Por cuarta vez, el Banco de Canadá anunció ayer un recorte de medio punto en los tipos de interés, situándolos en el 3,75%. Según explicó en su comunicado, esta decisión “apoya el crecimiento económico y mantiene la inflación cerca de la media del rango del 1%-3 %”. Puede que Canadá suene un poco lejos para los inversores europeos, latinoamericanos y estadounidenses, pero la decisión de la autoridad monetaria canadiense es relevante porque se suma a la publicación de los PIMs y a los resultados empresariales, generando un cóctel que ha de reevaluar la necesidad de acelerar el actual recorte de tipos.
Los mensajes de los bancos centrales
“Se está volviendo a estimar qué van a hacer los bancos centrales y si es necesario que aceleren los recorte de tipos ante los datos que vamos viendo. A la espera de la publicación de los PMIs de Europa, el mercado reevalúa sus expectativas sobre la reunión del BCE de diciembre, valorando si la institución europea, o incluso la Fed, pueden realizar un mayor recorte”, señala Erick Muller, director de productos y estrategia de inversión de Muzinich & Co.
Los analistas de Banca March coinciden y explican que las dudas persisten en el mercado ante ciertas decepciones en la temporada de resultados y un Libro Beige de la Fed que sigue indicando una percepción relativamente mala de la economía. “Sorprende la disparidad entre el escenario falto de optimismo del Libro Beige de la Fed –basado en el sentimiento de las empresas– y la publicación de los últimos datos económicos –más asociados a la realidad–. El documento, que sirve para proporcionar a los oficiales de la Fed una visión general de la economía antes de la reunión del 6-7 noviembre, recoge que 9 de los 12 distritos en los que hay sedes de la Fed han registrado una actividad económica plana o una modesta bajada desde septiembre. Esto contrasta con las recientes publicaciones nacionales sobre el crecimiento del empleo, los precios al consumidor y las ventas minoristas de septiembre. Asimismo, el Libro Beige presenta un empleo con un leve crecimiento y despidos limitados. En cuanto a la inflación, continúa moderándose, aunque con aumentos en los costes de los seguros y la salud”, explican.
En la eurozona, ayer tuvieron lugar los discursos de Lagarde y el gobernador de Portugal. “En primer lugar, la máxima líder del BCE anunció estar satisfecha con la contención de la inflación por debajo del objetivo del 2%. No obstante, advirtió que hay indicios que apuntan a que se volverá a situar por encima del 2% en los próximos meses. Por su parte, el gobernador de Portugal, uno de los defensores por una política más laxa, señaló que no hace falta limitar los movimientos sobre los tipos oficiales a solo un cuarto de punto, sugiriendo que deberían considerar bajadas de 50 puntos básicos”, añaden desde Banca March.
Las preocupaciones del mercado
En opinión de Virginie Maisonneuve, directora global de Inversiones de Renta Variable de Allianz GI, aunque los mercados esperaban el reciente recorte de la Reserva Federal, el tamaño de la reducción (0,5 puntos porcentuales) sorprendió a algunos inversores. A pesar de esto, la reacción del mercado fue moderada y las acciones estadounidenses terminaron el día casi sin cambios. Normalmente, los recortes de tipos son positivos para las acciones porque reducen los costes de endeudamiento de las empresas y hacen que las acciones sean más atractivas. Sin embargo, en la economía global están pasando muchas más cosas. “Aunque la Reserva Federal ha dicho que lo peor de la lucha contra la inflación ya ha pasado, sigue habiendo mucha incertidumbre sobre cómo evolucionarán el crecimiento y la inflación en los próximos meses”, reconoce la experta.
Aunque desde Allianz GI mantienen unas perspectivas positivas, Maisonneuve afirma que los próximos meses serán cruciales para determinar si el fantasma del retorno de la inflación se ha gestionado con éxito y se ha logrado una senda constructiva. “Mucho dependerá del resultado de las elecciones de noviembre en EE.UU. Aunque el resultado más probable es un gobierno dividido y, por tanto, cierta continuidad política, no se puede descartar una victoria clara de un partido en el Congreso y la Casa Blanca”, comenta.
Ahora bien, ¿hacia dónde va la inflación? Según la experta de Allianz GI, aunque la bajada de tipos ha sido bien recibida, hay otros factores que siguen preocupando a los inversores. “Los recortes de tipos no ocurren de forma aislada, y las reacciones del mercado dependen de muchos factores. La preocupación de que el dinero barato indique el miedo de los bancos centrales a una economía débil, parece infundada en este caso. Aunque la economía estadounidense se está desacelerando, no parece estar entrando en recesión y los beneficios empresariales deberían ser mejores que en ciclos anteriores de recortes de tipos”, señalan.
En su opinión, otros factores también están frenando los mercados de acciones tras la reciente bajada de tipos. “El principal es la incertidumbre política, tanto a nivel nacional como internacional. En EE.UU., estamos en una fase avanzada del ciclo electoral, con los resultados de las elecciones presidenciales y del Congreso aún inciertos a pocas semanas de los comicios”, matiza y añade: “El desafío de estas incertidumbres políticas es la vuelta a un entorno inflacionista, especialmente si Trump impone nuevos aranceles. Es probable que el crecimiento se mantenga moderado durante algún tiempo, y existe el riesgo de que la inflación no siga una senda similar. La divergencia en el crecimiento entre regiones también podría tener repercusiones imprevistas en las divisas. El peor escenario sería una estanflación, con un crecimiento incapaz de seguir el ritmo de la subida de precios”.
Economía estadounidense
Según el análisis que hace Jared Franz, economista en Capital Group, la economía estadounidense parece estar sufriendo el fenómeno de Benjamin Button. “En lugar de seguir el ciclo económico típico de cuatro fases (fase inicial, intermedia, final y recesión) que veníamos observando desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la economía parece estar pasando de una fase final del ciclo -caracterizada por el endurecimiento de la política monetaria y el aumento de las presiones de costes- a una intermedia, en la que los beneficios empresariales tienden a situarse en su nivel máximo, la demanda de crédito aumenta y la política monetaria suele ser neutral. La fase siguiente debería ser la de recesión, pero, en mi opinión, hemos logrado evitar esa parte del ciclo económico y hemos retrocedido en el tiempo hacia una situación más favorable”, explica Franz.
¿Cómo ha ocurrido? “Pues es un misterio, igual que en la película”, reconoce Franz. Pero apunta que la economía Benjamin Button podría haber sido el resultado de las disfunciones que se registraron en el mercado laboral estadounidense tras la pandemia, que apuntaban a unas condiciones propias de la fase final del ciclo. También afirma que otros indicadores económicos señalan que nos encontramos en una fase intermedia.
“Si es cierto que nos encontramos en la fase intermedia del ciclo económico estadounidense, podríamos estar dirigiéndonos hacia un periodo de expansión que podría prolongarse durante varios años y que no nos llevaría a una recesión hasta 2028. En el pasado, este tipo de entorno económico ha generado una rentabilidad de los mercados de renta variable en torno al 14% anual y ha ofrecido unas condiciones favorables a la renta fija”, concluye.