Gescooperativo, la sociedad de inversión colectiva del Grupo Caja Rural, dentro de su iniciativa para fomentar la cultura financiera, destaca en un informe la capacidad de los fondos de inversión para erigirse en un vehículo adecuado para que los jóvenes encuadrados en las generaciones Millennial y Z se inicien el mundo de la inversión financiera de un modo racional y disciplinado, evitando decisiones impulsivas basadas muchas veces en informaciones interesadas o sesgadas.
“En unos casos el cine y en otros las redes sociales se han encargado de proyectar una imagen bastante distorsionada del mundo de la inversión financiera, alentando la idea de que es posible lograr un enriquecimiento rápido sin que sea necesario disponer de unos conocimientos básicos específicos sobre la materia. Ello alienta las decisiones impulsivas, basadas en informaciones sesgadas, que la mayoría de las veces, sobre todo cuando se producen a través de las redes sociales, suelen perseguir un interés particular”, han explicado los expertos de Gescooperativo.
La sociedad gestora de inversión colectiva del Grupo Caja Rural considera que los fondos de inversión pueden ser un “vehículo perfecto para que los jóvenes se inicien en el mundo de la inversión financiera”. Desde su punto de vista, aportarían a los jóvenes inversores un aprendizaje acelerado en un entorno de seguridad del que carecen otros instrumentos financieros. “Cuando alguien se adentra en el ámbito de la inversión financiera, existe una serie de normas o requisitos básicos que conviene observar, y todas ellas las reúnen los fondos de inversión”, explican los gestores de Gescooperativo.
Entre esas normas básicas que todo inversor debería conocer figuran, por ejemplo, la conveniencia de diversificar la inversión; la ventaja de empezar a invertir lo antes posible, si es posible con un plan de aportaciones periódicas; la conveniencia de fijarse un horizonte determinado para la inversión; la ventaja de evitar pagar costes abusivos que merman la rentabilidad o la importancia de tener al lado a un experto que te oriente sobre dónde invertir. “Un fondo de inversión es un vehículo que además de cumplir con estas normas básicas, te permite entrar en los mercados de una forma segura, aportándote disciplina y protegiéndote frente a la potencial pérdida de poder adquisitivo año tras año por el efecto de la inflación”, señalan los expertos.
Desde su punto de vista, los conceptos básicos que deberían figurar en el diccionario básico de inversión de todo aquel que se inicie en esta actividad serían: diversificación, diferencia entre gestión activa y gestión pasiva, binomio rentabilidad/riesgo, horizonte temporal de la inversión, inflación, diferencia entre renta fija y renta variable; funcionamiento de las comisiones de gestión y, muy importante, la noción del interés compuesto.
“No es necesario ser un experto en el tema, pero ser conscientes de todos estos factores es fundamental de cara a lograr una relación con el mundo de la inversión lo mejor posible. Al igual que nos interesamos por principios básicos de nutrición o deporte, hacerlo en el campo financiero debería de ser otro de nuestros pilares. Cuanto antes nos demos cuenta de ello, tendremos una mayor probabilidad de aprovecharnos del efecto del interés compuesto, sin fracasar en el intento”, aseguran los gestores de fondos del Grupo Caja Rural.
Subrayan, además, que iniciarse temprano en la actividad inversora ofrece a los jóvenes un mayor margen temporal para poder asumir ciclos económicos y financieros adversos. De alguna manera, esta circunstancia educa al joven inversor en la adopción de cierta tolerancia al riesgo, pues sabe que el “largo plazo” juega a su favor y que es un factor fundamental para recuperarse cuando el mercado atraviesa momentos de volatilidad o corrección.
Aseguran que la educación financiera mejora el rendimiento de la inversión. “Si un inversor joven tiene paciencia y no se deja influir por el momento del mercado o por las recomendaciones de determinados amigos o “gurúes”, lo razonable es que logre rentabilizar sus inversiones. Es muy importante que el inversor desarrolle su propia personalidad, sin dejarse influir por “cantos de sirena”. Es decir, que cada uno sea consciente de su situación personal e inclinarse por la diversificación como mejor opción.
Sobre la necesidad de extender la cultura financiera en la sociedad, poniendo especial énfasis en las generaciones más jóvenes, los expertos de Gescooperativo consideran que se podrían impulsar iniciativas muy interesantes desde la escuela y las universidades. Por ejemplo, ven una oportunidad en la inclusión de esta materia en los planes oficiales de estudio, abordando la cuestión desde un punto de vista teórico y práctico, mediante el montaje de talleres abiertos a la participación de gestores y expertos. Y también encuentran una herramienta muy potente para acercar la formación financiera a los jóvenes en el mundo de las redes sociales y los influencers. “Dado que los jóvenes prestan mucha atención a estos canales y a estas figuras públicas, podría ser una buena idea apoyarse en ellos desde la propia industria para hacerles llegar unos conocimientos imprescindibles para adentrarse con seguridad y confianza en el mundo de la inversión financiera”, concluyen.