Los últimos meses han sido muy interesantes para el sector del crédito, que ha mostrado una gran resiliencia pese a los pequeños focos de volatilidad, explica en conversación con Funds Society Thomas Chinery, gestor de la estrategia Aviva Climate Transition Global Credit.
El fondo, artículo 8 del SFDR y lanzado en mayo de 2021, aspira a aportar la rentabilidad del crédito investment grade (IG), pero a la vez con un significativo impacto climático. Es por ello que desde Aviva Investors, la gestora del grupo asegurador Aviva, subrayan que tienen un doble mandato: obtener crecimiento de capital a largo plazo y a la vez transición a un mundo de bajas emisiones.
Con 476 millones de dólares bajo gestión, persiguen este objetivo mediante la inversión en compañías IG que o bien son proveedoras de soluciones (tanto con efectos mitigadores como adaptativos) o bien empresas que estén orientando sus modelos para aportar a un mundo bajo en emisiones.
Chinery destaca que el brote de volatilidad de agosto que afectó al crédito apenas duró “un día y medio, o dos”. “Creo que los mercados están cómodos con la idea de que los bancos centrales darán una respuesta si es necesario”, explica. La crisis de Credit Suisse el pasado marzo sirvió para demostrar que tenían la capacidad y la voluntad de proteger los mercados. “Ello le ha aportado resistencia al crédito, y también el dólar se mantiene fuerte. Lo único que sigue aportando inseguridad es la volatilidad de los tipos de interés”.
¿Cómo ha sido el rendimiento del fondo este último año?
Estamos en nuestro objetivo de rendimiento de 75 puntos básicos por encima del índice de referencia para el año (a fecha 21 de octubre). No ha sido una línea recta ni mucho menos, pero ha sido un año muy constructivo. En general ha sido un buen año para el crédito IG, que pasa por un momento dulce, porque el high yield está muy comprimido en este momento con respecto al investment grade.
Si pensamos en la situación hace un año, cuando los tipos estaban en el 5% y los diferenciales de crédito quizá en 120, obteníamos una ganancia adicional de quizá el 20% sobre el componente de los tipos por pasar al crédito. Ahora los tipos están al 4% y los diferenciales de crédito están probablemente por encima de 100, alrededor de 105. Los inversores obtienen entre un 25 y un 30% sobre los tipos de interés por invertir en crédito. Y a medida que los tipos empiecen a bajar más, el componente crediticio será cada vez más importante en el perfil de carry y de rentabilidad del investment grade.
¿Y de cara a 2025?
Creemos que el entorno sigue haciendo que la clase de activos sea extremadamente atractiva y que, a medida que veamos que la curva de tipos se empina, habrá una serie de productos del mercado monetario en Estados Unidos y Reino Unido, y a plazo fijo en Europa, que rotarán hacia clases de activos de mayor duración como el crédito IG. Seguimos pensando que mantener el carry en la cartera es clave y continuamos siendo relativamente constructivos con el spread de la clase de activo.
¿Observa riesgos para el sector de cara al año próximo?
De manera generalizada, no. Creo que lo que estamos empezando a ver es claridad en la inversión sostenible. Es un proceso lento, porque la inversión sostenible significa cosas diferentes para casi todo el mundo, cada uno tiene su propio punto de vista. Hablo de clientes finales, intermediarios e institucionales. Cada uno tiene una visión diferente de lo que cree que significa sostenible.
Pero en realidad, asegurarse de que se responde adecuadamente a las preguntas de los clientes es un reto, porque si cada uno tiene una pregunta diferente, hay que producir mucha información diferente. Pero desde una perspectiva regulatoria, creo que estamos empezando a ver más claridad si se habla de los aspectos técnicos de la gestión de un fondo sostenible y se tiende a pensar en la infraponderación estructural de petróleo y gas.
También estamos empezando a ver en muchas encuestas que los clientes se centran en la parte G (la gobernanza) de la inversión ESG. Y de eso se ha tratado siempre la inversión crediticia. Si eres un inversor de crédito bottom-up, siempre te has centrado en la gobernanza. Y eso es exactamente lo que la gestión activa busca: asegurarse de que el inversor está en las mejores acciones.
¿Cómo responden las empresas ante este desafío?
Estamos viendo un verdadero enfoque en el clima, porque creo que muy pocas personas ya no creen en el cambio climático. Y se ha visto que las grandes empresas asumen realmente esa responsabilidad. Muchas veces nos preguntan si cambiaremos nuestro estilo de inversión si hay un cambio político en Estados Unidos. Pero cuando hablas con los ejecutivos de las principales empresas de EE.UU., que están representadas en el universo IG, no están planeando para un ciclo político. Es posible que ajusten ligeramente el perfil de rendimiento, pero están planeando perspectivas a muchos años vista. Y eso nos da confianza.
Porque este enfoque en el clima se ve como un riesgo tangible para los balances de las compañías. Y por eso mantenemos como muy importante nuestro enfoque en apoyar la transición, apoyar a estas empresas que tal vez no parecen tan buenas ahora, pero están comprometidas a impulsar ese cambio real. Creo que es ahí donde como inversor puedes añadir valor. Si se invierte antes de que se estrechen los diferenciales en esas empresas, se debería ver una generación de rendimiento, así como el apoyo a una compañía que está impulsando el cambio. Así que, desde nuestra perspectiva, es una herramienta muy poderosa como inversores. Y esto resuena muy bien con los clientes tanto en Europa como en Asia.
¿En qué sectores ven oportunidades en la actualidad?
Ha habido un gran cambio en las empresas de servicios públicos estadounidenses, que destacan como uno de los sectores emergentes en este momento para invertir, porque sus planes a 30 o 40 años contemplan ahora la transición hacia una economía más sostenible. También los híbridos corporativos son una de mis clases de activos favoritos en este momento. Creo que pasaron la prueba hace unos 12-18 meses y se ha visto que son muy fuertes. Todas las empresas que miramos en el investment grade han demostrado realmente su compromiso con la clase de activos, manteniendo los objetivos. Se ha demostrado que es una clase de activo que está aquí para quedarse.
¿Por qué define al fondo como distinto de una estrategia de crédito global clásica?
El fondo es diferente sobre todo por la selección de valores, que determina una cartera concentrada de entre 80 y 100 nombres. Los factores macro representan solo en torno al 20 o 30 por ciento del rendimiento, con una cartera beta neutral. No estoy diciendo que siempre seamos neutrales, expresamos una posición larga o más conservadora a veces, pero nos centramos en la selección de valores y la construcción del portfolio.
¿Por qué deberían los inversores considerar el Aviva Climate Transition Global Credit?
La razón por la que estructuramos el fondo de la forma en que lo hicimos fue para demostrar que no es necesario renunciar al rendimiento de la inversión para invertir de forma sostenible. Así que no elegimos un índice de referencia a medida ni nada por el estilo, sino el punto de referencia global del investment grade. Queremos mirar y hablar con los clientes comparando sobre esa base. No somos un nicho, buscamos ser una alternativa IG y además tenemos todas las credenciales de sostenibilidad. Así se consigue este doble mandato de rendimientos similares a los de los IG y un proceso de inversión respetuoso con el clima.
Capital Strategies Partners distribuye los fondos de Aviva en España, Italia y Portugal.