El 2024 ha sido un año, en líneas generales, incierto y repleto de desafíos para los mercados y en el ámbito empresarial no ha sido diferente. Sin ir más lejos y focalizándonos en lo sucedido en las juntas generales de accionistas de esta temporada, hemos sido testigos de una mayor consolidación de tendencias que ya veníamos vislumbrando en años anteriores, según hace balance Sodali&Co.
Entre las cuestiones clave de este año destaca la participación y asistencia. Así, el quorum medio alcanzó el 73,3% en el Ibex 35, cifras similares a los de años precedentes. No obstante, estos datos ratificarían un cambio reciente: poco más de la mitad del quorum (52%) se compone por los accionistas estratégicos, que por segundo año superan mínimamente la participación del capital flotante (48%), explican los expertos.
De manera adicional y como en años precedentes, la elección de consejeros independientes es la más apoyada por los asesores de voto (solo se opusieron a una de los 60 que hubo), que recibieron apoyos medios altos, del 93,5% del capital flotante que votó en junta. En paralelo, los ejecutivos, dominicales y los consejeros recibieron apoyos mucho menores, en torno al 82% del flotante en el caso de estos dos últimos.
Asimismo, las remuneraciones constituyeron una pieza angular de esta temporada, donde se volvieron a registrar los mayores niveles de disenso. En esta línea, un 25% de las políticas de remuneraciones y un 33% de los informes anuales de remuneraciones recibieron recomendaciones de voto en contra de los asesores de voto y niveles de apoyos medios en torno al 70% por parte del flotante que votó en junta.
Retos en 2025
En contraposición, si analizamos qué podría suceder en 2025 y dónde se situarían los retos de cara a temporada de juntas, podemos comenzar citando la integración de CSRD, explican en Sodali&Co. Se trata de la directiva sobre el reporte de información de sostenibilidad por parte de las empresas que plantea, a su vez, que éste tenga el mismo rigor y control que el reporte financiero. Para ello se presenta la doble evaluación de materialidad, el reporte de los puntos definidos en las Normas Europeas de Información en materia de Sostenibilidad (ESRS por sus siglas en inglés) y su verificación externa. Por lo tanto, en 2025, las primeras entidades de interés público deberán reportar bajo este nuevo marco, lo que impactará en su perfil de sostenibilidad y la valoración de sus activos, cuestiones que en consecuencia podrían alcanzar a la junta.
En paralelo y como ya observamos este año, la diversidad de género en el Consejo es una cuestión que sigue siendo de notable repercusión. En este sentido y de acuerdo a la reciente transposición de la Directiva (UE) 2022/2381 tras la aprobación de la Ley Orgánica 2/2024, es obligatorio disponer en el consejo del 40% del género menos representado en el mismo, nivel que ya desde 2020 recomendaba alcanzar el Código de Buen Gobierno de la CNMV. En la actualidad, aproximadamente un cuarto de las empresas del Ibex 35 aún no cumplen con dicho suelo, por lo que 2025 será un año clave para que dichas entidades lo alcancen antes de la fecha límite de junio de 2026 que establece la ley, dicen en la firma.
Por último, pasadas las limitaciones de movilidad y reunión de la pandemia, las juntas realizadas de manera únicamente virtual son casi anecdóticas en España. A día de hoy, las compañías apuestan ampliamente por el modelo de junta híbrida, que permite a los accionistas la asistencia tradicional física y la más novedosa telemática. Sin embargo, la proliferación de las juntas solo virtuales en otros mercados (Alemania, Estados Unidos, Canadá), puede propiciar que la situación actual cambie en 2025. Para las empresas, las juntas virtuales suelen facilitar la logística y abaratar costes, aunque deben asegurarse de no ocasionar un deterioro de los derechos de los accionistas al participar en junta.