Antes de que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) se reuniera en septiembre, sospechábamos que las probabilidades de un doble recorte de tipos por parte de la Fed eran más altas de lo que el mercado esperaba y la magnitud de la rebaja pilló a algunos inversores a contrapié. Sin embargo, la dimensión y el ritmo de los recortes de tipos quedan en un segundo plano ante la panorámica de conjunto, es decir, la dirección de la economía, que dictará a su vez la dirección de los mercados. Si la última parada es el aterrizaje suave o la ausencia de él, los activos de riesgo destacarán, pero si tenemos recesión, los inversores buscarán cobijo en la duración y otros activos refugio.
El dato de empleo de septiembre fue otra sorpresa, ya que fue considerablemente más alto de lo esperado. Al conocerse, los activos de riesgo ascendieron. Por el contrario, los datos del PMI manufacturero llevan seis meses contrayéndose. A pesar de ello, la predicción GDPnow de la Fed de Atlanta indica que EE.UU. se encamina hacia una saludable expansión del 2,5% en el tercer trimestre. Eso podría deberse a que el ahorro extraordinario de los hogares es sustancialmente más alto de lo que se pensaba inicialmente, después de que las autoridades revisaran al alza la tasa de ahorro personal del 3,3% al 5,2% en el segundo trimestre. Eso significa que el gasto de consumo podría seguir emitiendo señales de resistencia durante algún tiempo.
En esta etapa del ciclo, la confianza del consumidor es importante por la dependencia que tiene la economía estadounidense del consumo de los hogares. Si la confianza sigue empeorando, la economía inevitablemente sufrirá presiones. De hecho, el Labour Differential Index, que guarda una correlación estrecha con la cifra real de desempleo y mide la brecha entre los hogares que son optimistas sobre el mercado laboral y los que piensan de otro modo, sigue descendiendo, lo que sugiere que se avecinan más presiones sobre el empleo.
Seguimos sobreponderados en duración estadounidense y esta situación podría ser una oportunidad para reforzarse en esta área si los inversores tienen poca exposición, sobre todo a medida que se aproximen las elecciones estadounidenses, que prometen aumentar el déficit presupuestario con el paso del tiempo. Una nueva escalada del conflicto en Oriente Medio también podría arrastrar a los inversores hacia los activos refugio, aunque los inversores deberían estar atentos al precio de la energía, que podría presionar temporalmente al alza la inflación.
Se ha producido una divergencia durante las últimas semanas en la evolución de los bonos de EE.UU. y la zona euro. La economía estadounidense marcha mejor que la europea, lo que explica por qué el mercado se movió para descontar más recortes de tipos del BCE. A consecuencia de ello, ha destacado la duración de los países cuya deuda constituye el núcleo europeo, posición que seguimos sobreponderando.
El recorte de tipos de la Fed tras los movimientos de otros grandes bancos centrales es positivo para los activos de los mercados emergentes. La dirección del dólar estadounidense tendrá un gran peso en los mercados de deuda emergente en moneda nacional y la debilidad del dólar da impulso a esta clase de activos. Al mismo tiempo, el movimiento de la Fed dirigió la atención hacia el hecho de que, si bien los bancos centrales de los mercados emergentes comenzaron antes a recortar tipos, sus tipos de interés reales más altos hacen que tengan mucho margen para seguir recortando tipos con el fin de sostener sus economías.
Tribuna de Steve Ellis, CIO global del área de renta fija de Fidelity International