Además de todas las reformas que está llevando a cabo China, incluida la apreciación del renminbi, hay un ingrediente adicional que ayudará a llevar a cabo el ‘master plan para China’, explica Michael Power, estratega de Investec en un informe de la firma. En el fondo subyace una visión que busca convertir a China en uno de los principales jugadores del capitalismo mundial y uno que, con el tiempo, podría mover los cimientos de Wall Street. Ese ingrediente es la transformación de Shanghai en uno de los principales manantiales de capital global, dice Power.
El ritmo de transformación de esta fuente se ha acelerado. La recién expandida zona de libre comercio de Shanghai – de 28 a 120 kilómetros cuadrados – está dando forma a su distrito central, Pudong, que viene a ser la City de Londres en China. A partir de febrero de 2014, el renminbi pasó a ser totalmente convertible dentro de la zona franca que permite a sus «residentes» albergar cantidades ilimitadas de divisas.
Un mes antes de esto, en noviembre, cuenta el experto de Investec, el programa Shanghai-Hong Kong Connect vinculaba las dos bolsas de valores de las dos ciudades insinuando que con el tiempo se llevará a cabo una fusión a gran escala. Su capitalización combinada ocuparía el tercer puesto a nivel global, solo por detrás del NYSE y del NASDAQ. El mercado de Futuros de Shanghai es ya sin duda el de mayor influencia mundial para materias primas como el cobre y la plata mundial y las operaciones de intercambio de oro aumentaron un 60% en 2014, recuerda Investec.
Por otro lado, para hacer el arbitraje más atractivo para los inversores extranjeros, las autoridades chinas han hecho que sea más fácil y más barato establecer nuevos negocios en la zona franca de tal forma que «el londinense Lloyd ya puede empezar a esperar un aumento de la competencia en el sector de los seguros marítimos de parte de los brokers del distrito de Pudong, en Shanghai», apunta Power.
«Está claro que se necesitará tiempo para que Shanghai se ponga a la misma altura que Londres y Nueva York«, dice. Hong Kong mantiene por ahora el tercer lugar mientras que la capital financiera de China todavía ocupa el puesto número 20 en el Índice Mundial de Centros Financieros. Pocos dudan, que con una apertura de los mercados de capital y el comercio libre del renminbi, Shanghai se moverá significativamente al alza en este ránking.
Los funcionarios chinos insisten en que necesitan mejorar el marco institucional antes de dar el paso hacia esta liberación definitiva. En consecuencia, es de esperar que en 2015 presenciemos la expansión del programa Stock Connect paraincluir los contadores de la bolsa de valores de Shenzhen –el Nasdaq de China- y su ampliación para que pase de ofrecer sólo renta variable para incluir los bonos y los ETFs.
Quienes se mantienen escépticos sobre el ascenso económico de China sugieren que Pekín no será lo suficientemente valiente como para dejar que su moneda cotice libremente y permitir que el capital entre y salga del país sin restricciones. Pero en 1890 ya vimos una clase de rumores parecidos en Londres hablando de Estados Unidos. Creo que los escépticos se equivocan tanto como lo hacían los londinenses del siglo pasado. Sólo que esta vez, los escépticos podrían equivocarse mucho más rápido que entonces y pasarían a ver en unos pocos años el despertar del dragón.