabilidad de que los bonos de alto rendimiento suban es alta.»
En la renta fija corporativa con grado de inversión, por otra parte, el experto de Payden ve con buenos ojos el impacto de la desregulación del sector bancario de la agenda Trump para la rentabilidad de las entidades estadounidenses, y la reducción de los impuestos de sociedades, en particular, para bancos regionales o los centrados en las medianas empresas, que actualmente cotizan con descuento.
Por último, hace especial hincapié en sectores cíclicos o históricamente más arriesgados, como los medios de comunicación, con un alto riesgo de volatilidad y de caídas, donde las fusiones, adquisiciones la actividad de los fondos de capital riesgo podrían provocar una ampliación de los diferenciales.
Sobre este último punto relacionado con operaciones corporativas, Crawmer piensa que la nueva Administración republicana impulsará un aumento de la actividad de fusiones y adquisiciones, lo que se traducirá en más emisiones.