Ha llegado el día de las elecciones en Estados Unidos y los sondeos siguen mostrando un resultado muy ajustado. Aunque una parte del mercado parece apostar por la victoria de Donald Trump, los expertos de las firmas de inversión coinciden en que no se espera que una victoria de Harris o de Trump conduzca necesariamente a una venta masiva del mercado. “A diferencia de las elecciones de 2016, cuando la victoria de Trump sorprendió a los mercados, esta vez las encuestas son mucho más ajustadas y ambos candidatos poseen experiencia de gobierno, lo que hace que sus impactos políticos sean más predecibles”, advierte Claus Vorm, Deputy Head of Multi Assets at Nordea Asset Management.
En su opinión, las próximas semanas, seguirán de cerca los mercados de bonos y su capacidad para diversificar el riesgo de renta variable en caso de venta masiva. “Si los inversores perciben que el nuevo gobierno amenaza con un aterrizaje suave y una inmaculada tendencia de desinflación que hemos visto recientemente, los rendimientos podrían subir y las correlaciones entre la renta variable y los bonos podrían volver a aumentar”, afirma Vorm.
En este escenario, considera que sus estrategias de primas de riesgo alternativas en renta variable, renta fija, divisas y mercados de activos cruzados estarán bien posicionadas para proporcionar una diversificación muy necesaria a los inversores. “Por otra parte, si los mercados reciben positivamente el resultado de las elecciones y observamos una continuación de las correlaciones normalizadas, esperamos que las rentabilidades a medio y largo plazo de nuestras carteras sean muy atractivas, dada su fortaleza fundamental y sus valoraciones relativamente favorables”, añade el experto de Nordea AM.
Según Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM, sí se puede observar un ligero movimiento en el mercado. En su opinión, los mercados han empezado a prepararse para una victoria de Trump, y por ello los rendimientos estadounidenses repuntaron y la renta variable se mantuvo estable, ya que los mercados de apuestas revelaron una probabilidad algo mayor de victoria republicana. «En octubre, el mercado operó principalmente gracias a una combinación de sólidos datos macroeconómicos de EE.UU. y mayores probabilidades de una victoria de Trump en las elecciones estadounidenses de hoy. En medio de una mayor incertidumbre política, el oro fue el valor más rentable, ya que ganó otro 4%, lo que supone una rentabilidad estelar del 33% en lo que va de año. La renta variable estadounidense ha resistido el considerable aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo, reflejando la fortaleza de la economía nacional junto con la expectativa de políticas fiscales benignas en caso de victoria de Trump. El sector tecnológico y el bancario fueron los más rentables», apunta Wewel.
La clave está en el Congreso
En opinión de Paolo Zanghieri, economista senior en Generali AM, parte de Generali Investments, lo que más importa, especialmente para la política fiscal, es si el nuevo presidente contará con el respaldo del Congreso: también en el caso de que la incertidumbre sea extrema. Una barrida republicana parece bastante probable si gana Trump, una demócrata mucho menos en caso de Harris.
“Dadas las ajustadas encuestas en los principales estados indecisos, no puede descartarse que se repita lo ocurrido en 2000, cuando el presidente fue proclamado sólo tras un mes de litigios y grandes oscilaciones de los mercados. Con cualquiera de los dos partidos haciéndose con el control tanto de la Casa Blanca como del Congreso, la expansión fiscal y, en el caso de Trum, los aranceles podrían conducir a una subida de tipos y a la fortaleza del dólar, lo que ejercería presión sobre los mercados emergentes”, explica Zanghiere.
Según su análisis, una victoria de Trump favorecería a la renta fija y variable estadounidense a expensas de la Unión Económica y Monetaria. Los mercados parecen muy inclinados hacia una victoria de Trump, descontando también una alta probabilidad de control republicano del Congreso, lo que permitiría la aplicación de grandes recortes de impuestos y aranceles comerciales (véanse los gráficos abajo). Por lo tanto, si Harris gana, podría producirse una fuerte corrección.
Economía mundial y los mercados financieros
Desde Ostrum AM (firma afiliada a Natixis IM) han analizado los rendimientos de los mercados financieros en torno a las elecciones pasadas que se remontan a la victoria de Jimmy Carter en 1976: es decir, siete victorias para el Partido Demócrata y seis para el Partido Republicano. Comparamos la mediana de las rentabilidades o las variaciones en puntos básicos de las acciones (DJIA), el dólar (índice DXY), los precios del oro y los rendimientos de los bonos del Tesoro y los diferenciales de 2s10 y 10s30s. Fruto de este ejercicio analítico, Axel Botte, Jefe de Estrategia de Mercados de Ostrum AM, apunta algunas conclusiones relevantes como, por ejemplo, que en los mercados de renta variable, las acciones tienen rendimientos negativos en las cuatro semanas previas a las elecciones y rebotan en las cuatro semanas posteriores a una victoria republicana en un 2,4% frente a una ligera pérdida media del 0,1% después de las victorias demócratas.
“El dólar se debilita un 1,6% antes de que los republicanos ganen un poco más fuerte después. Y la rentabilidad media del índice DXY es positiva antes y después de las victorias demócratas. Además, el oro cae después de la victoria de cualquiera de los partidos, pero tiende a subir antes de las victorias republicanas. Podría significar que los mercados perciben las políticas republicanas como más inflacionarias”, matiza Botte.
Por otra parte, explica que los rendimientos tienden a caer bruscamente después de las victorias demócratas (variación mediana de -18 puntos básicos) y aumentan después de las victorias republicanas (+15 puntos básicos). Sin embargo, advierte, el colapso financiero de 2008, cuando Barack Obama fue elegido, distorsiona el panorama, pero sin el valor atípico, seguiría siendo una caída en los rendimientos. En consecuencia, la curva se aplana después de las victorias demócratas y se mantiene prácticamente sin cambios después de las victorias republicanas. “En resumen, a las acciones les va mejor inmediatamente después de la elección de un presidente republicano y los bonos se comportan bien después de una victoria demócrata. El oro sube en el período previo a una victoria del presidente republicano”, concluye Botte sobre su análisis.
Conclusiones para los inversores
En general, el análisis que hacen las firmas de inversión coincide en que los impuestos, el comercio exterior, la inmigración y la política fiscal tienen un lugar prominente en las agendas de ambos candidatos, y por eso es necesario analizar cuál serán sus implicaciones en los mercados y en la economía. “Hasta después de las elecciones no estará claro qué políticas se aplicarán, más allá de la retórica electoral, o si el Congreso estaría de acuerdo en promulgarlas, en función de si cuenta con mayorías suficientes. Eso también influiría en el calendario de aplicación efectiva”, recuerdan desde Amundi.
Por su parte, la gestora prefiere exponer cuáles son las conclusiones realmente relevantes para los inversores. En primer lugar, explica que, a corto plazo, es probable que el sentimiento de mercado se haya visto impulsado por la propuesta de Trump de rebajar el impuesto de sociedades frente al riesgo de una oferta adversa y las consecuencias inflacionistas de los aranceles, así como por su promesa de deportar a los inmigrantes indocumentados. Y, en segundo lugar, reconoce que la agenda “Make America Great Again” puede dar forma a las oportunidades en renta variable estadounidense, con implicaciones variables a nivel sectorial impulsadas por las distintas políticas.” El rally debería ampliarse aún más, beneficiando a las small caps y a sectores como el bancario bajo un mandato de Trump. Un escenario Harris podría ser más mixto para la renta variable, favoreciendo a compañías de infraestructuras, construcción y ecológicas”, señala la gestora en su último informe.
En tercer lugar, Amundi cree que la reordenación geopolítica determinará oportunidades de mercado, en particular para los mercados emergentes en el contexto de las deslocalizaciones de las cadenas de suministro impulsadas por los aranceles y la competencia por la supremacía tecnológica. “Asia puede verse más presionada en una administración Trump, pero China también puede tener en cuenta el resultado de las elecciones estadounidenses a la hora de evaluar sus estímulos. Otros mercados emergentes podrían beneficiarse de la deslocalización, como México”, afirman.
En cuarto lugar, consideran probable que el aumento del gasto fiscal se convierta en un tema importante, con posibles implicaciones para las expectativas de inflación. Y, por último, creen que el dólar puede haber entrado en una tendencia estructural a la baja, que solo una política comercial dura o una fuerte reaceleración de la inflación de los precios estadounidenses podrían retrasar o incluso invertir. “En este sentido, es probable que un escenario Trump ofrezca una mejor oportunidad para un dólar más fuerte, dado el potencial de divergencia política a favor de la Fed y un aumento de la prima de riesgo”, concluyen desde Amundi.
Otros focos
Mientras los estadounidenses acuden hoy a la urnas, el mercado no pierde de vista otros dos fotos relevantes de estos días: la Fed y China. Según explica Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, la reunión de esta semana de la Fed será “totalmente independiente” del resultado electoral y apuesta por un recorte de 25 puntos básicos. “No creo que la Fed pueda ajustar sus planes de tipos debido a las elecciones. Más bien, esperaría que la Fed sólo cambiara su trayectoria de tipos si se impusieran aranceles y pareciera probable que aumentaran las tasas de inflación”, comenta.
Paralelamente, los inversores vigilarán en China el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, que se reúne del 4 al 8 de noviembre y del que se espera anuncie medidas de estímulo fiscal. “Hasta la fecha, el mercado ha especulado principalmente con dos paquetes diferentes: uno relacionado con un programa de emisión de bonos especiales a muy largo plazo del Gobierno central por valor de 6 billones de renminbi para ayudar a los gobiernos locales a resolver sus problemas de deuda fuera de los libros; y otro de 1 billón de renminbi para recapitalizar los bancos más grandes y 1 billón adicional para estimular la demanda de compras de consumo mediante subsidios y créditos comerciales para artículos duraderos. Las expectativas del mercado son elevadas, lo que significa que hay bastante margen para la decepción”, afirma Temple.