“El año pasado pensamos correctamente que el contexto financiero no tenía más complicación que nuestro sencillo mantra de ‘Siga al dinero’. Ahora consideramos que sería imprudente seguir suponiendo lo mismo. En enero pronosticamos que este año será más complicado, y los acontecimientos de este mes, tanto políticos como de mercado, han servido para reforzar claramente este cambio de opinión. La política ha vuelto a levantar la cabeza en Europa y los bancos centrales han empezado a actuar de forma imprevisible. Los movimientos del mercado han sido proporcionalmente volátiles y los consideramos un anticipo del contexto por venir”.
Así de contundente empieza el informe de mercado de FRM Early View de este mes y recuerda al mismo tiempo que en Europa, la política es más importante que la economía, porque es la política lo que ha mantenido unida a la zona euro, y es lo que finalmente podría destruirla. Creen los expertos de la división de hedge funds de Man Group, que, en estos momentos, la victoria en Grecia de Syriza —el primer partido populista que consigue formar gobierno en Europa— es especialmente preocupante dado “su agresivo discurso sobre la deuda pendiente. Estamos atentos a un posible efecto dominó en otros lugares”. Como ejemplo, nombran las grandes manifestaciones en Madrid de apoyo al partido izquierdista Podemos.
El segundo gran acontecimiento ocurrido en este inicio de año en Europa, es el anuncio del programa de expansión cuantitativa. Un evento, dicen, que es más indeterminado para la eurozona. La decisión del BCE de sumarse finalmente a la «política monetaria no convencional» promovida por la Fed y el Banco de Inglaterra hace cinco años indica que, después de un debate aparentemente interminable, el empeño de Alemania ha sido por fin bloqueado. El dominio alemán sobre la toma de decisiones en relación con el euro ha sido una ley de vida inmutable en los quince años transcurridos desde la creación de la moneda única.
Según el informe de mercado uno de los posible peligros que acechan la eurozona es que los alemanes puedan estar menos dispuestos a participar en política si no controlan las reglas del juego, lo que representaría un hito importante en el debate europeo sobre la austeridad. “Las medidas que se tomen durante el próximo mes para determinar cómo mitigar el problema de la deuda griega podrían tener profundas consecuencias para el futuro”, estima el documento.
Lo mismo sucede con el importante cambio registrado en la política europea. “La transición de los bancos centrales desde un comportamiento uniforme hasta otro idiosincrásico también puede tener consecuencias profundamente inquietantes para los mercados”.
El anuncio propiamente dicho de QE en Europa fue impecablemente manejado por Mario Draghi, opina Man Group. “En lugar de frustrar las expectativas del mercado, como temíamos, el anuncio superó ligeramente sus expectativas. No podemos decir lo mismo de la actuación de otros bancos centrales en enero. Uno de los más estables e históricamente fiables, el Banco Nacional Suizo, acaba de propinar a los mercados financieros uno de los mayores sustos de las últimas décadas. El brusco abandono del pseudo cambio fijo del franco suizo ha representado un giro de 180 grados con respecto a su anuncio de política de solo unas semanas antes”.
También recuerdan que en su primera decisión de política no programada desde el 11 de septiembre de 2001, la Autoridad Monetaria de Singapur ha reducido la pendiente de la apreciación del dólar de Singapur frente a una cesta de divisas. Lo mismo que Dinamarca: gran sorpresa para los mercados al recortar los tipos de interés, e igualar al SNB al poner a prueba el límite inferior de los tipos de interés con un tipo de -75 puntos básicos.
El único banco central que ha mantenido una postura coherente, para los expertos de la firma inglesa, es la Reserva Federal, aunque puntualizan que esto es en sí mismo un motivo de incertidumbre. “La Fed ha mantenido un punto de vista firme sobre el curso futuro de los tipos estadounidenses. Sin embargo, existe una clara divergencia entre lo que dice el banco central y lo que descuenta el mercado”, recoge el informe de mercados.
El Presidente de la Reserva Federal de St Louis, James Bullard, confirmó que «la visión del mercado de lo que va a hacer la Fed es más moderada que la de la propia Fed». En los últimos meses, la Fed se ha centrado claramente en el momentum de la economía estadounidense, y es evidente que no considera que este sea coherente con unos tipos de interés cero. Los mercados financieros parecen estar en desacuerdo con el supuesto momentum de la economía y al parecer están más centrados en los riesgos deflacionistas medidos por los forwards de inflación a 5 años/5 años que han caído hasta el mínimo desde la crisis financiera.
El contraste entre la Reserva Federal, aparentemente decidida a subir tipos este año, y otros bancos centrales que siguen recortando, tiene consecuencias evidentes para la fortaleza del dólar. Actualmente nada indica que esta tendencia se vaya a quebrar, pero las consecuencias del fortalecimiento del dólar son más difíciles de predecir. Su impacto negativo sobre los mercados emergentes endeudados está claro, pero también pesa sobre los beneficios empresariales estadounidenses. Los recientes informes de resultados negativos citan repetidamente la fortaleza del dólar como factor significativo. Y los recortes de las inversiones previstas por las empresas energéticas en respuesta al precio más bajo del petróleo también representan un claro obstáculo para determinados sectores del mercado de renta variable estadounidense. “La mejora del consumo como consecuencia del precio del petróleo puede no compensar totalmente el recorte de la inversión en bienes de equipo y la reducción del empleo en el sector energético. Por tanto, un dólar más fuerte no es un bien indiscutible para EE.UU”, explican.
En pocas palabras, las causas de inestabilidad han aumentado. Las políticas de los bancos centrales son divergentes, la política vuelve a ser protagonista en Europa, la fortaleza del dólar genera tensión y los mercados parecen tener más miedo a la deflación que confianza en el crecimiento.
Por todo ello, “hemos abandonado nuestro paradigma de ‘seguir al dinero’, al menos por ahora. En este momento, los mercados respaldan nuestro punto de vista con una mayor volatilidad realizada y una mayor volatilidad implícita persistente. Esto implica claramente que los participantes del mercado deberían reducir su exposición al riesgo. Sin embargo, podría ser una falsa alarma. La estrategia de la beta impulsada por la liquidez podría seguir funcionando durante algún tiempo dada la reciente gran iniciativa de política del BCE. Pero mientras que anteriormente el contexto era fácil de predecir, ahora consideramos que la combinación de incertidumbre creciente, mayor volatilidad y amenaza de la Fed de subir tipos antes de lo anticipado por el mercado, merece la adopción de una postura más cauta en los mercados”.