Las economías globales están encaminadas a repetir –o ya están repitiendo– muchas de las políticas probadas y fallidas de la historia reciente, como aranceles, guerras comerciales y aislacionismo. Existe una clara sensación de que las economías globales necesitan avanzar frente a los crecientes desafíos políticos y de mercado.
Estas son las principales conclusiones del informe “Macro Outlook 2025” elaborado por los economistas de ING, “Perspectivas mundiales de ING: Economía, nuestra lista de éxitos para 2025”. El informe incluye previsiones clave para las diferentes regiones y mercados, y cubre cuestiones geopolíticas y comerciales, y el comportamiento esperado de los consumidores en Europa, Asia y Reino Unido.
Según Marieke Blom, economista jefe y directora de investigación del Grupo ING, “aunque observamos muchos factores que podrían empeorar la situación actual, el gasto de los consumidores podría traer sorpresas positivas. Existe la posibilidad de que el consumidor europeo incremente su nivel de gasto, especialmente si el mercado inmobiliario se recupera más rápido de lo que esperamos. Ellos pueden ser la clave para la recuperación del ciclo económico de Europa».
España ha sido motor clave del crecimiento económico en la eurozona desde la crisis del covid-19 y se espera que esta tendencia continúe en 2025. Sin embargo, los factores impulsores de este crecimiento están cambiando: el crecimiento posterior a la crisis fue impulsado por el aumento de la población, las fuertes exportaciones de servicios y el gasto público. Todo esto, enmarcado en un entorno inflacionario desafiante y con políticas monetarias restrictivas que impactaron negativamente en las rentas de las familias.
En la actualidad, existe una mejora gradual en el consumo gracias a que los ingresos de los españoles se empiezan a recuperar, aunque el nivel de ahorro sigue siendo elevado en comparación con los niveles previos a la pandemia. Asimismo, según las previsiones, la inversión, particularmente en el sector de la construcción, se verá impulsada gracias a la reducción de los tipos de interés y a la asignación de fondos europeos.
Estos factores mantendrán a España en una posición privilegiada dentro de una eurozona cuya economía seguirá experimentando un lento crecimiento en 2025. Esto es extensible al resto de países del sur de Europa; Portugal, Italia, Grecia y España continuarán superando el crecimiento promedio de la eurozona por quinto año consecutivo en 2025.
Entre los motivos para el mayor crecimiento relativo de estos países, destaca el hecho de que han recibido una proporción significativamente mayor de los fondos NextGen en comparación con sus contrapartes del norte y que aún cuentan con recursos relevantes para gastar. Además, el mayor peso del sector servicios en el PIB de estos países representa una ventaja clave frente a los desafíos que enfrentan las industrias manufactureras europeas por los altos precios de la energía y los inminentes aranceles de importación de Estados Unidos.
Aunque los bancos centrales parecen haber ganado la batalla frente a la inflación, los economistas de ING se muestran cautos frente a celebraciones prematuras y cuestionan las perspectivas para 2025.
En el caso de Estados Unidos, aunque la administración Trump genera incertidumbre por su enfoque aislacionista, podría experimentar un auge comercial en 2025. Esto dependerá del impacto de esas políticas tanto a nivel nacional –con posibles estímulos al crecimiento interno– como internacional, donde se podrían generar tensiones u oportunidades comerciales con otros países. En Asia, China se enfrenta a desafíos significativos para estabilizar su economía, mientras que India consolida su papel como motor de crecimiento regional.