Aunque hasta ahora la respuesta del mercado ha sido relativamente moderada, una subida del precio del petróleo podría repercutir en la inflación y provocar una subida de los tipos de interés. La capacidad de generar excedente de la OPEP es actualmente muy elevado, en torno a cinco o seis millones de barriles de petróleo al día, y ello en un contexto de demanda mundial de petróleo de 102 millones de barriles diarios. Eso podría implicar que empieza a surgir un importante excedente de petróleo.
Una de las preocupaciones de los inversores es el riesgo de que Israel ataque las instalaciones petrolíferas iraníes de Kharg, en el Golfo Pérsico. Se trata de una de las mayores producciones petrolíferas del mundo, atacada y dañada por Irak durante la guerra contra Irán en la década de 1980.
En cuanto Irán insinúe que va a hacer algo en el Estrecho de Ormuz, los precios del petróleo podrían subir bruscamente. No es descabellado sugerir que el precio del petróleo podría volver a su máximo histórico de 147 dólares por barril, ya que el mercado perdería potencialmente el 20% de su suministro.
Tendríamos que ver que los precios del petróleo suben por encima de los 100 dólares el barril y se mantienen ahí durante un periodo prolongado de tiempo para que se produjera un cambio significativo en las perspectivas de inflación o para presionar a los bancos centrales a cambiar su actual política de tipos de interés.