Según el informe ‘análisis de mercados 2025’ publicado por Trea AM, Trump 2.0 es el mayor shock que están viviendo y la principal fuente de volatilidad. La incertidumbre respecto a la velocidad y el modo de implementar sus políticas constituyen el principal factor de riesgo para los mercados en los próximos trimestres. De cara al año que viene, la implementación de las políticas económicas en EE.UU. y las “represalias” de los afectados van a marcar la evolución de los mercados. Por otra parte, las acciones de los bancos centrales en 2025 ya no van a ser sincronizadas y la política va a prevalecer frente a la economía (el gasto público está siendo la vía para paliar problemas en Japón, UK, Alemania, China, Brasil).
En cuanto al crecimiento de la economía, la inercia macro los dos próximos trimestres va a ser mejor de lo que espera el mercado, mientras que en la segunda mitad del año es donde se empezarán a materializar los riesgos por el efecto negativo de las tarifas. Las divergencias entre regiones y sectores van a incrementarse.
Además, los bancos centrales parecen seguros de que las inflaciones van a volver al objetivo tipo en la primera mitad del año -si los precios de energía y bienes lo permiten-. Tras llegar a mínimo en junio, hay un riesgo de repunte en los precios a final de año.
Para la renta fija a corto plazo, los buenos datos de inflación previstos en la primera parte del año ofrecen margen para continuar con las bajadas de tipos por lo menos hasta los niveles que consideran no inflacionistas (2% en la Eurozona y 4% en EE. UU.). Se esperan bajadas más agresivas del BCE que de la Fed.
En cuanto a la renta fija corporativa, el principal atractivo de este activo es que las nuevas emisiones de bonos tienen menos duración y cupones más elevados que en los últimos años. Mejor estar posicionado en niveles de riesgo moderado (BB) que en los de más riesgo.
Hablando de la renta fija de gobiernos, el ciclo de bajadas de tipos mínimo debería llevar los cortos hasta el 2%. Trea AM espera que el repunte de las pendientes sea por los plazos más largos.
Por último, en cuanto a las bolsas, las estimaciones de crecimiento de beneficios para el próximo año justifican revalorizaciones casi de dos dígitos para la renta variable en 2025. El año que viene se verá cómo se va implementando una ‘multipolaridad’ a nivel político con un mundo financiero ‘unipolar’ (EE.UU. y el dólar como divisa reserva global). Los mercados financieros en EE.UU. son un activo en sí mismo (liquidez, regulación etc..) y la nueva administración los va a utilizar en su beneficio.
El bono americano es el verdadero termómetro que vigilar: mientras se mantenga en el rango de 4% / 4,5% los mercados valoran positivamente las políticas económicas de la nueva administración. Si sale de ese rango algo habrá fallado, o crecimiento o inflación.