Dos temas han acaparado una de las últimas reuniones del año del Comité Asesor de Inversores de la SEC: arbitraje para resolver disputas entre inversores y asesores, y los activos alternativos. Este comité tiene como finalidad proporcionar recomendaciones sobre temas relacionados con la protección de los inversores, la mejora de los mercados financieros y el desarrollo de políticas públicas que afectan a los inversionistas en general.
Así pues, sobre el primero de estos asuntos, Hester M. Peirce, comisaria de la SEC, explica que no se puede perder de vista la importancia de permitir que los inversores y sus asesores elijan el arbitraje vinculante para resolver disputas. “La libertad contractual es un principio fundamental”, ha recordado.
Sin embargo, el tema que más interés ha despertado ha sido el que concierne a los activos alternativos y el aumento de las oportunidades de los inversores minoristas para invertir en activos alternativos. “Durante demasiado tiempo, se han enfocado mal los esfuerzos para proteger a los inversores minoristas del riesgo y esto les ha impedido acceder directamente a oportunidades en los mercados privados. Explorar cómo los inversores minoristas pueden obtener una exposición diversificada a activos alternativos con asesoramiento profesional a través de productos existentes, como ETFs, fondos intermedios, BDCs y fondos cerrados, es un tema valioso para este Comité”, defendía recientemente Peirce.
En este sentido, los profesionales de la SEC han puesto el foco en proteger a los inversores frente a los llamados ‘finfluencers’, empezando a considerar algunos borradores con recomendaciones. “Como reconoce el borrador, ‘algunos finfluencers ayudan a… los inversores a comprender información financiera compleja en contenido claro y digerible en redes sociales’, pero otros no son más que una versión digital de los actores envejecidos y deportistas decadentes que se encuentran en cualquier canal de cable nocturno promocionando estafas”, advierte Peirce.
Según el análisis de esta comisaria, los ‘finfluencers’ de hoy pueden estar hablando de cripto en las redes sociales, pero el concepto es el mismo. “Todos los inversores deben ejercer buen juicio, escepticismo y cautela antes de poner su dinero en riesgo. A tal fin, la Comisión juega un papel importante para garantizar que los inversores cuenten con la información necesaria para tomar decisiones reflexivas, alineadas con sus metas y tolerancia al riesgo. La Comisión ha llevado a cabo con éxito acciones de cumplimiento contra los ‘finfluencers’ por presuntas violaciones de las leyes de valores”, añade.
De hecho explica que han estado trabajando en un borrador que incluye algunas recomendaciones útiles para una acción futura. Por ejemplo, recomienda que la Comisión explore posibles vacíos en los requisitos de divulgación, colabore con la Comisión Federal de Comercio, informe a los inversores sobre la mala conducta de los finfluencers y eduque a los futuros finfluencers sobre las reglas.
Según Peirce, algunos aspectos del borrador son mucho menos convincentes y plantean numerosas preguntas: ¿Realmente hay un vacío regulatorio que llenar? ¿Cuál es el alcance de la recomendación? ¿Está el Comité recomendando que exijamos a todos los finfluencers que se registren como asesores de inversión, o solo aquellos finfluencers vinculados a asesores de inversión? ¿Debe la SEC exigir que una persona que publique reflexiones sobre inversiones en un sitio de redes sociales acompañe esas reflexiones con “el estado regulatorio, la formación educativa y la experiencia empresarial del finfluencer o la falta de ellas”? ¿Tiene la SEC la autoridad para exigir información de las plataformas de redes sociales “para comprender sus controles para monitorear las actividades problemáticas de los finfluencers”?
“Incluso si tiene la autoridad para hacerlo, ¿no podrían los intentos de controlar el contenido de las plataformas sociales convertirse en censura? ¿Sería sabio recomendar el establecimiento de un «conjunto base de requisitos que se aplicaría a todos los finfluencers» a nivel internacional en un mundo donde otras jurisdicciones aceptan censura que sería ilegal en los Estados Unidos?”, se cuestiona la comisaria.
Como reconocen las recomendaciones del borrador, las redes sociales y las tecnologías innovadoras han impulsado el bienvenido flujo de nuevos inversores a nuestros mercados. El énfasis en el potencial daño que se puede causar en aplicaciones y redes sociales ignora que estas plataformas también permiten a los inversores aprender de las experiencias de otros y advertirse sobre productos dudosos y voces poco confiables.
Así pues, la respuesta que Peirce traslada a raíz del trabajo del Comité es clara: “Si queremos servir a estos nuevos inversores, debemos centrarnos en mejorar nuestra presencia y ser más activos online, en lugar de rechazar las aplicaciones y plataformas e infantilizar a los nuevos inversores. Una cosa que la Comisión puede hacer de inmediato es restablecer las cuentas independientes de redes sociales de la OIEA, que demostraron ser una forma muy eficaz de alertar e informar a los inversores. También podríamos corregir nuestro fracaso de varios años en explicar claramente qué es un valor, en lugar de esperar que músicos y atletas se conviertan en expertos en la doctrina de Howey antes de tuitear”.