El boom por los mercados privados ha hecho más que empezar: valorados en torno a unos 10 billones de dólares (datos de Preqin, Statista, Reuters de 2022) representan tan solo un 4% del mercado global de capitales; la expectativa es que se duplique en cuatro años. Una de las gestoras que está estimulando de forma más activa el interés de sus clientes por esta parte del mercado es M&G Investments, que lleva operando en este segmento desde 1999.
M&G cuenta con un equipo de crédito privado constituido por más de 50 personas y el año pasado lanzó un ELTIF, el primero de su categoría, que ofrece a los inversores la posibilidad de invertir en un mix de bonos de crédito corporativo en una proporción de 70-85% de la cartera en deuda líquida (principalmente préstamos sindicados senior garantizados a tipo variable) y el 15-30% restante en oportunidades de direct lending. Aramide Ogunlana es investment specialist director de M&G y admite que el fondo está captando mucho interés, aunque se muestra cauta: “Como sector, especialmente cuando se trata de activos privados, no deberíamos hacer recaer en el cliente la responsabilidad de autocertificarse como profesionales. Tenemos que trabajar para asegurarnos de que es sencillo y de que tiene la estructura adecuada, además de ofrecer la formación necesaria para que más gente pueda entenderlo”. “Estamos comprometidos con la educación de los inversores, no solo con la captación de fondos”, insiste.
La experta habla de un interés creciente por parte de inversores distintos al perfil tradicional en crédito privado. Por un lado, observa un mayor apetito por parte de family offices. Por otro, constata un interés creciente por parte de inversores asiáticos: “Históricamente, los inversores asiáticos se han centrado más en inversiones denominadas en dólares y tenían algunas preocupaciones en torno a la economía europea. Pero hemos visto que Europa ha generado de manera consistente mejores diferenciales y mejores retornos que Estados Unidos en crédito privado a lo largo de múltiples ciclos de mercado, y los inversores asiáticos también se están fijando”.
Factores que están impulsando al crédito privado
La ampliación de la base de inversores no es el único factor que está sosteniendo la demanda de crédito privado. Ogunlana, que participó en el evento temático “Bond Vigilantes” que celebra anualmente M&G en Madrid, destacó la diversificación que proporcionan esta clase de inversiones con rentabilidades atractivas. “No se trata de una competición, hay complementariedad entre los mercados públicos y los privados”. También aclaró: “La cartera 60/40 no está muerta, pero los ciclos varían y esto va de invertir a largo plazo, ahí tiene sentido la inversión en crédito privado”. Por poner ejemplos, la experta afirma que el direct lending ofrece una volatilidad similar a la que daría una posición de cash en cartera, pero con mayor rendimiento.
La experta añadió otros factores, como la caída en el número de OPVs, las fuentes de financiación aun dominadas en su mayoría por los bancos-en Europa la financiación en mercados de capitales aún representa solo el 30%, frente al 70% de financiación obtenida vía préstamos bancarios- o el incremento de la presión sobre la estructura del capital como consecuencia de las regulaciones de los últimos años.
Finalmente, se refirió a una cuestión más relacionada con el impacto directo de estas inversiones sobre el tejido corporativo europeo, cuya estimulación es uno de los objetivos que se ha marcado la UE en los últimos años. Así, aunque sea EE.UU. quien destaque habitualmente en emprendimiento, afirmó que “el espíritu emprendedor es bastante fuerte en Europa” y destacó la cultura europea enfocada en la preservación del crecimiento durante varias generaciones, lo que explica bajo su punto de vista la presencia de muchas empresas familiares operando en el continente. “La cuestión es que, si queremos impulsar un crecimiento sostenible en Europa, no tiene sentido apoyar al top del S&P 500 sino a pequeñas y medianas empresas y negocios privados”, declara la experta.
El segmento del mercado donde M&G está centrando su actividad en direct lending es en compañías que tengan un ebitda de entre 10 y 75 millones de euros: “Vemos valor dentro del direct lending en el mercado de pequeño a mediano tamaño, en el segmento sénior. También invertimos en compañías de mayor capitalización a través de préstamos sindicados”.
La experta considera que, dentro del crédito privado, existen interesantes oportunidades de inversión tanto en el segmento de direct lending préstamos sindicados y bonos flotantes (FRN por sus siglas en inglés), donde M&G cuenta con un equipo de analistas que ha sido pionero.
La importancia de tener buenos contactos
La relevancia del equipo aparece varias veces a lo largo de la conversación, pues una de las peculiaridades de la inversión en mercados privados es que aquí las relaciones humanas pesan cada vez más en un mercado que está ganando dinamismo: “Hace tres años no era tan importante porque estábamos en un entorno de baja financiación donde el dinero era barato y había un montón de ofertas. Pero ahora que es más competitivo, estar en una lista blanca (White list) es clave”.
Ogunlana recuerda que, aunque el objetivo de M&G es participar en operaciones en las que haya pocos financiadores o incluso como financiadores únicos, lo cierto es que muchas de las empresas en el espacio privado que caen en su radar son propiedad de inversores privados, no sólo de familias. “Así que tienes que asegurarte de que tienes esas relaciones con los inversores para que, cuando llegue un nuevo acuerdo, puedas ser uno de los primeros de la lista”, explica.
La experta indica que estas dinámicas están dando lugar a una mayor interacción entre empresas y posibles financiadores no bancarios incluso en la parte más líquida del mercado privado; en concreto, refiere que algunas operaciones que en el pasado habrían adoptado la forma de préstamo sindicado ahora se están ejecutando como direct lending gracias a la aparición de nuevos jugadores en el mercado que quieren asegurarse de poder hacer el trato en exclusiva con la compañía. Pone como ejemplo a Wella, la compañía de productos profesionales de peluquería: empezó siendo una participación en la que M&G participó como co-inversor gracias a un acuerdo obtenido por el equipo de private equity de la firma; cuando la compañía quiso refinanciar, la gestora aprovechó la oportunidad para actuar como prestamista, convirtiendo a Wella en una de las posiciones de mayor peso actualmente en su estrategia. “Así que sí, las relaciones importan”, concluye la experta.