«A medida que nos acercamos al final del año y miramos hacia 2025, el horizonte económico presenta un mix de oportunidades y retos». Con esta frase, JP Morgan Banca Privada inicia su informe de perspectivas. En él, destaca cómo los avances en inteligencia artificial e innovación, junto con políticas monetarias más flexibles a nivel global y un aumento en la inversión de capital, pueden seguir impulsando las economías y los mercados. «Creemos que, al añadir diversificación y generar ingresos, los clientes pueden fortalecer sus carteras para responder a un entorno económico en evolución. Nuestro objetivo final es construir carteras resilientes que no solo se alineen con nuestras perspectivas centrales del mercado, sino que también puedan soportar diversos escenarios de riesgo», afirma Adam Tejpau, Chief Executive Officer, International Private Bank de JP Morgan.
El balance que hace la entidad es claro: 2024 ha sido un año en el que los mercados han tenido un comportamiento excepcional. Según su visión, el ejercicio estuvo caracterizado por el descenso de la inflación, la relajación de la política monetaria y un sólido crecimiento del PIB y de los beneficios empresariales. De cara a 2025, los inversores están preparados para aprovechar esta fortaleza del mercado.
En este sentido consideran que con nuevas opciones para las inversiones, como los fondos alternativos evergreen, la aceleración de la inversión de capital y temas transformadores como la inteligencia artificial, los inversores están en disposición de capitalizar las tendencias emergentes que pueden seguir impulsando la economía y los mercados. “Nuestro objetivo último es construir carteras resistentes a través de la generación de ingresos y la diversificación, lo que puede ayudar a mitigar el impacto ante perturbaciones inesperadas”, afirma Grace Peters, directora Global de Estrategia de Inversión de JP Morgan Banca Privada.
Para aprovechar la sólida base generada por las ganancias del mercado en 2024, su informe de perspectivas identifica cinco temas clave. El primero de ellos es la consideración de que el el relajamiento de la política monetaria en el mundo debería impulsar el crecimiento económico. Según su visión, es previsible que el ciclo de relajación de la política monetaria tenga continuidad el próximo año, con unos tipos de interés a la baja que servirán de soporte para el crecimiento económico de Estados Unidos y de la Eurozona, sin impulsar significativamente la demanda ni reavivar la inflación.
“En Estados Unidos, la valoración del mercado de bonos implica un ciclo de relajación que finaliza en el primer trimestre de 2026 con el tipo de interés oficial cerca del 3,5 %. Esto proporciona un entorno favorable para los activos de riesgo, que beneficia a sectores como la vivienda, el sector inmobiliario comercial y la productividad, al tiempo que fomenta una incipiente reactivación de la negociación”, comenta Jacob Manoukian, responsable de Estrategia de Inversión para Estados Unidos de JP Morgan.
La segunda de las claves que identifica es que la inversión de capital es una megatendencia que impulsa el futuro. La entidad considera que con unos márgenes elevados, beneficios crecientes, una mayor confianza de los directivos y unos responsables políticos centrados en apoyar el crecimiento, las empresas y los gobiernos están dispuestos a gastar. La inversión de capital será un importante motor para tres tendencias mundiales: la inteligencia artificial, las infraestructuras energéticas y la seguridad.
“Prevemos un aumento de la inversión de capital en el sector energético, impulsada por la reindustrialización de la capacidad manufacturera estadounidense, el incremento de la electrificación con soluciones de energía limpia y la creciente demanda de energía por parte de los centros de datos. Este sólido escenario para la inversión no se limita únicamente a EE.UU. Japón está a la vanguardia de muchas de estas tendencias estructurales y vemos que, como consecuencia de ello, la inversión de capital aumenta”, afirma Alex Wolf, responsable de Estrategia de Inversión en Asia.
En tercer lugar, la entidad ve clave que los gigantes mundiales europeos ofrecen resistencia y oportunidades de rentabilidad. Según Erik Wytenus, responsable de Estrategia de Inversión de JP Morgan Banca Privada para Europa, Oriente Medio y África, a pesar de los retos de productividad que afronta Europa, los inversores no deberían pasar por alto a las grandes compañías europeas en 2025. «Es importante recordar que las 50 mayores empresas europeas obtienen, aproximadamente, solo el 40% de sus ingresos de Europa, lo que convierte a los ‘campeones nacionales’ incluidos en este grupo en auténticos actores globales. Aunque el ‘excepcionalismo estadounidense’ dispone de unos sólidos fundamentos, abogamos también por complementar las posiciones en EE.UU. con diversificación internacional, también en Europa, que se ve favorecida por la relajación de la política monetaria impulsada por el BCE», argumenta Wytenus. Para este experto, los inversores pueden seguir mejorando la resiliencia de sus carteras teniendo en cuenta los activos reales y las rentas para resistir mejor las perturbaciones inesperadas.
En cuarto lugar, apuntan a que será clave aprovechar las fronteras de la inversión innovadora en alternativos. “En el mundo de la inversión, a veces, la innovación se produce en oleadas; confiamos en que en 2025 se produzca un auge de innovación a medida que el sector explore nuevos ámbitos, como los fondos alternativos evergreen, el deporte, el espacio y el desarrollo urbano. Los fondos alternativos abiertos de duración indefinida (evergreen) están ganando en popularidad. En 2024, la mitad de nuestros compromisos en alternativos corresponderán a estructuras de este tipo, tres veces más que en 2023. Estas nuevas estrategias y oportunidades de inversión, aunque no sean el núcleo principal de las carteras, ofrecen potencial de crecimiento y diversificación en un mundo que cambia rápidamente”, añade Kennedy.
Por último, la entidad considera fundamental centrarse en el impacto político por encima de los resultados electorales. Tras los resultados electorales de este año, que han puesto de relieve el poder de los movimientos antisistema, muchos inversores están pensando en la deuda soberana y en los déficits. Sin embargo, la atención de los inversores debería desplazarse ahora de los resultados electorales al impacto de las políticas en el ámbito económico y de inversión. “América Latina estuvo a la vanguardia del ciclo de flexibilización mundial de las políticas monetarias, lo cual ha contribuido a sostener el crecimiento y la actividad económica en toda la región. Sin embargo, el «activismo fiscal» de los gobiernos puede desanclar las expectativas de inflación y desbaratar los esfuerzos monetarios, lo que supone un riesgo para el ciclo expansivo”, comenta Nur Cristiani, responsable de Estrategia de Inversión de JP Morgan para América Latina.
En opinión de Cristiana, en un contexto de los cambios globales en el poder gubernamental, los inversores deben vigilar los riesgos que plantean los políticos antisistema. «Más allá de la derecha y la izquierda, el ascenso de los partidos antisistema podría incrementar la volatilidad política y económica, lo que refuerza la necesidad de contar con carteras de inversión resilientes», concluye.